Con frecuencia escuchamos que la historia siempre se repite, y es porque cada cierto tiempo nos encontramos con situaciones similares, pero en circunstancias diferentes, por eso, es necesario aclarar que, si bien se repite, nunca es de igual manera puesto que las circunstancias pueden variar, entre otras cosas porque cada época tiene su particularidad. Es como dijo Karl Marx en una de sus frases más famosas y de las más repetidas: La historia ocurre dos veces; la primera vez como una tragedia y la segunda como una farsa.
Es esta segunda versión de la historia la que estamos viviendo en los últimos días con el caso del asesinato del fiscal Marcelo Pecci. Lamentablemente, estamos asistiendo a un escenario similar al que se había planteado hace poco más de dos décadas, en 1999, cuando fue asesinado el entonces vicepresidente de la República, Luis María Argaña. A partir de ese momento, la sociedad paraguaya se polarizó con posiciones radicales acicateadas por determinados medios de comunicación que manipularon los hechos y desvirtuaron la verdad.
En su editorial del jueves pasado, el diario Abc se refirió al caso del fiscal Marcelo Pecci y señaló acertadamente que este “merece una justicia con todas las letras, donde paguen los que dieron la orden, quienes organizaron su muerte y quienes la concretaron. Los familiares necesitan la paz que da la justicia porque sin ella, nada existe”.
Estamos totalmente de acuerdo con todo lo expresado por la columna; sin embargo, lo que obvió el editorialista es que, precisamente ese grupo de medios, aliado con un sector de la oposición, asumió una posición en la que están siendo funcionales a quienes quieren desviar la atención de los verdaderos responsables de la muerte de Marcelo Pecci, simplemente llevados por un capricho y la obsesión que tienen con el actual presidente de la ANR, Horacio Cartes.
Este mismo medio de comunicación tiene todos los elementos mirando la primera declaración del testigo-sicario Francisco Correa para hacer una valoración objetiva y no ser funcionales a los objetivos de quienes son los verdaderos responsables del asesinato del fiscal paraguayo. Sin embargo, prefieren seguir con su agenda de odio.
Algunos de estos colegas se rasgaron las vestiduras cuando afirmamos la semana pasada que esto formaría parte de un plan y que se sigue un libreto en el cual se está buscando darle continuidad al relato del testigo Correa y cuya segunda parte sería la aparición de otro “testigo” (venezolano o colombiano) que introduzca la versión de que “Cartes usó a uno de sus custodios para… que articule la operativa contra Pecci”, y así dar sustento a esta historia que –insistimos– tiene demasiados condimentos parecidos a lo que vivimos en épocas pasadas.
Bien lo expresó uno de los hijos del extinto vicepresidente de la República, Dr. Luis María Argaña, quien lamentó que se intente manipular una vez más los hechos simplemente por intereses políticos, en detrimento de los que realmente buscan la justicia. “Nos hicieron mucho daño”, dijo a través de un video compartido en sus redes sociales; Jesús Argaña asegura que su familia fue víctima de este mismo tipo de campaña en donde se mentía descaradamente, pagaban a falsos testigos para embarrar la cancha y sembrar confusiones y dudas en la ciudadanía.
Como nunca en este caso está siendo manoseada la palabra “justicia” y se da precisamente en detrimento de la memoria de un agente fiscal que fue estandarte en la lucha contra el crimen organizado. Por eso, no dejemos que se repita la historia. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.