El presidente Santiago Peña dijo días atrás (Expo Maquila en Ciudad del Este, Alto Paraná): “El objetivo es generar 100.000 empleos en la industria maquiladora, con enorme potencial. Generar revolución con el objetivo de generar empleo. El Paraguay es hoy en día la economía más estable (con el mejor escenario) de América Latina, y en los próximos cinco años seguirá teniendo estabilidad económica y política. Convencido estoy de que vamos a tener años de estabilidad política, que es lo que necesita el empresario para venir a invertir, que los inversores extranjeros pongan foco en Paraguay. El país no solo tiene la estabilidad macroeconómica, sino una estabilidad tributaria. No se van a aumentar los impuestos en estos cinco años”.

  • “Duele decirlo, pero hay que decirlo”
  • Por Pablo Alfredo Herken Krauer
  • Analista de la economía
  • Email: pabloherken@yahoo.com

¿Todo lo bueno de lo anterior se puede conseguir con una economía que caería este año entre 3 % y 4 % con una inflación posible del 160 % (95 % en el 2022), el precio del dólar paralelo subiendo 110 % (66 % el año anterior), sin reservas internacionales para cumplir con tranquilidad los compromisos financieros del país, limitando seriamente las importaciones (incluso medicinas e insumos) y succionando recursos de los exportadores de productos agropecuarios hechos por el campo?

Estoy describiendo naturalmente la patética situación de Argentina y su economía. Más que situación casi su historia. Y no porque odie la Argentina –la quiero muchísimo, con mi familia en ella– sino porque es el muy buen y mejor ejemplo para comparar entre lo que sucede al que tiene una mala macroeconomía, que no pudiendo ser base también destruye lo micro. Y nosotros. Miren los cuadros estadísticos que acompañan el artículo.

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Es un error enorme decir que la macroeconomía estable y buena solo son los grandes números positivos que no llegan al bolsillo y al estómago de Juan Pueblo (micro). Que a Juan Pueblo no le importa nada la macroeconomía con su estabilidad, sino solo el poder comer más y mejor. Es un error tomar a Juan Pueblo como un entendido en algo que no es común saber. Sin menospreciarlo para nada, no es deber suyo manejar el tema de la estabilidad macroeconómica y sus efectos en él, con complicados análisis. En su día a día, en el ganarse la vida con tantas dificultades y llevar poco al hogar, sus prioridades son otras. Pero, por lo menos, lo básico debe entender.

En una economía con buena macroeconomía, por ejemplo, el precio del dólar puede estar estable (gatear) bien manejado o volar por los aires como un cohete totalmente descontrolado, Un dólar carísimo encarece brutalmente prácticamente todo lo que con su trabajo Juan Pueblo consigue con enorme esfuerzo. Todo lo que se compra (producto o servicios nacionales, e importados) sube de precio, o se dispara en algunos casos, por la inflación (el alza de los precios de lo que consumimos), de la mano de un dólar que se descontrola. Con el mismo dinero en su bolsillo Juan Pueblo compra menos, cae en deuda, o deja de comprar, empeorando su vida y la de su familia.

Y para tener un dólar que no se dispare la inflación debe ser baja (4 % como promedio), debe existir un Banco Central independiente que cuide el valor del dinero. Es imposible que los precios no suban, pero el comportamiento debe ser normal, haciendo frente a factores externos (crisis mundial) e internos (sequía) evitando un escenario de precios altos que nos perjudique, y a Juan Pueblo con mayor razón. El Banco Central debe cumplir con sus objetivos y sin intervención política, incluyendo al Gobierno de turno.

Un buen Banco Central que cuida la estabilidad macroeconómica debe tener un alto nivel de reservas internacionales para el mejor relacionamiento comercial, financiero, inversión, con el mundo. En las épocas buenas aumentarlas, como ahorro, para usarlas en las épocas malas, evitando el despegue del precio del dólar, manteniéndolo lo más manejable posible, y su efecto inflacionario.

Las reservas internacionales son como un Faro de Garantía cuyo buen alumbramiento atrae la atención del mundo, generando confianza, interés y seguridad. En el caso de que las reservas internacionales sean bajas, tornados externos e internos hacen bailar a la economía, y Juan Pueblo la pasa de lo peor. En este sentido, cuidado con el endeudamiento externo del Gobierno. Su exceso y la imposibilidad de pagarlo llevo a muchos países a crisis catastróficas. Nosotros en 1986 y en 2003.

Por último, pero no menos importante, con reservas internacionales bajas, dólar carísimo, inflación alta, todo lo que se importa del mundo porque el país lo necesita (y consumimos con Juan Pueblo) viene más caro y menos. Y no faltarán aquellos que querrán sacarles sus dólares a los exportadores, con lo cual se desencadena una guerra.

La maquila genera 25.000 empleos en forma directa y un total de 60.000 por efecto derrame. De todos los puestos laborales el 68 % corresponde a mujeres, muchas de ellas en situación de vulnerabilidad. La industria maquiladora logró en 2022 un récord de 1.036 millones de dólares de exportación y representa actualmente el 10,4 % del total de las exportaciones registradas del país. En el 2012 ventas por USD 138 millones.

Reitero: Una buena macroeconomía es una base. Base. La macro (los grandes números de la economía). No lo es todo ni hay que pedirle todo. Sobre esa base lo más sólida posible se construye a través de diferentes políticas y programas la economía pisando tierra, con las empresas y los productores (las micro). Pero si esa base se desfonda, hay poco de qué agarrarse, caemos. Es decir empeoramos, con Juan Pueblo. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.

Etiquetas: #macroeconómica

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