• Por Felipe Goroso S.
  • Columnista político

El amarillismo es el estilo de periodismo en el que se exageran noticias sin importancia, o se emplea información falsa, exagerada, con fuentes poco confiables. Es un término periodístico generalmente peyorativo, que denuncia la tendencia a producir sensación, emoción o impresión.

Victoria Camps Cervera es una filósofa española, catedrática emérita de la Universidad de Barcelona. Tiene infinidad de libros, ensayos y columnas escritas al respecto de los medios de comunicación y el periodismo.

La Fundación Gabo es una institución creada por el periodista y nobel de literatura colombiano Gabriel García Márquez. Define algunas de las características de los medios y periodistas amarillistas y sensacionalistas. Plantea que tienen más elementos comunes que diferencias y se refieren a la práctica periodística de estimular las sensaciones de los lectores más que su inteligencia, mediante la selección de noticias que producen sensación, es decir, excitación de los sentidos, y su presentación con recursos que logran ese estímulo y las reacciones primarias de las personas. La prensa sensacionalista o amarilla no se propone dar la comprensión de la noticia, sino su percepción sensorial; por tanto, es una información incompleta que despierta la curiosidad morbosa de las personas, pero no se interesa en dar una visión inteligente ni mucho menos real de los hechos. Una información así crea públicos que se mueven por la curiosidad y por los sentimientos, que reaccionan ante el chisme, los escándalos y lo espectacular, pero que son indiferentes ante las ideas, los procesos noticiosos y las expresiones de la inteligencia o el arte. Para impedir eso no hay ley que valga. Pero sí lo puede prevenir con una formación periodística centrada en el servicio a los intereses de la sociedad y una empresa periodística capaz de subordinar el interés económico al interés público.

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Camps, en su obra “El lugar de la ética en los medios de comunicación”, propone que la cultura de masas es mediocre si solo pretende llamar la atención de las masas. Dice que los medios de comunicación son medios de masas, esa es su razón de ser, no pueden pretender, en consecuencia, ser otra cosa. Ahora bien, la calidad de la que hablamos tiene otra dimensión aún más importante. La calidad de la información o del entretenimiento ha de consistir en el respeto a los mínimos requeridos por una sociedad democrática. No es lícito en una democracia informar de cualquier modo. Sobre todo, no es lícito hacer una cosa sin el respeto debido a la dignidad de cada persona sea cual sea su rango o su lugar en la sociedad. No todo se puede convertir en mercancía. No todo lo que se puede hacer es legítimo. De algún modo hay que controlar el uso indiscriminado del populismo en el periodismo. El control es, a primera vista, jurídico, pero finalmente es un control ético, puesto que su criterio último es el respeto a los derechos fundamentales. Al final del día; de esto también trata la política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a.

Etiquetas: #Prensa#amarilla

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