¿En qué nos diferenciamos de nuestros abuelos y bisabuelos? Podríamos afirmar sin temor a equívocos que en muchas cosas. Si bien es dable reconocer que hemos evolucionado, trayendo la civilización aparejado con muchas innovaciones y avances en medicina, tecnología, educación, entre otros, sin embargo podemos visualizar que en la práctica entre la vida moderna y la que llevaban nuestros ancestros se observa una substancial diferencia.
Y, ¿cuál es esa diferencia? Radica primariamente en que ellos siempre estaban en movimiento todos los días formando parte de su rutina de vida.
Los hombres y las mujeres de principios del siglo XX y hasta un poco más de la mitad del mismo solían caminar todos los días kilómetros enteros para cumplir con sus tareas y también satisfacer necesidades básicas, pues tener por entonces un vehículo propio era un lujo.
Basta observar fotografías antiguas, en donde muy raras veces uno puede ver personas obesas como abundan hoy día. La explicación es sencilla y muy obvia. Se mantenían en movimiento todos los días. Era una parte de su rutina de vida, permitiendo que mantuvieran una buena capacidad cognitiva cerebral y buen estado físico.
Es sabido que el cuerpo humano no ha sido diseñado para estar varias horas frente a la computadora, un escritorio o viendo TV como acontece hoy día. El ser humano fue hecho para mantenerse en movimiento. Pero, sin embargo, parecería que nos hemos olvidado de los múltiples beneficios que nos aporta el ejercicio físico, ya que muchos vivimos una vida sedentaria, considerando al ejercicio físico como si fuera un lujo o una necesidad más bien relacionada con la estética corporal, sin sopesar los múltiples beneficios que aportan a todo el organismo, librándonos de que nos convirtamos “en una farmacia” ingiriendo medicamentos por cualquier motivo.
¿Cuántas personas tenemos que si bien tendrían alguna patología orgánica, son reacios a tomar medicamentos? Por fortuna, hoy día los mismos médicos prescriben a sus pacientes ejercicios físicos, complementados con alguna que otra medicina en caso de ser necesario.
Aquel que ha comprobado que el ejercicio físico regular es la mejor medicina para el cuerpo y el alma, puede dar fe de los resultados que se logran a través de una rutina consistente y persistente en el tiempo.
Hoy uno puede observar en los parques a personas de distintas edades haciendo caminata, trotes y otros ejercicios físicos que contribuyen a crear endorfina (la hormona del placer), y hasta con un efecto casi multiplicador, puesto que cada vez más personas toman la muy buena costumbre de realizar ejercicios físicos sin importar su edad.
Cuántas veces solemos poner excusas diciendo, estoy muy pesado, no “me da el cuero”, me canso muy fácilmente, pero apenas se disponen a probar una caminata a paso lento en principio de unos 30 minutos empiezan a darse cuenta de que se sienten con mucha más energía, menos fatiga e incluso mucho menos negativo y con ideas que fluyen más fácilmente.
No decimos que de ser necesario y el médico lo prescriba habrá que tomar medicamentos específicos, pero no es utopía ni fantasía el hecho de que aquel que quizás por razón de exceso de peso o sedentarismo, se ha sentido deprimido o ansioso, una vez que deciden calzarse una zapatilla deportiva y ropas cómodas para una caminata, pudieron notar que en unas semanas varias de las dolencias disminuyeron, e incluso desaparecieron.
El ejercicio físico regular no solo tiene el poder de mejorar episodios depresivos y ansiosos o mismo una hipertensión, dado que mantenerse en movimiento nos permite no solo ejercitar nuestro cuerpo, sino que constituye asimismo en uno de los bálsamos primarios para nuestro bienestar mental y físico.
Todos aquellos que lo han tomado como un estilo de vida y que lo practican regularmente en horas de la mañana temprano antes de desayunar, para luego pegarse una ducha antes de ir a la oficina, se sienten con mucha más energía y claridad de pensamientos e ideas, pues su carencia hace que nuestro cuerpo vaya acumulando toxinas que influyen en forma directa sobre nuestro estado de salud y vigor físico.
Aquel que ha comprobado que el ejercicio físico regular es la mejor medicina para el cuerpo y el alma, puede dar fe de los resultados que se logran a través de una rutina consistente y persistente en el tiempo.
“La interconexión ha generado nuevas formas de sufrimiento psíquico”
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Jimmi Peralta
Fotos: Mariana Díaz/Archivo
La geopsiquiatría como un campo emergente de estudios y nuevo enfoque de salud mental profundiza su mirada respecto a la influencia del entorno cercano y global en la psiquis de las personas. En este diálogo con El Gran Domingo de La Nación, el Dr. Julio Torales habla sobre esta novedad académica, su alcance, campo de acción y estudios existentes.
