- Por Jorge Torres Romero
- Columnista
No se trata de un capricho político ni copamiento alguno de poder. Se trata de la culminación de un plan de campaña del proyecto Santiago Peña-Pedro Alliana, para que a partir del 15 de agosto se dé andamiaje a la gobernabilidad sin que pueda detenerse en la politiquería o el oportunismo tilingo de algunos opositores que priorizan sus intereses particulares antes que el interés general.
El gobierno de Peña no puede perder el tiempo en el revanchismo o el pase de factura a sus adversarios políticos como lo hizo Mario Abdo. Peña debe concentrarse en cumplir sus promesas de campaña, las cuales le llevaron a conquistar la adhesión ciudadana con irrefutable legitimidad.
La eterna manera de hacer oposición de algunos y la pretensión de sacar rédito político sobre el fracaso del gobierno de turno nos condujo al atraso y a enlentecer los procesos de cambios y transformación necesarios.
¿Por qué Santiago Peña se inmiscuye en la conformación de la mesa directiva del Congreso? Por la sencilla razón de evitar contratiempos en la construcción de los proyectos de resolución de los problemas de la gente.
La lectura de Orlando Penner, del Partido Patria Querida, al igual que la del joven diputado Rubén Rubin es una señal alentadora de que algunos referentes de la oposición están entendiendo que llegan a la conquista del poder para ser partícipes en el objetivo de resolver las necesidades de la gente. Penner sostiene que se ganó un escaño en el Senado con la promesa de dar respuestas al problema del agua en el Chaco ¿Con quién podría lograrlo? Por supuesto que con la sintonía del líder del Poder Ejecutivo, no con Blanca Ovelar ni con Esperanza Martinez ni Eduardo Nakayama, por citar algunos nombres. Estos voceros de la oposición no están leyendo lo que la ciudadanía votó el 30 de abril. La oposición tilinga no construye, al contrario, aleja cada vez más las chances de lograr la famosa alternancia que pregonan estos políticos no colorados.
Peña necesita paz política para concentrarse en que la gente vuelva a tener dinero en el bolsillo, circulante en la calle, en la generación de puestos de trabajo, la disminución del déficit habitacional, hacer que las calles sean seguras e innumerables dramas que todos los días padecemos los paraguayos.
La incoherencia de Blanca Ovelar, Luis Pettengil y Óscar Salomón, quienes pidieron votar a Peña el 30 de abril y hoy ya desoyen el pedido expreso del presidente electo, es la confirmación de que poco o nada les importa que el presidente de su partido político llegue al objetivo de cumplir sus promesas electorales. Afortunadamente, en el Senado primó el sentido común y el próximo presidente del Congreso será el senador Silvio Ovelar no porque Beto sea el mejor, sino porque será la herramienta para la concreción de los planes del Ejecutivo en beneficio de la gente. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.