- POR ISMAEL CALA
- www.IsmaelCala.com
- Twitter: @cala
- Instagram: ismaelcala
- Facebook: Ismael Cala
¿Quién no se ha sentido mejor anímicamente luego de escuchar la música que le gusta? ¿Quién no ha podido llevar de mejor forma los más duros momentos de su vida gracias a que conectó con las canciones de alguien, a quien probablemente nunca llegue a conocer, pero que reflejaban a la perfección sus emociones? Decía Friedrich Nietzsche que la vida sin música sería un error.
Nuestros gustos musicales pueden ser muy diferentes de persona a persona, pero por otro lado, nuestras inclinaciones musicales pueden depender de factores culturales, además de que podemos conectar o desear escuchar cierto tipo de ritmos, según nuestros estados anímicos.
Particularmente, la música me energiza, me ayuda a recargarme. Es un disparo de vitalidad imprescindible para mí, que puede elevar mi espíritu a otros niveles, pero quiero ir un poco más allá: según un estudio publicado por investigadores del Institute of Music Physiology and Musicians’ Medicine del Hanover University of Music, Drama, and Media, demostró que la práctica de intervenciones musicales –es decir, desde escuchar música, cantarla y así como la musicoterapia– puede generar grandes mejoras en la salud mental, así como también en la salud física y calidad de vida de las personas.
De hecho, durante los más críticos momentos de la pandemia, en algunos hospitales estadounidenses solía escucharse “Here comes the sun”, de The Beatles, para animar a los pacientes en UCI que estaban en proceso de recuperación. Y no es para menos: escuchar música con mensajes positivos permite que podamos ver rayitos de luz en plena oscuridad.
Además, el ejercicio de cantar o tocar algún instrumento de viento es altamente beneficioso para nuestro sistema respiratorio, con lo cual se convirtió en la herramienta ideal para ayudar a millones de pacientes poscovid.
Pese a que nuestra relación emocional con la música puede ser muy compleja, se sabe que las canciones suaves pueden ayudarnos a conciliar mejor el sueño, mientras que las rítmicas nos pueden ayudar a levantar el ánimo y motivarnos a practicar nuestras rutinas de ejercicios, o que nos permiten expresar nuestras emociones, en esos momentos especiales de nuestra vida.
La música es, en pocas palabras, alegría para el cuerpo y medicina para el alma, así que sin importar qué tan difícil vaya esta semana, te invito a conectar con ella para que los nubarrones mentales se conviertan en lluvia ligera.
Dejanos tu comentario
“La interconexión ha generado nuevas formas de sufrimiento psíquico”
- Jimmi Peralta
- Fotos: Mariana Díaz/Archivo
La geopsiquiatría como un campo emergente de estudios y nuevo enfoque de salud mental profundiza su mirada respecto a la influencia del entorno cercano y global en la psiquis de las personas. En este diálogo con El Gran Domingo de La Nación, el Dr. Julio Torales habla sobre esta novedad académica, su alcance, campo de acción y estudios existentes.
La reconfiguración del plano geopolítico global, la digitalización, el cambio climático y la pandemia, entre otros fenómenos que pueden ser mundiales o locales, pero de interrelación planetaria, sin dudas marcan huellas en la condición psíquica de las personas. En procura de desarrollar una mayor comprensión de esa situación, surge un nuevo enfoque médico que ya viene desarrollando estudios al respecto: la geopsiquiatría.
En contraposición al síntoma del momento que experimenta el sujeto individual, surge una forma de comprender la salud psíquica que pone el acento en la condición social del ser humano y parte de un enfoque holístico.
En este contexto, el médico psiquiatra paraguayo Julio Torales fue electo senior fellow del Instituto Internacional de Geopsiquiatría (International Institute of Geopsychiatry), con sede en Suiza, y nombrado director del Centro Colaborativo en Geopsiquatría en Paraguay.