La reconfiguración del plano geopolítico global, la digitalización, el cambio climático y la pandemia, entre otros fenómenos que pueden ser mundiales o locales, pero de interrelación planetaria, sin dudas marcan huellas en la condición psíquica de las personas. En procura de desarrollar una mayor comprensión de esa situación, surge un nuevo enfoque médico que ya viene desarrollando estudios al respecto: la geopsiquiatría.
En contraposición al síntoma del momento que experimenta el sujeto individual, surge una forma de comprender la salud psíquica que pone el acento en la condición social del ser humano y parte de un enfoque holístico.
En este contexto, el médico psiquiatra paraguayo Julio Torales fue electo senior fellow del Instituto Internacional de Geopsiquiatría (International Institute of Geopsychiatry), con sede en Suiza, y nombrado director del Centro Colaborativo en Geopsiquatría en Paraguay.
Actualmente, Torales es profesor titular de Psiquiatría y líder del Grupo de Investigación sobre Epidemiología de los Trastornos Mentales, Psicopatología y Neurociencias de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCM-UNA). Además, es coordinador del Centro de Investigaciones Médicas de la Universidad Sudamericana e investigador de la Universidad de Los Lagos (Chile).
–¿Cuál es la definición de la geopsiquiatría?
–La geopsiquiatría es una subdisciplina emergente de la psiquiatría que estudia las interacciones entre los factores geográficos, sociopolíticos, económicos y ambientales y su influencia en la salud mental de las poblaciones. Se trata de un enfoque integrador que reconoce cómo el entorno, el territorio y los procesos históricos afectan el bienestar psíquico individual y colectivo.
URGENCIA
–¿Cuál es la necesidad a la que viene a asistir?
–La geopsiquiatría surge para responder a una necesidad urgente: comprender y abordar los determinantes contextuales de la salud mental que han sido tradicionalmente subestimados. En un mundo marcado por desigualdades estructurales, crisis humanitarias, migraciones forzadas y colapsos ecológicos. Esta disciplina busca ofrecer marcos de análisis y acción sensibles a la realidad geopolítica de cada territorio.
–¿Existen otras especialidades o disciplinas que trabajen el factor social dentro de la psiquiatría?
–Sí. La psiquiatría social, la psiquiatría transcultural y la psiquiatría comunitaria son disciplinas que han abordado aspectos sociales, culturales y contextuales. Sin embargo, la geopsiquiatría se diferencia por su énfasis en los determinantes geopolíticos y ambientales globales, proponiendo una lectura más amplia y situada de los fenómenos mentales.
–¿Qué tipos de patologías se enmarcan en el ámbito de competencia específica de la geopsiquiatría?, ¿su labor se centra más en lo estadístico?
–La geopsiquiatría no se limita a una categoría diagnóstica específica, pero suele enfocarse en trastornos vinculados al contexto, como el estrés postraumático, la ansiedad climática, la depresión asociada a crisis humanitarias o las psicosis en contextos de violencia estructural. Más que limitarse al análisis estadístico, busca interpretar los datos a la luz de las realidades sociales, políticas y ambientales en las que se inscriben.
–¿La interconexión virtual y real del mundo globalizado visualiza y/o genera nuevos problemas mentales?
–Ambas cosas. Por un lado, la interconexión ha permitido visibilizar condiciones mentales antes silenciadas o estigmatizadas. Pero también ha generado nuevas formas de sufrimiento psíquico: adicción a las redes, ansiedad informativa, dismorfia corporal digital, aislamiento paradójico, entre otras. La vida en red ha transformado los modos de vincularnos con efectos directos sobre la salud mental.
PUNTO DE INFLEXIÓN
–¿Qué peso tienen en estos nuevos escenarios la virtualidad y la pandemia?
–La pandemia de covid-19 fue un punto de inflexión. Aceleró procesos de digitalización y puso en evidencia la fragilidad de los sistemas de salud mental a nivel global. La virtualidad se volvió una herramienta clave para sostener vínculos, pero también potenció el aislamiento, la fatiga psíquica y la desigualdad en el acceso a recursos digitales, sobre todo en contextos de vulnerabilidad.
–¿Existen antecedentes de estudios y análisis anteriores que se hayan clasificado dentro del análisis de la geopsiquiatría?
