Una parte importante del futuro de nuestro país radica en una mejor calidad educativa a nivel primario, medio y superior y en el desarrollo y expansión cualitativa y cuantitativa de nuestra producción agrícola por parte de los pequeños y medianos productores, teniendo en cuenta que seguimos siendo mayoritariamente agrícola-ganadero.

Trabajemos fuerte y profesionalmente por una mejor calidad educativa, con mejores infraestructuras en las escuelas y colegios de todo el país, acompañado por una dinámica y bien orientada capacitación a docentes, debido a la limitada calidad y formación académica que poseen muchos de ellos, siendo nuestro principal problema de carácter estructural, pues el déficit en dicha disciplina no es nada nuevo, sino que lo venimos arrastrando desde hace más de 4 décadas y que se ha ido agudizando cada vez más.

El futuro de nuestra educación se mantendrá incierto si no existe un trabajo estrecho con los educadores, con un ministerio y un gobierno que les estén apoyando constantemente, pero que provenga de gente que realmente tenga bien clara “la película” sobre nuestra problemática a nivel país y conformado por un equipo en donde la proactividad sea la constante y no meramente reactivos, “cuando el problema ya lo tenemos encima”.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Muchas “recetas” recibimos de expertos extranjeros, pero no nos deberíamos dejar arrastrar por ello, dado que lo importante es darle aplicabilidad práctica a nuestra realidad como país, donde podamos volver a manejar los principios básicos de la aritmética y entender la importancia que reviste la lectura comprensiva en niños y jóvenes.

En las escuelas se nos enseña los nombres hasta del lago más chiquito ubicado en Tanganica, pero no se insiste en lo que verdaderamente nos será de utilidad en nuestro día a día.

Una parte importante del futuro de nuestro país reside en el campo. Dentro de la agricultura familiar contamos con un enorme potencial no aprovechado en su justa dimensión, con aproximadamente 250.000 pequeños productores agrícolas en estado de vulnerabilidad económica, los que con una buena orientación técnica-productiva podrían permitirnos que tanto los padres como los hijos jóvenes de estos labriegos se conviertan en emprendedores microempresarios, con lo que estaremos contribuyendo a fortalecer la capacidad adquisitiva/productiva y disminuyendo la masiva migración de estos a ciudades del departamento Central y de la Gran Asunción en busca de fuentes de trabajo.

El objetivo primario debe estar enfocado en eliminar “la intermediación, pues allí radica gran parte de la pobreza económica de nuestros pequeños productores del campo, ya que mientras estos “se rompen el lomo” trabajando, otros se enriquecen “a su costilla” sin mucho esfuerzo.

En calidad educativa seguimos muy rezagados comparado con otros países de la región. Solo con base en ajustes salariales a los docentes jamás podremos lograr los objetivos que todos pretendemos. Paraguay es uno de los países de América Latina que menos invierte en educación con relación al PIB y si ello no se revierte en el corto/mediano plazo, definitivamente seguiremos rezagados, puesto que dentro de un mundo cada vez más globalizado y competitivo se precisa contar con RRHH idóneos y capaces, y que cuenten con suficiente capacidad innovativa y creativa.

Nuestra educación primaria y media precisa de una revisión global de la malla curricular en lo que se refiere a los contenidos que permita dar el verdadero valor agregado que niños y jóvenes necesitan para una mejor formación académica, de forma tal a que cuando llegue el momento de ingresar a la universidad puedan contar con una base fortalecida para egresar de la misma como buenos y útiles profesionales en diferentes disciplinas.

Esperemos que el próximo gobierno lo pueda tener en agenda prioritaria con una consideración y tratamiento profesional. Un pueblo sin educación es como si les faltaran brazos y piernas.

No podemos pretender hablar de calidad educativa, cuando tenemos a nivel país miles de escuelas y colegios en pésimas condiciones, obligando a muchos alumnos a seguir dando clases a la sombra de un amable y solidario arbolito.

Una total falta de respeto y consideración hacia nuestros niños y jóvenes.

Dejanos tu comentario