• Por Ricardo Rivas
  • Corresponsal en Argentina
  • X: @RtrivasRivas

El día final del larguísimo proceso electoral argentino llegó y pasó. Javier Milei –”El Liberal Libertario”, como se autodefine– es el presidente electo en este país. Dentro de 19 días ocupará el despacho principal de la Casa Rosada, sede del gobierno nacional. Su compañera de fórmula, Victoria Villarruel, vicepresidente electa, se asentará en la presidencia del Senado de la Nación, aunque –vale puntualizarlo– no pertenece a la Cámara Alta ni al Poder Ejecutivo. Esos son los roles que les asigna a cada uno de ellos el orden jurídico argentino. Clara certeza.

En contraposición, es incierto –sobre el cierre del presente trabajo– cuándo se reunirá Milei y parte de su equipo con el presidente saliente Alberto Fernández que, en principio desde el propio oficialismo a través de coincidentes voceros aseguraron que se realizaría ayer “en algún momento”. El encuentro no se sabe cuando se concretará. “Al menos hoy (por ayer) no se hará (…) porque no se ponen de acuerdo” en los temas que se habrán de abordar y las formas en que se realizará “la cumbre”.

¿EXAGERADO VERDAD?

Fernández –quien desde muchos meses dejó de ejercer el poder y solo realiza acciones protocolares tanto en el país como en el exterior– al parecer, procura un “encuentro informal en (la residencia presidencial de) Olivos” en tanto que Milei demanda “algo formal en la Casa Rosada”, dijeron coincidentes informantes de ambas partes. Dos de ellos, además, precisaron que “también interfiere para que se reúnan la indecisión del ministro de Economía Sergio Massa que deja trascender que podría tomar una licencia hasta el 9 de diciembre y luego lo desmiente”. ¿Cuándo se verán? ¿Cuándo comenzará la transición? En este punto es interesante advertir que desde 2019 el gobierno del presidente Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández culpan de toda situación grave o difícil para resolver al gobierno del presidente Mauricio Macri (2015-2019) mientras que, desde anoche cuando Massa reconoció la derrota, Milei es quien “debe dar certezas” pese a que su mandato comenzará el 10 de diciembre. Siempre las culpas van hacia otros destinatarios. Pocas respuestas para tantas preguntas.

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Pero, hay que admitirlo, también son muchos los interrogantes que emergen sobre la gestión de próximo gobierno que habrá de liderar el señor Milei, quien tanto en la noche del triunfo como en las primeras horas de ayer se expresó en público con modos comunicacionales muy diferentes de los que exhibió en el transcurso del reciente tiempo proselitista.

No hubo vehemencias, ni exhibición de motosierra, ni gritos destemplados más allá de su ya impuesto haka “¡viva la libertad, carajo!” que repite un par de veces para relacionarse en forma directa con sus seguidores que por toda respuesta lo vivan enfervorizados.

Es notable el éxito de Javier Milei que desde dos años atrás es integrante de la Cámara de Diputados donde constituye un bloque junto con Villarruel y que, opositores y férreos críticos en alguna oportunidad reciente, acompañaron al oficialismo kirchnerista para la aprobación de una ley para que miles de trabajadores dejaran de tributar el impuesto a las ganancias sobre sus salarios.

Milei ayer, en diálogo con el equipo periodístico que en radio Mitre conduce Eduardo Feiman no dejó tema por abordar. Cada una de sus palabras fueron ratificaciones de algunos de sus dichos en campaña.

“Todo lo que pueda estar en manos del sector privado, va a estar en manos del sector privado”, sentenció. Aseguró luego que “no se pueden privatizar ni la Educación ni la Salud, (porque) están de parte de las provincias” y explicó que si bien “lo mejor (en esos temas) es siempre subsidiar la demanda, (y) no la oferta” desestimó hacerlo por lo que “algo así no se va a implementar en el corto plazo”.