–Sí, aunque no con ese nombre. Durante la Guerra Fría se investigaron los efectos del miedo nuclear y tras el 11-S se estudió el impacto del terrorismo y la securitización en la salud mental colectiva. La geopsiquiatría retoma estas experiencias para construir un marco conceptual más sistemático y global capaz de integrar esas realidades al análisis contemporáneo.
–¿Qué tipo de acciones globales podrían impulsarse en el marco de las necesidades que plantea el nuevo panorama de la salud mental en el mundo?
–Se necesitan políticas públicas globales que integren la salud mental como componente esencial del desarrollo sostenible. Esto incluye el fortalecimiento de sistemas comunitarios de atención, la capacitación de profesionales en enfoques contextuales, la investigación transnacional de determinantes psicosociales y la inclusión de la salud mental en agendas climáticas, migratorias y de derechos humanos.
MISIÓN
–¿Qué es el Instituto Internacional de Geopsiquiatría? ¿Cuáles son sus funciones y qué trabajo desarrollará usted allí?
–El Instituto Internacional de Geopsiquiatría fue creado en 2025 bajo el auspicio del Grupo de Interés Especial en Geopsiquiatría de la Asociación Mundial de Psiquiatría. Su misión es promover la investigación, la formación académica y la incidencia política en torno a la relación entre geopolítica y salud mental. Como senior fellow y director del Centro Colaborativo en Paraguay, me corresponde impulsar estudios regionales, fortalecer capacidades locales y contribuir al desarrollo de marcos teóricos y prácticos que reflejen las realidades de América Latina en el contexto global.
–¿En qué sentido la problemática del subdiagnóstico, la escasez de profesionales y los prejuicios sociales que postergan las consultas menguan el avance en este tipo de aristas investigativas emergentes?
–Estas problemáticas no solo dificultan el acceso a atención oportuna, sino que también limitan la capacidad de los sistemas de salud para generar datos representativos y contextualizados. El subdiagnóstico oculta la verdadera magnitud del sufrimiento psíquico en las poblaciones; la escasez de profesionales impide establecer redes de investigación clínica sólidas y el estigma social retrasa tanto la consulta como la participación en estudios. Esto repercute directamente en la producción de evidencia científica que permita desarrollar políticas sensibles al contexto geográfico y sociocultural. La geopsiquiatría, al enfocarse en los determinantes estructurales y globales de la salud mental, pone de relieve la urgencia de superar estas barreras para avanzar hacia una comprensión más completa y justa del sufrimiento psicológico en cada territorio.
DESARROLLO DE LA GEOPSIQUIATRÍA EN PARAGUAY
Profesionales paraguayos publicaron en el International Journal of Social Psychiatry un estudio que analizó, por primera vez en el país, la relación entre condiciones meteorológicas extremas y las consultas psiquiátricas de urgencia.
Utilizando un diseño case-crossover, el estudio evidenció que el calor extremo y la baja humedad relativa se asocian con un incremento significativo de consultas por episodios bipolares, trastornos de la conducta alimentaria y depresión.
En contraste, se observó una disminución en las consultas por esquizofrenia. Además, se constató que cada 1 % menos de humedad relativa aumentaba en 11 % el riesgo de consulta, lo que subraya la vulnerabilidad de ciertos cuadros ante condiciones climáticas adversas.
Otro trabajo recientemente publicado, esta vez en la revista Geopsychiatry, consistió en la primera encuesta global sobre la incorporación de la geopsiquiatría en la formación de médicos residentes en psiquiatría. Participaron 401 profesionales de más de 20 países. Los resultados muestran que, si bien la familiaridad con la disciplina aún es baja (4,2 %), más del 60 % considera muy importante incluirla en los programas formativos. Este estudio también identificó las principales barreras institucionales, como la falta de docentes capacitados y de materiales educativos específicos.
Actualmente Paraguay lidera un estudio multinacional sobre los efectos del cambio climático y fenómenos meteorológicos extremos en la salud mental de la población general.
Esta investigación se encuentra en fase de recolección de datos en los cinco continentes, en colaboración con centros académicos de América, Europa, África, Asia y Oceanía.
Está en fase de diseño final un nuevo estudio que evaluará la relación entre la exposición a partículas finas en suspensión (material particulado PM2.5) y la aparición o intensificación de síntomas comunes de enfermedades mentales.
Esta línea de investigación apunta a profundizar el entendimiento del impacto de la contaminación ambiental en el bienestar psicológico, un aspecto cada vez más relevante en contextos urbanos y vulnerables.
Desarrollan taller para el fortalecimiento de la red nacional de atención al ACV
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Esta semana se inició el “Taller de tratamiento endovascular del Ictus” para que en Paraguay el personal de salud pueda implementar estrategias claves para mejorar el manejo de Accidente cerebrovascular (ACV) y fortalecimiento de la red nacional de atención para estos casos. Para mañana viernes, están previstos dos encuentros en Itauguá y Luque.