Actualmente, Torales es profesor titular de Psiquiatría y líder del Grupo de Investigación sobre Epidemiología de los Trastornos Mentales, Psicopatología y Neurociencias de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCM-UNA). Además, es coordinador del Centro de Investigaciones Médicas de la Universidad Sudamericana e investigador de la Universidad de Los Lagos (Chile).
–¿Cuál es la definición de la geopsiquiatría?
–La geopsiquiatría es una subdisciplina emergente de la psiquiatría que estudia las interacciones entre los factores geográficos, sociopolíticos, económicos y ambientales y su influencia en la salud mental de las poblaciones. Se trata de un enfoque integrador que reconoce cómo el entorno, el territorio y los procesos históricos afectan el bienestar psíquico individual y colectivo.
URGENCIA
–¿Cuál es la necesidad a la que viene a asistir?
–La geopsiquiatría surge para responder a una necesidad urgente: comprender y abordar los determinantes contextuales de la salud mental que han sido tradicionalmente subestimados. En un mundo marcado por desigualdades estructurales, crisis humanitarias, migraciones forzadas y colapsos ecológicos. Esta disciplina busca ofrecer marcos de análisis y acción sensibles a la realidad geopolítica de cada territorio.
–¿Existen otras especialidades o disciplinas que trabajen el factor social dentro de la psiquiatría?
–Sí. La psiquiatría social, la psiquiatría transcultural y la psiquiatría comunitaria son disciplinas que han abordado aspectos sociales, culturales y contextuales. Sin embargo, la geopsiquiatría se diferencia por su énfasis en los determinantes geopolíticos y ambientales globales, proponiendo una lectura más amplia y situada de los fenómenos mentales.
–¿Qué tipos de patologías se enmarcan en el ámbito de competencia específica de la geopsiquiatría?, ¿su labor se centra más en lo estadístico?
–La geopsiquiatría no se limita a una categoría diagnóstica específica, pero suele enfocarse en trastornos vinculados al contexto, como el estrés postraumático, la ansiedad climática, la depresión asociada a crisis humanitarias o las psicosis en contextos de violencia estructural. Más que limitarse al análisis estadístico, busca interpretar los datos a la luz de las realidades sociales, políticas y ambientales en las que se inscriben.
–¿La interconexión virtual y real del mundo globalizado visualiza y/o genera nuevos problemas mentales?
–Ambas cosas. Por un lado, la interconexión ha permitido visibilizar condiciones mentales antes silenciadas o estigmatizadas. Pero también ha generado nuevas formas de sufrimiento psíquico: adicción a las redes, ansiedad informativa, dismorfia corporal digital, aislamiento paradójico, entre otras. La vida en red ha transformado los modos de vincularnos con efectos directos sobre la salud mental.
PUNTO DE INFLEXIÓN
–¿Qué peso tienen en estos nuevos escenarios la virtualidad y la pandemia?
–La pandemia de covid-19 fue un punto de inflexión. Aceleró procesos de digitalización y puso en evidencia la fragilidad de los sistemas de salud mental a nivel global. La virtualidad se volvió una herramienta clave para sostener vínculos, pero también potenció el aislamiento, la fatiga psíquica y la desigualdad en el acceso a recursos digitales, sobre todo en contextos de vulnerabilidad.
–¿Existen antecedentes de estudios y análisis anteriores que se hayan clasificado dentro del análisis de la geopsiquiatría?
–Sí, aunque no con ese nombre. Durante la Guerra Fría se investigaron los efectos del miedo nuclear y tras el 11-S se estudió el impacto del terrorismo y la securitización en la salud mental colectiva. La geopsiquiatría retoma estas experiencias para construir un marco conceptual más sistemático y global capaz de integrar esas realidades al análisis contemporáneo.
–¿Qué tipo de acciones globales podrían impulsarse en el marco de las necesidades que plantea el nuevo panorama de la salud mental en el mundo?
