- Por Eduardo “Pipó” Dios
- Columnista
Decía Alfonsín que se puede discutir con alguien que está a “tu izquierda o a tu derecha”, pero lo que no se puede es “discutir con un populista”, porque nos responderá con “inescrupulosidad, voluntarismo, eslóganes y demagogia”.
El nivel de discusión de algunos candidatos derrotados hace 15 días por Santiago Peña y la ANR es ese. El de populistas demagogos. Uno, juega de “loco anarquista” imitando hasta maneras del fascismo de Musolini, proponiendo cosas irracionales, que van desde prohibir cesáreas a obligar a un político a andar en transporte público y cortar manos y cabezas, de manera literal.
El otro gran demagogo, Alegre, que aparte de populista, nos repite su fracasado eslogan “Patria o mafia”, que lo llevó a derrota tras derrota los últimos 10 años. Ambos insisten con la estupidez supina del fraude sin ninguna prueba más que su “sospecha” basada en “creencias” sin fundamento alguno. Y exigen la violación de leyes para satisfacer sus “oportunas” dudas. En el caso de Alegre, es ya mero oportunismo, ningún fraude le pudo hacer perder por más del 15 % de los votos, pero necesita desesperadamente desviar y evitar la discusión en el seno del PLRA, sobre su continuidad al frente, donde, prácticamente todos los referentes, piden su salida de la presidencia del Directorio, a la que él se aferra como garrapata (literalmente, ya que sostiene su movimiento chupando la sangre del PLRA).
Esto lo lleva a sumarse al reclamo irracional de Payo, que junta patotas a fuerza de caña, chespi, arengas y propinas, la mayoría de ellos, marginales, que ni siquiera han votado. Esto simplemente lo lleva a dilapidar ese sorprendente 22 % obtenido el 30 de abril, puesto que el voto bronca o hartazgo que recogió también está harto de este tipo de personajes que hoy lo apoyan cerrando calles y creando caos.
Simplemente de manera anecdótica, hoy leía un bien impreso y diseñado cartelón que portaban las pocas decenas de marginales y enajenados que se turnan para molestar frente al TSJE, y ya superando a uno de la semana pasada donde rogaban la intervención de Bukele, el mediático presidente salvadoreño en las elecciones paraguayas, vaya uno a saber cómo, este reza literalmente “Fuera de nuestro país los dos criminales corruptos (suponemos que serían los designados por la Embajada americana). Enemigos del pueblo paraguayo. Por favor China y Rusia nos están matando por defender nuestra patria (hasta ahora no sabemos quién mató a quién). Libertad para nuestro presidente electo Paraguayo Colome Cubas (no saben ni el nombre). El
pueblo paraguayo les espera con sus tropas militares…”, todo esto con una bandera americana y una colorada tachadas junto a una china y otra rusa, obviamente sin tachar.
Simplemente desopilante; al final, los criminales corruptos designados por los Estados Unidos están aliados con los mismos Estados Unidos, por lo que piden que nos invadan tropas de Rusia y China e instalen a un primo materno de Paraguayo Cubas Colomes (pero que no usa la “s” final).
“Ese” es el nivel de la discusión, entonces, ¿qué podemos lograr tratando de discutir y razonar con este tipo de delirantes? ¿No sienten un poquito de vergüenza los que apoyan a estos grupos e inclusive los financian? ¿No les queda un restito de vergüenza, pegada quizás en el fondo del tarro?