Según el doctor Ricardo Mernes, jefe de la unidad de Ictus del Hospital de Clínicas, este tipo de talleres representan un avance para el fortalecimiento de la red nacional de atención al ACV. Busca mejorar los tiempos de diagnóstico y tratamiento, como garantizar equidad en el acceso a terapias especializadas.
“Los pacientes que sufren un ACV isquémico tienen posibilidad de recibir un tratamiento por vía intravenosa, pero el 30 a 35 % de los casos necesitan una intervención, una especie de cateterismo cerebral, para tratar de destrancar la arteria que se trancó”, expresó el profesional en entrevista con La Nación/Nación Media.
Explicó que otra teoría de tratamiento sería la trombectomía mecánica, pero es más escaso a nivel país y con este taller se busca reforzar. “Con la trombectomía mecánica, estamos más atrasados con mucho menos posibilidades de ofrecer. Tanto en el sistema privado como en el público y gran parte del problema radica en el costo de los materiales”, aclaró.
Resaltó que actualmente se está trabajando en un convenio entre el Hospital de Clínicas y el Ministerio de Salud para tener cada vez más centros en el país, que puedan dar tratamiento a los pacientes que tienen un ACV isquémico agudo.
“Con el afán de estimular y favorecer el desarrollo como el progreso de este tipo de técnicas en distintos países, la Organización Mundial del ACV o World Stroke Organization (WSO) hace cursos, talleres y capacitaciones en distintos países. Este año, le tocó a Paraguay, empezó ayer en el Hospital de Clínicas”, indicó.
Se estima que en el Paraguay se dan unos 10.000 ACV por año. Foto: Ilustrativa
El ACV es una enfermedad muy prevalente, la incidencia es de 150 por 100.000 habitantes, lo que estima que en Paraguay se dan unos 10.000 ACV por año. Existe un tratamiento que se puede hacer en el que los médicos tienen 4 horas y media para tratar al paciente, esta vía intravenosa.
“Estamos tratando de llevar adelante el desarrollo de este tipo de técnicas en nuestro país. Este tipo de actividades nos da una razón importante para mover un poco todas las estructuras, y es un generador de ideas y de voluntades, para tratar de llevar adelante esta campaña de mejorar el tratamiento del ACV”, puntualizó en LN.
Programa
El taller incluye sesiones prácticas, teóricas y simulaciones en distintos centros hospitalarios públicos, para mañana viernes 13 de junio, la actividad se desarrollará en el Hospital Nacional de Itauguá desde las 10:00, será la reunión interinstitucional para el diseño e implementación de un Registro Nacional de ACV.
En tanto que, ese mismo día, en el Hospital de Luque a partir de las 15:00, se tiene prevista la simulación de caso y evaluación de estrategias para reducir tiempos de atención, con participación de personal médico y del Servicio de Emergencias Médicas Extrahospitalarias (SEME).
El doctor Ricardo Mernes, jefe de la Unidad de Ictus del Hospital de Clínicas. Foto: Gentileza
Princesa de Asturias premia la lucha contra el cáncer
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Madrid, España. AFP.
La estadounidense Mary-Claire King fue galardonada este jueves en España con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, por su aplicación de la genética a la prevención del cáncer, contribuyendo “a salvar millones de vidas”. “Los estudios de la doctora King han permitido establecer por primera vez la estrecha relación entre un gen concreto y el riesgo de desarrollar cáncer de mama u ovario, contribuyendo de este modo a salvar millones de vidas”, indicó el jurado del premio, concedido por la Fundación Princesa de Asturias, heredera del trono español.
Sus trabajos también han sido claves para conocer “la sorprendente similitud genética entre humanos y chimpancés”. Asimismo, la genetista estadounidense de 79 años ha contribuido a “la defensa de los derechos humanos”, toda vez que “desarrolló una metodología rigurosa, tanto científica como legalmente, con la que se ha conseguido la reunificación familiar de personas desaparecidas”, continuó el fallo, dado a conocer en Oviedo, capital de la región española de Asturias.
King fue seleccionada de entre 59 candidaturas de 23 nacionalidades que optaban por este premio. Graduada en Matemáticas y con doctorado en Genética en la Universidad de Berkeley, King ha recibido varios reconocimientos, como el Lasker, sobre todo por haber identificado el gen BRCA1, clave en el desarrollo de los cáncer de mama y ovario.