–Se necesitan políticas públicas globales que integren la salud mental como componente esencial del desarrollo sostenible. Esto incluye el fortalecimiento de sistemas comunitarios de atención, la capacitación de profesionales en enfoques contextuales, la investigación transnacional de determinantes psicosociales y la inclusión de la salud mental en agendas climáticas, migratorias y de derechos humanos.
MISIÓN
–¿Qué es el Instituto Internacional de Geopsiquiatría? ¿Cuáles son sus funciones y qué trabajo desarrollará usted allí?
–El Instituto Internacional de Geopsiquiatría fue creado en 2025 bajo el auspicio del Grupo de Interés Especial en Geopsiquiatría de la Asociación Mundial de Psiquiatría. Su misión es promover la investigación, la formación académica y la incidencia política en torno a la relación entre geopolítica y salud mental. Como senior fellow y director del Centro Colaborativo en Paraguay, me corresponde impulsar estudios regionales, fortalecer capacidades locales y contribuir al desarrollo de marcos teóricos y prácticos que reflejen las realidades de América Latina en el contexto global.
–¿En qué sentido la problemática del subdiagnóstico, la escasez de profesionales y los prejuicios sociales que postergan las consultas menguan el avance en este tipo de aristas investigativas emergentes?
–Estas problemáticas no solo dificultan el acceso a atención oportuna, sino que también limitan la capacidad de los sistemas de salud para generar datos representativos y contextualizados. El subdiagnóstico oculta la verdadera magnitud del sufrimiento psíquico en las poblaciones; la escasez de profesionales impide establecer redes de investigación clínica sólidas y el estigma social retrasa tanto la consulta como la participación en estudios. Esto repercute directamente en la producción de evidencia científica que permita desarrollar políticas sensibles al contexto geográfico y sociocultural. La geopsiquiatría, al enfocarse en los determinantes estructurales y globales de la salud mental, pone de relieve la urgencia de superar estas barreras para avanzar hacia una comprensión más completa y justa del sufrimiento psicológico en cada territorio.
DESARROLLO DE LA GEOPSIQUIATRÍA EN PARAGUAY
Profesionales paraguayos publicaron en el International Journal of Social Psychiatry un estudio que analizó, por primera vez en el país, la relación entre condiciones meteorológicas extremas y las consultas psiquiátricas de urgencia.
Utilizando un diseño case-crossover, el estudio evidenció que el calor extremo y la baja humedad relativa se asocian con un incremento significativo de consultas por episodios bipolares, trastornos de la conducta alimentaria y depresión.
En contraste, se observó una disminución en las consultas por esquizofrenia. Además, se constató que cada 1 % menos de humedad relativa aumentaba en 11 % el riesgo de consulta, lo que subraya la vulnerabilidad de ciertos cuadros ante condiciones climáticas adversas.
Otro trabajo recientemente publicado, esta vez en la revista Geopsychiatry, consistió en la primera encuesta global sobre la incorporación de la geopsiquiatría en la formación de médicos residentes en psiquiatría. Participaron 401 profesionales de más de 20 países. Los resultados muestran que, si bien la familiaridad con la disciplina aún es baja (4,2 %), más del 60 % considera muy importante incluirla en los programas formativos. Este estudio también identificó las principales barreras institucionales, como la falta de docentes capacitados y de materiales educativos específicos.
Actualmente Paraguay lidera un estudio multinacional sobre los efectos del cambio climático y fenómenos meteorológicos extremos en la salud mental de la población general.
Esta investigación se encuentra en fase de recolección de datos en los cinco continentes, en colaboración con centros académicos de América, Europa, África, Asia y Oceanía.
Está en fase de diseño final un nuevo estudio que evaluará la relación entre la exposición a partículas finas en suspensión (material particulado PM2.5) y la aparición o intensificación de síntomas comunes de enfermedades mentales.
Esta línea de investigación apunta a profundizar el entendimiento del impacto de la contaminación ambiental en el bienestar psicológico, un aspecto cada vez más relevante en contextos urbanos y vulnerables.
