Un informe del Banco Central del Paraguay (BCP) señala que en 2022 los flujos netos mundiales de ID (Inversión Directa extranjera) presentaron una disminución en torno al 12 % con respecto a la fuerte recuperación del año 2021 (periodo pospandemia). Sin embargo, América del Sur experimentó un crecimiento del 73 % en los flujos netos de ID con respecto al periodo 2021.
Un informe del Banco Central del Paraguay (BCP) señala que en 2022 los flujos netos mundiales de ID (Inversión Directa extranjera) presentaron una disminución en torno al 12 % con respecto a la fuerte recuperación del año 2021 (periodo pospandemia). Sin embargo, América del Sur experimentó un crecimiento del 73 % en los flujos netos de ID con respecto al periodo 2021. El flujo neto de ID en Paraguay en 2022 fue positivo y alcanzó los USD 725 millones. Esto representó un flujo neto superior en USD 540 millones con respecto a lo verificado en el año 2021. Estas cifras resultaron de un flujo bruto de entrada de USD 2.230 millones y los flujos brutos de salida por USD 1.505 millones. Por componentes, el flujo neto estuvo explicado principalmente por la reinversión de utilidades y los préstamos netos entre compañías. Por actividad económica, cabe notar el incremento en los flujos netos de ID en intermediación financiera, comercio, producción de químicos, elaboración de aceites y productos metálicos, los que se vieron atenuados por menores flujos netos en comunicación, ganadería, transporte y maquinarias y equipos. Con estos resultados, el saldo de la ID al cierre del 2022 asciende a USD 7.666 millones (equivalente al 18 % del tamaño de la economía o del producto interno bruto, PIB), registrando un incremento del 5 % con respecto al 2021. Las actividades económicas con mayor participación en los saldos de ID han sido comercio 18 %, intermediación financiera 16 %, elaboración de aceites 11 % y transporte 7 %. En los últimos años, Paraguay ha recibido ID de un número creciente de países. Actualmente, provienen principalmente de inversionistas residentes en Brasil, Estados Unidos, Países Bajos, Uruguay y España. Otros países que han ampliado su posición en la ID de Paraguay han sido Luxemburgo y Alemania. El número de países inversores directos en el país ascendió a 48 en 2022. No olvidar que la ID es una fuente de financiamiento externo importante para cualquier país.
A los efectos de hacer comparaciones en la región latinoamericana y caribeña, tomemos los cálculos propios que realiza la Comisión para América Latina y el Caribe (Cepal) –organismo de las Naciones Unidas (ONU)– con una metodología diferente que toma en consideración las “entradas de inversión extranjera directa” (las que se recepcionan). Para el 2022 un total de USD 224.579 millones, equivalente al 4 % del PIB regional. Para Paraguay se considera un ingreso de inversión extranjera de USD 474 millones versus USD 207 millones en el 2021 con un salto del 129 % o USD 266 millones más. Pero nuestra participación en el total del ingreso es solo 0,2 %. Es cierto que nuestra economía es muy pequeña (0,7 % en la torta regional) y que los USD 474 millones recibidos en el 2022 pesan 1,1 % en el tamaño de nuestra economía. Aún así llama la atención “nuestro monto de ingreso de inversión extranjera” comparado con los USD 9.325 millones de Uruguay (4,2 %) o los USD 20.865 millones de Chile (9,3 %). Claramente no somos un país privilegiado por y para las inversiones extranjeras. Pese a nuestro historial de estabilidad macroeconómica destacado y aplaudido por instituciones internacionales, a un paso prácticamente de lograr el grado de inversión (Fitch y Moody’s). Solo una corriente grande, fuerte y constante de inversión extranjera nos puede potenciar como país diferente y mejor, brindándonos a su vez una fuente de financiamiento externo que no implique endeudamiento. Si consideramos el “acervo” de inversión extranjera (el todo o conjunto o el saldo instalado en un país) tenemos que en la región global asciende a USD 2.858.403 millones equivalente al 51 % del PIB latinoamericano y caribeño. Ese es el nivel promedio de “extranjerización” de las economías. Era del 15 % en el 2001. La Cepal nos asigna un saldo de inversión extranjera de USD 8.384 millones o 20 % de “extranjerización” en términos del tamaño de nuestra economía. Era del 12 % en el 2001. Uruguay está con 88 % (11 % en 2001) y Chile con 91 % (64 % en 2005). Y nuestro “acervo” es solamente el 0,3 % del total regional versus 2,2 % de Uruguay y 9,6 % de Chile. Los grandes con base extranjera son Brasil 54 %, México 50 % y Colombia 68 %. El piso con color extranjero bajó en la Argentina del 27 % en el 2001 al 12 % en 2015 para posteriormente subir al 22 % en el 2020 y 19 % en el 2022.
