La salud en el Paraguay es uno de los sectores que debe ser atendido en forma urgente y necesaria por las autoridades electas que asumirán el 15 de agosto próximo. El sistema sanitario viene atravesando una situación de alta complejidad que requiere la madurez política y conciencia patriótica cuando se distribuya la torta presupuestaria a la hora de los estudios del presupuesto general de gastos (PGN).

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirma que Paraguay gasta USD 179 (G. 1.306.700 al cambio actual) per cápita anual en la salud de sus habitantes, lo que lo ubica entre los niveles más bajos de la región.

El gasto público en salud representó 3,3 % del producto interno bruto (PIB), y 14,4 % del gasto público total, en tanto que el gasto de bolsillo en salud implicó 41,6 % del gasto total en salud. El gasto de bolsillo es cuando el propio enfermo o sus familiares asumen el tratamiento médico del paciente.

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A criterio del exviceministro de Salud Édgar Giménez lo ideal es aumentar el gasto estatal en salud a un 6 % del PIB, aunque para eso se debería encontrar la fuente de financiamiento, es decir: de dónde saldrán los recursos para financiar con mayores inversiones a este sector sensible.

Alberto Acosta Garbarino, titular de la fundación Desarrollo en Democracia (Dende), había advertido sobre el desafío de sostener la inversión sanitaria realizada hasta el momento en el PGN y los siguientes años venideros.

La preocupación de especialistas es que el sistema de salud no integrado requiere una reforma profunda, ya que “así como está, además de no satisfacer las necesidades de la gente es extremadamente costoso y un sistema nuevo es fundamental para darle a la gente una vida digna”, al decir de Acosta Garbarino.

Hay que reconocer que la pandemia del covid-19 demostró la urgente necesidad de apostar por una profunda reforma del sistema sanitario nacional: ordenar y mejorar la calidad del gasto, entretanto encontrar los recursos para un mayor presupuesto destinado al sector.

Un total de 1.200 hospitales son públicos y aproximadamente 3.200 son privados. Del total de los establecimientos públicos, 718 atienden a la población sin seguridad social y el resto con seguro social. Actualmente, 11.613 son médicos y de estos, 3.427 son médicos especialistas. El mayor porcentaje se concentra en el área de pediatría que cuenta con 571 profesionales, le sigue ginecología con 453 y 357 son de medicina interna.

Los datos del Ministerio de Salud señalan que el 27 % de todo el personal de blanco corresponde a médicos y el 57 % son enfermeros en el sector público, con la exclusión del Hospital de Clínicas, Instituto de Previsión Social y la sanidad militar y policial.

En el país, la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades no transmisibles, relacionadas con la nutrición, quizás sean los principales problemas de salud, y a lo que se suma la salud mental de la población, la que se ve notoriamente en el segmento escolar.

Sin embargo, hay que reconocer que en este país está demostrado que dejar para mañana lo que podríamos hacer hoy es muy malo para la salud: la gente deja a última hora para acudir a una asistencia sanitaria, lo que al final le cuesta más caro al Estado que debe inyectar más dinero para el tratamiento y cura del paciente crónico.

Por ello es que a la salud en Paraguay le urge un corte quirúrgico para que no haga metástasis. Las riendas sanitarias deberán estar en manos de gente patriota, de alta sensibilidad humana y que tenga el acompañamiento político para dotar de mejoras en infraestructura y recursos necesarios en cuanto a personal de blanco y medicamentos.

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