Dejanos tu comentario
Princesa de Asturias premia la lucha contra el cáncer
- Madrid, España. AFP.
La estadounidense Mary-Claire King fue galardonada este jueves en España con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, por su aplicación de la genética a la prevención del cáncer, contribuyendo “a salvar millones de vidas”. “Los estudios de la doctora King han permitido establecer por primera vez la estrecha relación entre un gen concreto y el riesgo de desarrollar cáncer de mama u ovario, contribuyendo de este modo a salvar millones de vidas”, indicó el jurado del premio, concedido por la Fundación Princesa de Asturias, heredera del trono español.
Sus trabajos también han sido claves para conocer “la sorprendente similitud genética entre humanos y chimpancés”. Asimismo, la genetista estadounidense de 79 años ha contribuido a “la defensa de los derechos humanos”, toda vez que “desarrolló una metodología rigurosa, tanto científica como legalmente, con la que se ha conseguido la reunificación familiar de personas desaparecidas”, continuó el fallo, dado a conocer en Oviedo, capital de la región española de Asturias.
King fue seleccionada de entre 59 candidaturas de 23 nacionalidades que optaban por este premio. Graduada en Matemáticas y con doctorado en Genética en la Universidad de Berkeley, King ha recibido varios reconocimientos, como el Lasker, sobre todo por haber identificado el gen BRCA1, clave en el desarrollo de los cáncer de mama y ovario.
Lea más: Museo Nacional de Antropología de México recibe premio español
Ese descubrimiento “supuso un cambio de paradigma en el conocimiento del origen del cáncer”, lo que llevó a que “el estudio de esta enfermedad y de otras enfermedades denominadas raras” comenzaran a “enfocarse desde otro punto de vista”, apuntó la Fundación Princesa de Asturias.
Con más de veinte doctorados honoris causa en universidades de todo el mundo, King ha ocupado cargos relevantes en instituciones públicas y universidades de Estados Unidos, así como en el Consejo Científico de la Organización Mundial de la Salud.
Lea también: Serena Williams ganó el Premio Princesa de Asturias
Penúltimo galardón del ciclo
El de Investigación Científica y Técnica es el séptimo de los ocho galardones de esta edición de los premios, considerados los más prestigiosos del mundo iberoamericano, que anualmente otorga la Fundación Princesa de Asturias. Instituidos en 1981, están dotados con 50.000 euros (unos 57.600 dólares) y una escultura creada por el fallecido artista catalán Joan Miró.
El año pasado, en esta categoría, el reconocimiento fue para cinco expertos de Estados Unidos, Canadá y Dinamarca, cuyos estudios propiciaron fármacos para combatir la diabetes y la obesidad, como el Ozempic. En otras ediciones también fueron premiados los científicos responsables del descubrimiento del ARN mensajero, que permitió desarrollar en tiempo récord varias vacunas contra el covid-19, o matemáticos impulsores del procesamiento matemático de datos.
Este año, los galardones ya anunciados han sido el Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, que recayó en el filósofo y ensayista alemán de origen surcoreano Byung-Chul Han, el de las Letras, que distinguió al español Eduardo Mendoza, y el de Ciencias Sociales, para el sociólogo estadounidense Douglas Massey.
También se fallaron el de Artes, que recayó en la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, el de Deportes, que reconoció a la tenista estadounidense Serena Williams, y la semana pasada el de la Concordia, destinado al Museo Nacional de Antropología de México.
El 18 de junio concluirán los anuncios de esta edición, con el fallo del Princesa de Asturias de Cooperación Internacional. Los galardones, que toman su nombre del título de la heredera al trono de la Corona española, la princesa Leonor, son entregados por los reyes Felipe y Letizia, normalmente acompañados por sus hijas, en octubre en una ceremonia en Oviedo, capital de Asturias.
Dejanos tu comentario
UNA: realizarán jornada especial de donación de sangre en la Facultad de Medicina este jueves
En la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) están organizando una jornada especial de donación de sangre, que se desarrollará en el Hospital de Clínicas. La misma está prevista parar el 12 de junio y esperan una importante participación de la ciudadanía que esté apta para donar.
