“Duele decirlo, pero hay que decirlo”

La calificadora mundial Fitch Ratings mantiene nuestra calificación Riesgo-País (BB+) –con perspectiva estable– por capacidad de pago de la deuda soberana (pública) a largo plazo y sube al grado de inversión (BBB-) la nota para las empresas en Paraguay (el techo País), por la libertad y estabilidad económicas. Bravo. Aplausos.

Pero no todo brilla. Mucho por hacer y cambiar. Es un desafío clave recuperar la disciplina fiscal manoseada irresponsablemente por el gobierno anterior y estabilizar el endeudamiento que subió demasiado: 100 % (se duplicó) en 8.000 millones de dólares. De cara a las reformas necesarias, Fitch no ve un jardín de rosas, pero tampoco un camposanto. Está en manos del Gobierno y en las de todos nosotros achicar lo negativo y agrandar lo positivo para lograr el tan ansiado grado de inversión, y codearnos con Chile y Uruguay.  Nos enorgullece que se elogie la calidad del Banco Central del Paraguay (BCP). Y nos entusiasma que Fitch maneje un escenario de muy buen crecimiento: 5,2 % en 2023 y 4,5 % en 2024-25 (“robusto”). La mesa está puesta. Para comer más y mejor. La gente en primer lugar, Juan Pueblo y doña María Esperanza.  A continuación, la traducción del informe:

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Calificaciones afirmadas, perspectiva estable: Las calificaciones de Paraguay reflejan su historial de políticas macroeconómicas ampliamente prudentes y consistentes, baja deuda pública en relación con sus pares calificados, a pesar de un aumento en los últimos años, y sólida liquidez externa. Sus calificaciones se ven limitadas principalmente por la debilidad de los indicadores de gobernanza (calidad en cómo nos gobernamos), la poca profundidad del mercado de capitales local que reduce la flexibilidad del financiamiento fiscal y la vulnerabilidad a shocks climáticos adversos que se reflejan en una alta volatilidad del producto interno bruto (PIB).

La nueva administración enfrenta desafíos políticos: La administración del presidente Santiago Peña asumió el cargo en agosto, con la señal que indica una amplia continuidad de la política económica bajo el Partido Colorado, que también obtuvo mayorías en ambas cámaras del Congreso. La administración ha promocionado una agenda verde favorable a las empresas con el objetivo de aumentar el papel del sector privado en la economía e impulsar el empleo formal, y ya ha avanzado con algunas iniciativas (por ejemplo, una ley de créditos de carbono). También planea continuar con las reformas en el Instrumento de Coordinación de Políticas (ICP) acordadas con el FMI, incluyendo la creación de un ente regulador de pensiones y la reforma del sistema de pensiones del sector público (Caja Fiscal); sin embargo, estas han enfrentado resistencias y podrían ser difíciles de avanzar a pesar del fuerte apoyo de Peña en el Parlamento. El gobierno entrante también enfrenta el desafío de implementar una consolidación fiscal creíble, que sería necesaria para estabilizar la deuda y el PIB y reforzar la credibilidad de la política fiscal después del deterioro de los últimos cinco años.

Repunte del crecimiento: Fitch espera que la economía repunte un 5,2 % en 2023, impulsada principalmente por la recuperación de los sectores agrícola e hidroeléctrico, luego de que una grave sequía en 2022 redujera el crecimiento a solo 0,1 %. Fitch pronostica que el crecimiento seguirá siendo robusto en 4,5 % en 2024 y 2025, respaldado por una cartera de grandes proyectos de inversión en celulosa (es decir, Paracel), hidrógeno verde y biocombustibles. Estas inversiones, junto con el crecimiento gradual del sector maquilador, respaldan los esfuerzos de diversificación económica de Paraguay, lo que podría ayudar a mitigar la vulnerabilidad a los choques climáticos que se han vuelto más frecuentes y severos en los últimos años.

Retraso en la consolidación fiscal: Este año se reportó un monto significativo de atrasos (USD 600 millones, 1,1 % del PIB), lo que refleja compromisos de gastos no registrados relacionados con salud y obras públicas que se han acumulado en los últimos años. La nueva administración tiene la intención de incluir los atrasos en un presupuesto revisado para 2023, que prevé un déficit del 4,1 % del PIB, frente al objetivo original del 2,3 % del PIB. Esta revisión refleja un pleno reconocimiento de los atrasos (1,1 % del PIB), pero también una posición de déficit subyacente más débil (alrededor del 3 % del PIB).

Riesgos fiscales, erosión de la credibilidad: El presupuesto de 2024 tendrá como objetivo un déficit fiscal del 2,6 %, y la senda de consolidación fiscal revisada prevé un déficit del 1,9 % en 2025 y un retorno al límite de la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF) del 1,5 % en 2026. El nuevo gobierno ha evitado cualquier aumento de impuestos, apuntando en cambio a depender principalmente de una mayor eficiencia del gasto, una mejor administración tributaria y un mayor crecimiento. Sin embargo, las autoridades aún no han esbozado claramente las medidas para apoyar la consolidación fiscal. Además del impacto de los atrasos en los pagos, Fitch señala que el mayor déficit y la senda de consolidación fiscal más larga siguen a varias flexibilizaciones en la LRF en los últimos años, que han debilitado el ancla fiscal de Paraguay. En opinión de Fitch, la capacidad del Gobierno para delinear e implementar una estrategia realista de consolidación fiscal será clave para restaurar la credibilidad de la política fiscal y evitar presiones a la baja sobre la calificación soberana.

