Las ambiciones de cambio del nuevo presidente de la República, Santiago Peña  –cuesta no llamarlo Santi por afectuoso respeto–, son tan grandes como su pasión por una economía moderna, estable y abierta (centro logístico con distribución y comunicación regional y mundial) y polo de inversiones extranjeras, para diversificar la riqueza productiva que ya tenemos. “El resurgir de un gigante” es su sueño y su objetivo: “Que el mundo sea testigo”, dijo . Sabe lo que quiere y tiene los conocimientos y la experiencia. Y es líder. Pero nada le será fácil, y toda reforma genera resistencia, conflictos. La oposición del poder de los medios de comunicación (partidos políticos “en la sombra”) será constante y agresiva, sino destructiva. “El cartismo no puede triunfar, aunque el país sufra”. Opino, con todo respeto, que mucho sueño choca contra la realidad, que se calienta. Cabría más prudencia y objetividad. Más razón en la legítima ambición y el derecho a soñar en grande. Pisar tierra y volar alto. Combinación adecuada. Además, creo que su interpretación de nuestra historia no es la correcta (la del Presidente). Que lo ambicionó, lo buscó, lo peleó y el poder está en sus manos. Me consta, desde que lo conocí en el 2012, si la memoria no me falla, como miembro del Directorio del BCP. Llegará lejos me dije, con seguridad.  Santi es una excelente persona, de lo mejor, generoso, educado, respetuoso, fue un ministro de Hacienda de lujo (con reconocimiento mundial), y ahora es Presidente con un optimismo que contagia esperanza. Confío en él, siempre que escuché (oír no es suficiente) las críticas y el reconocimiento de los elogios en aguas turbulentas. Y tiene un buen equipo. Algo fundamental. De pronto mi mayor preocupación se reduce a: ¿de dónde saldrán los recursos para financiar parte muy importante de lo prometido?

He aquí algo de lo que dijo en su primer discurso Santiago Peña como presidente de la República el martes 15 en su asunción al mando en un acto brillante y un día radiante. A la tarde me dijo un diplomático: “Qué país envidiable el tuyo, Pablo. El acto de esta mañana es el de un país que va en buena dirección. Nada que ver con lo que publica la prensa”. Veamos:

“La clave para que el crecimiento llegue a la gente es el acceso a empleo de calidad que no solo brinde seguridad social, sino que ofrezca oportunidades de desarrollo y bienestar para los trabajadores. Necesitamos generar por lo menos 500.000 nuevos empleos de calidad para atender la demanda de la población y el crecimiento anual de nuevos ingresantes de la fuerza laboral. Desde el Gobierno vamos a promover la creación de estos puestos de trabajo con el sector privado (los empresarios), lo que supone un gran esfuerzo de coordinación interinstitucional y territorial y de articulación con el sector productivo. El Ministerio de Economía (Carlos Fernández Valdovinos) será el responsable de formular, coordinar y supervisar las políticas económicas del Estado, con el objetivo de promover el desarrollo económico sostenible y la generación de empleo; impulsar la competitividad y la productividad de los diferentes sectores económicos, y de establecer medidas para la protección de los consumidores. En materia de políticas económicas, no somos ni seremos un centinela sentado sobre una caja fuerte. Si fuera así apenas empataríamos al final de la gestión. Seremos generadores creativos de factores como el incentivo a las industrias, a la radicación de inversiones, las innovaciones tecnológicas, la empleabilidad y la productividad laboral para lograr el gran saldo económico que nuestra población se merece.

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También creo que los problemas de crecimiento y sobre todo la erradicación de la pobreza solo se solucionan con economías de mercado abiertas, correctamente reguladas.

El éxito de cualquier gestión gubernamental depende en gran medida de la capacidad y la experiencia de las personas que ocupan estos cargos claves. Hemos reunido a profesionales altamente componentes y comprometidos, lo que nos permitirá fortalecer la capacidad del Gobierno para abordar los desafíos y cumplir con las expectativas de la sociedad. Además, contar con un equipo equilibrado y diverso en términos de conocimientos y habilidades nos permitirá enfrentar mejor los diversos problemas y situaciones que puedan surgir. Confío en el éxito de mi equipo de trabajo, resultado de una difícil, cuidadosa y rigurosa selección de talentos para garantizar un desempeño óptimo en la administración pública.

Considero que la mejor política social que existe es el crecimiento económico sostenido, generando oportunidades de empleo formal, decente y bien remunerado. Creo fervientemente en la importancia de la competitividad, en el desafío de aumentar la productividad y en darles a todos nuestros ciudadanos la posibilidad de desarrollar sus proyectos de vida con estabilidad y previsibilidad.

Paraguay se está convirtiendo en el centro logístico del Corredor Vial Bioceánico Sudamericano, lo cual convierte en una oportunidad nuestra centralidad geográfica y fortalece la integración con países vecinos y mercados del Pacífico. Este corredor comercial impulsará el Mercosur y la Alianza del Pacífico, promoviendo un mayor acercamiento entre ambos bloques. Además, por su intersección con la Hidrovía Paraguay-Paraná, esta se convertirá en la forma más competitiva de transportar productos de diferentes países a los puertos del Pacífico, facilitando consensos para la gestión de la navegación fluvial. Paraguay está decidido a abandonar su antigua imagen de isla rodeada de tierra, como lo describía nuestro premio Cervantes don Augusto Roa Bastos, y convertirse en el centro de la integración sudamericana. Fin

Lo conozco a Santi desde el 2012, en el estudio de nuestro programa de radio “La Lupa” (radio Monumental), con Carlos Báez, en la mañana de un día no agendado. Con frecuencia, como analista económico, yo hablaba del BCP y de su función central que es el cuidado del valor del dinero, teniendo en frente a los desarrollistas que querían usar las reservas internacionales. Eran días complicados. Desarrollando el programa, aparecen tres funcionarios del BCP con el mismo traje azul, liderados por el más locuaz, agradable y comprometido: Santiago Peña (34 años). Lo acompañaban Rafael Lara y Roland Holst. ¡Tres miembros del Directorio! Totalmente inusual. La entrevista fue casi un monólogo de Santi. Quería decir mucho, en lenguaje sencillo, respondía las preguntas con seguridad y seriedad, pero con amabilidad y unos toques de humor. Como decimos, daba gusto. Y mucho. Nos sorprendió, me sorprendió. Como para retirarse se pegó una suerte de discurso sobre el valor de un Banco Central independiente, con baja inflación y estabilidad cambiaria. Lo estuve mirando y escuchando todo el programa, y en algún momento me dije para mis adentros: Este (Santi) está para más, mucho más, y tiene una fuerte ambición de subir y subir. Lo mueve la obsesión de cambiar el país. No me sorprendió que el 5 de enero de 2015 aceptara el ofrecimiento de ministro de Hacienda del presidente Horacio Cartes, en reemplazo de Germán Rojas. Ejemplar desempeño, con un 2016 brillante (37 años). Era envidiable su capacidad de trabajo.Tampoco me sorprendió que diera un pasó más hacia adelante, incursionara en la política, y buscara la presidencia, que le fue esquiva en el 2017. Jamás lo vi derrotado, vencido quizás, pero con una capacidad de recuperación extraordinaria. Un tropezón no es caída. Y resurgió. Fue un 2012-2023 a la velocidad de un rayo. Para bien del país, y para rabia de los anti cartistas a muerte, que los hizo y hace estronistas. Ahora necesito saber qué recursos disponen y piensan disponer para cumplir las promesas. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.

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