La empresa Aerolíneas Argentinas –que el flamante jefe de Estado electo no mencionó– así como las sí mencionadas YPF, Energía Argentina Sociedad Anónima (ENARSA), Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (ARSAT), “son analizadas por los equipos técnicos” de los ganadores confió a La Nación un influyente libertario que pidió no ser identificado.

Pero más allá de esas definiciones, en la conversación radial Milei marcó tiempos. “A YPF primero la tienen que recomponer porque, desde la estatización (en 2012) el deterioro de la empresa en términos de resultados ha hecho que hoy valga menos que cuando se la expropió”. De allí que “se las va a poner a crear valor para que se las pueda vender de una manera muy beneficiosa para los argentinos”, explicó. La privatización, no será inmediata.

De hecho, sobre el Estado argentino, como consecuencia de la forma en que se estatizó YPF, semanas atrás la justicia norteamericana condenó a este país a pagar a los afectados por aquella decisión política USD 16.000 millones lo que representa un monto significativamente mayor al valor de la firma. ¿Qué harán con este tema? “Hay que estudiarlo y, para resolverlo, habrá que aplicar pragmatismo y creatividad. Tal vez, para pagar esa sentencia judicial haya que pensar en un bono resarcitorio de largo plazo que permita transformar esa deuda en crédito”. ¿Así se hará? El informante declinó de responder.

Sobre aerolíneas, muy poco tiempo atrás, el propio Milei manifestó la intención de dársela a los empleados para que la gestionen con un año de working capital (capital de trabajo gubernamental) y –paralelamente– desarrollar políticas de “cielos abiertos” para impulsar y sostener la demanda del mercado aerocomercial. Habrá que ver. En la operación de la firma convergen media docena de organizaciones obreras que asumen la compañía como parte de la soberanía nacional y, en consecuencia, entienden que una iniciativa como la comentada es contraria a los intereses del país.

El destino del Sistema Nacional de Medios Públicos en el que se integran la Televisión Pública, Télam, Radio Nacional, Radio Televisión Argentina, también está sobre la mesa de estudio de la Libertad Avanza. Aunque en este caso, además de cuestiones de tipo económico, financiero y organizacional, Milei explicó a radio Mitre que durante la campaña presidencial “el 75% (de lo) que se habló de nuestro espacio se hizo de manera negativa, con mentiras y abonando la campaña del miedo” que se desarrolló desde el oficialismo en contra de LLA y, desde lo conceptual, sostuvo enfáticamente: “Nosotros consideramos que la TV Pública se ha convertido en un mecanismo de propaganda” y aseguró “no” adherir “a esas prácticas de tener un ministerio” con ese fin. Más de 1.200 personas están empleadas en el área. Esto, recién empieza y huele a resentimiento.

Vale comentar que, en Wall Street, después de conocidas las intenciones de Javier Milei para privatizar YPF, las acciones de esa compañía crecieron 34 %. Los bancos Galicia y MACRO, incrementaron su valor en torno del 25 %. Las energéticas Pampa, Vista y TGS, aumentaron hasta 18 %. Los bonos del Tesoro promediaron alzas entre 2 % y 5 %.

Respecto de la inflación –que anualizada se ubica en torno del 140%– Milei estimó que “bajarla hasta niveles internacionales llevará entre 18 y 24 meses”. Para levantar el cepo con el que el gobierno saliente complejiza el acceso al dólar norteamericano porque carece de esa moneda “es necesario primero ajustar el gasto público, cortar la emisión monetaria y bajar el déficit fiscal que se ubica en el 3 % del Producto Bruto Interno (PBI)”.

Ayer lunes no fue un día fácil para Milei, como tampoco para la sociedad argentina. El presidente electo –amante del rock– quien después la confirmación del triunfo se presentó ante sus seguidores al ritmo de “Vamos por la gloria” interpretada por La Beriso y se despidió de ellos con “Se viene el estallido”, de la Bersuit Vergarabat, claramente, cuando el lunes último el sol de puso, supo del “Anochecer de un día agitado” y, a no dudarlo, sabe que habrá de necesitar “Una pequeña ayuda de sus amigos”.

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