El abuso de poder para beneficiar a familiares y amigos con cargos públicos lo venimos viendo desde siempre en todos los poderes del Estado, gobiernos departamentales, municipales, sin importar de qué signo político sean. El sistema permite que esto ocurra y no se reduce solamente a una cuestión de nepotismo (favorecer a un familiar con un cargo en la institución que uno maneja), sino también al tráfico de influencias. Esta práctica se da en todos los niveles; recientemente, vimos que una oenegé que recibe recursos del Estado, su comisión directiva estaba integrada por toda una familia, violando la ley contra el nepotismo. Claro, como era una oenegé amiga de la prensa, solo el diario La Nación/Nación Media se hizo eco del hecho.

Esta práctica nefasta que representa una bofetada a la ciudadanía solamente se evita con una reforma al servicio civil que, así como lo anunció el presidente Santiago Peña, establecerá reglas claras para el ingreso, permanencia y salida de los funcionarios públicos, además brindará garantías a la ciudadanía en cuanto a la defensa de los intereses de todos. Urge establecer el concurso competitivo para el ingreso a la función pública y también regularizar las particularidades de los cargos de confianza, considerando que es un problema sistémico y que debe ser abordado de manera sistémica.

La Ley del Servicio Civil ya se presentó, está en el Congreso pendiente de estudio. El documento es público y está a disposición de la ciudadanía en la página web del Congreso. Sin embargo, hasta ahora, desde los medios en general, se mostró poco interés en el proyecto. Peña instó a la ciudadanía a ingresar y leer el documento, enterarse de qué se trata las reglas claras de ingreso, permanencia y salida de funcionarios públicos.

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Si hurgamos en la nómina de funcionarios públicos y sus vínculos, vamos a tener para divertirnos y escandalizarnos todos los días. Así como apareció el sonado caso del hijo del presidente del Congreso, también hay varios otros como la hermana del senador liberal Líder Amarilla en el TSJE, o la esposa de otro senador liberal en la EBY. Es decir, la práctica que salpica a todos los colores no es exclusividad de uno, el problema es el sistema que permite.

El tema es que de vuelta nos pasamos describiendo nuestros dramas, que los conocemos de memoria, pero poco lo hacemos con la solución a los problemas. Algunos ejemplos, durante años ventilamos los despilfarros de las cajas de jubilaciones y pensiones. Se presentó una propuesta seria, monumental campaña hicieron para matar el proyecto. Afortunadamente, esas campañas no prosperaron y el Gobierno creó la Superintendencia. Todos los días lamentamos el pésimo servicio del transporte público y el caos en el tránsito, se presentó el único proyecto serio de solución, el Metrobús, campañas mediáticas y el capricho de Mario Abdo sepultaron el proyecto con millonarios costos para el Estado. Lo mismo quieren hacer con el Tren de Cercanías, boicotear.

Los mismos que responsabilizan solamente a los gobiernos colorados por los dramas de este país, en muchos casos con razón, son los mismos que boicotean todas las iniciativas que surjan de este sector para solucionar nuestros eternos dramas.

Es un círculo vicioso de nunca acabar. Más que nunca, vale esta frase para el joven Santiago Peña a fin de enfocarse en sus planes de gobierno, promesas de campaña y no distraerse en campañas mediáticas: “Nunca luches con cerdos. Ambos se ensucian y al cerdo le gusta”. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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