Presiones sobre las pensiones del sector público: El logro de estas metas fiscales también requerirá un esfuerzo adicional para compensar la erosión del sistema de pensiones del sector público (Caja Fiscal). El saldo global es deficitario (0,5 % del PIB en 2022) y se deteriora en un 0,1 % del PIB anual, lo que agotará las reservas del sistema en unos tres años, tras lo cual se requerirán transferencias gubernamentales. En julio se presentó una ley para crear una comisión de expertos de alto nivel, encargada de formular propuestas de reforma, que solo generarían ahorros en el mediano plazo. La aprobación de la reforma podría enfrentar resistencia política a pesar del fuerte apoyo del Gobierno en el Congreso.

Consolidación para estabilizar la deuda: Fitch prevé que la deuda pública aumente hasta el 35,5 % del PIB en 2024, desde el 33,8 % de 2022. El logro de los objetivos de consolidación fiscal debería estabilizar la deuda/PIB en torno a este nivel, en ausencia de perturbaciones inesperadas en el crecimiento o en el tipo de cambio. La deuda sigue siendo inferior a la mediana de la categoría “BB” del 52,8 %, pero ha aumentado considerablemente desde la mejora de Paraguay en 2018 (17,8 %). Se espera que la carga de intereses aumente hasta el 1,6 % del PIB en 2023 desde el 1,1 % de 2021, y del 6,4 % de los ingresos hasta el 9,6 %, superando así por primera vez la mediana de la categoría “BB” (9,2 %).

Esfuerzos para profundizar el mercado de deuda interna: El Gobierno está tratando de profundizar el mercado de valores en moneda local, que es poco profundo y una limitación clave para la flexibilidad y la solvencia crediticia. En junio, un inversor no residente se convirtió en el primero en comprar bonos en moneda local. El Gobierno tiene la intención de aumentar el monto de la emisión del mercado local para financiar el presupuesto de 2024, apuntando a hasta el equivalente a USD 350 millones (frente a un promedio de alrededor de 140 millones en los últimos años), de los cuales se espera que alrededor del 30 % de la demanda provenga de participantes no residentes. Un mayor endeudamiento local podría reducir gradualmente la proporción de la deuda en moneda extranjera, aunque se prevé que siga siendo una de las más elevadas de la categoría “BB” (91 % en 2022 frente a una mediana de “BB” del 52 %).

Supervisión de pensiones: Como parte de los esfuerzos de reforma acordados en el marco del PCI, se ha presentado al Congreso un proyecto de ley para establecer una superintendencia de pensiones, cuya aprobación está prevista para el primer semestre de 2024. La reforma busca establecer un ente regulador para el actual sistema de pensiones sin supervisión. El nuevo organismo también tendría la autoridad para cambiar las regulaciones que actualmente impiden que las pensiones inviertan en valores de los gobiernos locales, una limitación significativa para el desarrollo del mercado de capitales locales de Paraguay. Las posibilidades de aprobación se ven reforzadas por el capital político de la nueva administración al principio del mandato, aunque ya se ha enfrentado a cierta oposición.

La cuenta corriente se recupera: Fitch pronostica que la cuenta corriente pasará a un superávit (0,6 % del PIB) en 2023 desde un gran déficit (6,7 %) en 2022, debido a la mejora de las exportaciones agrícolas tras la grave sequía del año pasado. Fitch pronostica que la cuenta corriente volverá a un ligero déficit en los próximos años a medida que aumenten las importaciones para respaldar la cartera de proyectos de inversión intensivos en capital. Se prevé que las reservas internacionales se mantengan por encima de los seis meses de cobertura de los pagos externos corrientes, muy por encima de la mediana del “BB” de 4,4 %.

Anclada a la inflación: La inflación ha caído bruscamente este año (3,5 % a setiembre), impulsada principalmente por la caída de los precios de los combustibles y los alimentos. Fitch pronostica una inflación promedio de 4,8 % en 2023, por debajo del 9,8 % en 2022. El Banco Central recortó gradualmente las tasas de referencia, desde un máximo del 8,5 % al 7,75 % en octubre. Las expectativas de inflación están bien ancladas (4 % a horizontes de 12 y 24 meses), lo que refleja la gestión prudente del Banco Central y su sólida credibilidad.

Actualización del techo nacional: Fitch ha actualizado el Techo País de Paraguay a “BBB-” desde “BB+”. El aumento de +1 escalón de Paraguay refleja nuestra opinión de que los riesgos de los controles cambiarios se ven mitigados por una sólida liquidez externa, un tipo de cambio flotante, políticas e instituciones macroeconómicas sólidas y esfuerzos por diversificar la economía y atraer inversión extranjera. La mejora coloca a Paraguay más en línea con sus pares de la región con una calificación similar de “BB”.

En nuestra conclusión: Con Fitch estamos a un paso del grado de inversión. Corta la distancia, inmenso el sacrificio. En un país en el que son muy pocos los que lo ponen en primer lugar. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.


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