“Duele decirlo, pero hay que decirlo”

En términos macroeconómicos el 2023 está resultando ser mucho mejor de lo esperado, con estabilidad, y pese a los problemas heredados. Hay que asegurar y mantener este avance para tener un 2024 que toque a la gente realmente, en particular la más humilde. El crecimiento económico es importante, pero insuficiente. La recuperación del sector de construcciones es vital, pero no con monumentos. Que no se cometa el error del gobierno anterior. Priorizar el ladrillo.

A esta altura del 2023 se mantienen las confirmaciones de un repunte en el crecimiento económico entre el 4,5 % y el 5,6 % en términos del producto interno bruto (PIB), según fuentes internas y externas, oficiales y privadas, después de estancamiento del 0,1 % (PIB) el año pasado. El aporte del campo ha sido fundamental, de la mano principal de una cosecha de soja que creció 116 % con un valor referencial de 5.221 millones de dólares. La exportación de soja pesa a julio en un 34 % en el total de las exportaciones registradas por un monto de 2.333 millones de dólares, con un agregado extra de 1.250 millones de dólares, con respecto a igual periodo del año pasado. La soja es el clave en el efecto rebote de 2023, aunque ahora así acompañado por el mayor movimiento en otros sectores. Lo que siempre nos olvidamos: es el sector privado el creador de riquezas, empleo e ingreso. La libertad y la seguridad son garantías de un desempeño exitoso con mejor proyección futura.

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Parados en agosto de 2023 el Banco Central del Paraguay (BCP) continua con su estimación inicial del 4,5 % (PIB), en ese porcentaje se ubican los pronósticos de nuestro sector privado, compartido con lo apuntado por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Es el banco Itaú (Brasil, San Pablo) la institución que maneja la estimación del mayor crecimiento económico: 5,6 % (PIB).

Dos indicadores de corto plazo manejados por el BCP también confirman un cambio de cara con respecto al año pasado. Con datos a junio tenemos que Indicador Mensual de la Actividad de la Economía Paraguaya (Imaep), que mide el comportamiento de la marcha de la producción revela que la actividad en 12 meses (junio 2022/2023) tuvo un crecimiento mensual del 4,6 % (-2,7 % en junio 2022), lo que lleva a un primer semestre con un avance acumulado del 6,2 % (-2,9 % en igual periodo del año pasado) y evolución positiva del 3,7 % en doce meses móviles (-0,3 % en junio 2022). Hay que destacar sin embargo que la variación mensual en 12 meses (mes 2022/mes 2023) se ha desacelerado, desde un pico del 8,8 % en marzo, 6,9 % en abril y 7,2 % en mayo, al 4,6 % en junio. Podríamos decir, buscando causas posibles, que en los meses altos (marzo-mayo) se concentra la mayor actividad agrícola con su efecto contagio en otros sectores. Y que también pudo haber jugado el contrabando masivo por la devaluación argentina, y el clima político electoral, que tiene inicialmente un efecto de retracción. De todas formas no se puede negar el mejor rostro de 2023. Un contraste lógico si se quiere después del feo 2022.

Las ventas (el consumo) tiene una evolución también positiva, pero a una velocidad menor. Según el Estimador Cifras de Negocios (ECN) del BCP la variación de las ventas interanuales fue del 2,3 % (junio 2022/2023) frente al -5,3 % el año pasado. Semestre contra semestre la variación fue del 1,7 % (-1,5 % en 2022) y la marcha en 12 meses móviles fue del 0,3 %. Los sectores con ventas más dinámicas, en las tres variaciones manejadas, fueron: súper/híper mercados (0,6 %, 5c % y 2,9 %); grandes tiendas prendas de vestir (-0,1 %, 8,8 % y 11,4 %); equipamiento del hogar (2,8 %, 4,9 % y 1,7 %); venta de vehículo y mantenimiento (-4,5 %, 2,9 % y 2,4 %); ventas de combustibles (4,9 %, 2,1 % y -5,5 %), químicos farmacéuticos (-0,3 %, 9,6 % y 7,4 %). Los sectores con peor desempeño fueron: materiales de construcción, (-2,9 %, -10,5 % y -10,4 %); y telefonía celular (-4,3 %, -4 % y -4,7 %).

En resumen: a junio la producción habría crecido 6,2 % en seis meses acumulados, mientras ventas crecieron 1,7 % en el mismo periodo. Tratemos de encontrar una explicación a esta suerte de divorcio. En toda economía que arrastra pesadamente malos tiempos y de manera prolongada, el consumo de la gente no se repara de la noche a la mañana. Lleva su tiempo. Sin embargo, la producción, en especial si está ligada a la producción agrícola y agroindustrial, tiene una rapidez mucho mejor en su recuperación. Cuando la actividad económica en general se mantenga continuamente fuerte, el consumo adquiere mayor velocidad. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.

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