El informe 2023 de la Cepal destaca el repunte de la inversión extranjera directa que alcanzó valores récord en América Latina y el Caribe. En 2022, las entradas de mundiales de inversión extranjera directa (IED) se redujeron un 12 % y totalizaron 1,29 billones de dólares, en un proceso fuertemente marcado por cuantiosas desinversiones en Luxemburgo. De hecho, sin considerar esta situación en Luxemburgo, el incremento de las entradas mundiales de IED en 2022 fue del 11 %. El panorama mundial de la IED fue heterogéneo en 2022. El principal receptor de inversiones, los Estados Unidos, recibió menos IED que en 2021, mientras que América Latina y el Caribe, Australia, China, la India, Singapur y algunos países de la Unión Europea registraron un crecimiento significativo de las inversiones. En 2022 ingresaron a América Latina y el Caribe 224.579 millones de dólares de IED, cifra un 55,2 % superior a la registrada en 2021 y el máximo valor desde que se lleva registro. Cabe destacar que desde 2013 las entradas anuales de IED en la región no superaban los 200.000 millones de dólares, lo que transforma la recuperación de 2022 en un hito importante para las inversiones de la última década. Esta recuperación se constató en las principales economías receptoras y se caracterizó por un marcado interés en las inversiones en servicios, un renovado interés en las inversiones en hidrocarburos y la continuidad de las inversiones en manufacturas en los países donde se han acumulado mayores capacidades. Con este incremento, el peso de las entradas de IED en el PIB de la región también aumentó y llegó a representar el 4,0 %. El Brasil fue el principal país receptor de la región (un 41 % del total), seguido por México (17 %), y ambos recibieron más IED que en 2021, aunque el aumento de las entradas de IED en el Brasil fue mayor y explicó el 56 % de la variación interanual de toda la región. De este modo, América del Sur fue la subregión que registró un mayor incremento de entradas de IED en comparación con 2021. El Estado Plurinacional de Bolivia fue el único país que no tuvo un incremento en esta subregión, donde los principales países receptores, además del Brasil, fueron Chile, Colombia, la Argentina y el Perú.
El análisis de los componentes de la IED muestra que, en comparación con 2021, todos aumentaron en 2022, pero el crecimiento más relevante se dio en la reinversión de utilidades y en los préstamos entre empresas. Por primera vez desde 2010, la reinversión de utilidades se convirtió en el principal componente de la IED en la región (un 43 % del total), después de crecer un 50 % en 2022 en comparación con el año anterior. Una posible explicación al aumento de este componente puede estar en que debido al freno extraordinario de la actividad económica causado por la pandemia de enfermedad por coronavirus (covid-19), es posible que muchas empresas hayan retenido sus ganancias en 2020. En 2021 y 2022, ante la paulatina recuperación de la actividad económica en los países de la región, las empresas pueden haber dirigido estas utilidades hacia la reanudación de sus actividades. Los aportes de capital, el segundo componente con mayor peso, representaron el 36 % de las entradas de IED en la región en 2022. Este componente experimentó un aumento del 22 % en comparación con 2021. Aunque el valor de los aportes de capital en 2022 estuvo cerca de los valores registrados9en 2019, todavía se encuentra por debajo de los niveles observados antes de 2013. Los préstamos entre empresas presentaron el mayor crecimiento porcentual entre los componentes (283 %) y representaron un 21 % del total de entradas de IED en la región.
La identificación del origen de la IED en las estadísticas de cuentas nacionales es imprecisa, ya que registra el origen inmediato del capital y no el origen último de la empresa que realiza la inversión. De este modo, las inversiones que se efectúan desde Luxemburgo o el Reino de los Países Bajos, que por sus regímenes fiscales son utilizados con frecuencia por empresas transnacionales para invertir en terceros destinos, suelen estar sobrerrepresentadas. Al considerar los nueve países que presentan información sobre el origen de las entradas de IED en 2022, se observa que los Estados Unidos y la Unión Europea se han mantenido como principales inversionistas. Los Estados Unidos mantuvieron la posición de principal inversionista en la región (un 38 % del total), con un crecimiento de las entradas de inversiones del 46 % con respecto a 2021. Estas inversiones se dirigieron principalmente a México (46 %) y el Brasil (31 %). El crecimiento de las inversiones de los Estados Unidos en Colombia es notable, pues con un crecimiento del 220 %, el país se convirtió en el tercer destino de las inversiones de los Estados Unidos en América Latina. Lo último es muy llamativo. El gobierno de Gustavo Petro es de “izquierda” con un discurso contra el neoliberalismo. Pero, lo que importa realmente es el “mercado” colombiano como interés económico. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.