Ese descubrimiento “supuso un cambio de paradigma en el conocimiento del origen del cáncer”, lo que llevó a que “el estudio de esta enfermedad y de otras enfermedades denominadas raras” comenzaran a “enfocarse desde otro punto de vista”, apuntó la Fundación Princesa de Asturias.
Con más de veinte doctorados honoris causa en universidades de todo el mundo, King ha ocupado cargos relevantes en instituciones públicas y universidades de Estados Unidos, así como en el Consejo Científico de la Organización Mundial de la Salud.
El de Investigación Científica y Técnica es el séptimo de los ocho galardones de esta edición de los premios, considerados los más prestigiosos del mundo iberoamericano, que anualmente otorga la Fundación Princesa de Asturias. Instituidos en 1981, están dotados con 50.000 euros (unos 57.600 dólares) y una escultura creada por el fallecido artista catalán Joan Miró.
El año pasado, en esta categoría, el reconocimiento fue para cinco expertos de Estados Unidos, Canadá y Dinamarca, cuyos estudios propiciaron fármacos para combatir la diabetes y la obesidad, como el Ozempic. En otras ediciones también fueron premiados los científicos responsables del descubrimiento del ARN mensajero, que permitió desarrollar en tiempo récord varias vacunas contra el covid-19, o matemáticos impulsores del procesamiento matemático de datos.
Este año, los galardones ya anunciados han sido el Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, que recayó en el filósofo y ensayista alemán de origen surcoreano Byung-Chul Han, el de las Letras, que distinguió al español Eduardo Mendoza, y el de Ciencias Sociales, para el sociólogo estadounidense Douglas Massey.
También se fallaron el de Artes, que recayó en la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, el de Deportes, que reconoció a la tenista estadounidense Serena Williams, y la semana pasada el de la Concordia, destinado al Museo Nacional de Antropología de México.
El 18 de junio concluirán los anuncios de esta edición, con el fallo del Princesa de Asturias de Cooperación Internacional. Los galardones, que toman su nombre del título de la heredera al trono de la Corona española, la princesa Leonor, son entregados por los reyes Felipe y Letizia, normalmente acompañados por sus hijas, en octubre en una ceremonia en Oviedo, capital de Asturias.
Redes sociales alimentan problemas de salud mental en adolescentes
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Ámsterdam, Países Bajos. AFP.
La crisis de salud mental en niños y adolescentes en todo el mundo ha alcanzado un punto crítico a causa de la “expansión descontrolada” de las redes sociales, según un informe del grupo defensor de los derechos de los niños KidsRight, publicado este miércoles. Las investigaciones de esta organización con sede en Ámsterdam y de la universidad Erasmus de Rotterdam arrojan que uno de cada siete en la franja comprendida entre los 10 y los 19 años padece algún tipo de problema de salud mental.
“El informe de este año es una señal de alarma que no podemos ignorar más”, declaró en un comunicado Marc Dullaert, fundador y presidente de KidsRights. “La crisis de salud mental entre nuestros niños ha alcanzado un momento crítico, exacerbado por la expansión descontrolada de las redes sociales, que favorecen el uso por encima de la seguridad”, expuso.
El KidsRight Index es un informe anual efectuado por esta fundación, que evalúa el nivel de adhesión de 194 países a los derechos de los niños y en qué medida se esfuerzan en mejorarlos. En su informe 2025, KidsRights identifica una “correlación inquietante” entre el deterioro de la salud mental de los menores y lo que califica de uso “problemático” de las redes sociales, es decir un consumo adictivo de las mismas que llega a perturbar el día a día del usuario.
Igualmente observó una correlación entre un consumo excesivo de contenidos en internet y tentativas de suicidio. La tasa global de suicidio se sitúa en 6 por cada 100.000 entre los adolescentes de 15 a 19 años, recuerda el documento, citando cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, observó el informe, las restricciones tajantes -como la decisión de Australia de prohibir a los menores de 16 años el acceso a redes sociales- tampoco son la mejor solución.
“Ese tipo de prohibiciones estrictas pueden infringir los derechos civiles y políticos de los niños”, entre ellos el acceso a la información, indicó el KidsRight Index.
El texto urgió por ello a un enfoque más global y sutil, que tenga en cuenta el acceso de los menores a contenidos educativos y evite por otro lado su aislamiento.
El informe señala que “los avances tecnológicos de los últimos años han abierto una caja de pandora de desafíos y oportunidades”. Entre las últimas, destacó el acceso a la información, pero en la lista de desafíos enumeró la exposición de los niños al acoso, la violencia psicológica, la explotación sexual, la violencia de género y la desinformación.