El encuentro está previsto para este jueves y la recolección de sangre se realizará en el Hall Central del Hospital de Clínicas, de 8:00 a 15:00. En tanto que, en el departamento de Hematocentro seguirán las donación hasta las 18:00.
“Se trata de una la ”Jornada Especial de Donación de Sangre". Hacemos extensiva la invitación a la comunidad para participar“, expresaron los estudiantes de Medicina y del departamento de Hematocentro.
Requisitos para donar
Pueden donar las personas de entre 18 y 65 años, estas deben pesar desde 55 kilos en adelante y estar en buenas condiciones de salud. No deben ser asmáticos o diabéticos, no padecer de enfermedades del hígado o de la sangre. Lo más importante, no usar drogas inyectables.
Para ese día es recomendable haber consumido algo liviano como frutas, te, cocido, mate o cualquier líquido azucarado que no contenga gas o leche. Doce horas antes no haber ingerido bebidas alcohólicas y abstenerse a fumar dos horas antes de donar y la mismas cantidad de horas después.
Recordaron que si se realizaron tatuajes, colocaron piercing o fueron sometidos a una cirugía, se deben esperar 12 meses para donar. Si tuvieron covid deben esperar 10 días, en el caso de que hayan sido víctimas de dengue deben esperar un mes y si se aplicaron vacunas contra el covid, pueden donar si no presentan efectos adversos.
Podes leer: El ministro Eugenio Jiménez supervisó la obra del nuevo juzgado en Fernando de la Mora
Dejanos tu comentario
Hallaron el cadáver de un hombre que estaba desaparecido tras temporal en Capiatá
Este lunes, en la ciudad de Capiatá encontraron el cuerpo sin vida de un hombre de 47 años, que estaba desaparecido desde el jueves pasado tras el fuerte temporal que se reportó a nivel país. La pareja de esta persona realizó su denuncia y agentes de la Policía Nacional iniciaron la búsqueda inmediatamente.
Según el reporte policial, el hallazgo se registró cerca de las 14:00, en el cauce de arroyo Tayuazapé en zona de exAratirí sobre la ruta PY 02. El cuerpo fue identificado como el de Benicio Ramón Fernández, de 47 años, quien habría desaparecido cuando se reportó el fuerte temporal entre la noche del miércoles 4 y el jueves 5.
La denuncia de su desaparición la realizó su esposa, que perdió contacto con él desde la tarde del miércoles, e inmediatamente se inició la búsqueda. El jueves encontraron su automóvil con la llave puesta en zona del citado arroyo y finalmente hoy se halló el cuerpo en avanzado estado de descomposición, bajo el tronco de un árbol.
Lea también: Caso parque Guasu: ratifican prisión de acusado
“Desde el jueves estamos realizando el trabajo de búsqueda de esta persona que es oriunda de Alberdi, que trabaja en Capiatá con una empresa tercerizada de electricidad. No se descarta que haya sido víctima de temporal y que lo haya arrastrado hasta el lugar”, dijo el comisario Hugo Hermosilla, en el programa “Cuenta Final” de canal Gen y Universo 970/Nación Media.
Expresó que en la zona del exAratirí siempre se tienen problemas referente a los raudales y que cuando hay una intensa lluvia es imposible circular en el lugar. “Suele venir a trabajar y luego de unos días vuelve a su casa. Ese miércoles cobró y salió con destino a su casa. No se descarta que se encontraba tomando con algunos amigos y luego ocurrió esto”, detalló.
El cuerpo del hombre será remitido hasta la Morgue Judicial para poder determinar la causa de muerte, que hasta el momento sería por el fuerte temporal, ya que su automóvil de la marca Toyota fue encontrado totalmente destruido y al parecer fue arrastrado por los fuertes raudales.
Podés leer: Joven fue agredida por su pareja con un machete y un hierro