• Por Felipe Goroso S.
  • Columnista político

Al faltar cada vez menos para el domingo 30 de abril, día de las elecciones generales donde los paraguayos vamos a elegir a nuestras autoridades que van a conducir tanto el Poder Ejecutivo como el Legislativo, los sesgos y burbujas informativas quedan cada vez más expuestas, como una fractura de hueso que no recibe tratamiento médico alguno.

Cualquier persona que alguna vez haya leído, visto o escuchado a los grupos de medios afines y que siguen sosteniendo a este gobierno, así como al anillo más cercano del candidato a presidente de la República, Efraín Alegre, ya cayó en la cuenta de que hay toda una operación política en desarrollo desde hace semanas que busca instalar los supuestos problemas financieros que tendría la Asociación Nacional Republicana para financiar su campaña electoral. En esos medios, la narrativa es clara y sin tapujos: la ANR está en crisis económica. Sin embargo, desde el Partido Colorado afirman que son el partido político más ordenado de todos, financiera y económicamente hablando. No tienen deudas, no tienen embargos, están al día con sus obligaciones (a pesar de lo que pueda afirmar alguna senadora colorada que hace años tiene más afinidades con el Frente Guasu que con su propio partido).

Sin embargo, esos mismos medios con sus respectivos voceros, no dicen una sola palabra al respecto de la desastrosa situación económica en la que se encuentra el PLRA desde hace años, de la mano de su presidente, el propio Alegre. La semana pasada, en una reveladora entrevista con el programa “Duro de callar” en GEN, la dirigente liberal Basilisa Vázquez tuvo el coraje y la valentía de exponer la real situación de las finanzas del PLRA, producto de la administración de Alegre. El disparador fue una nota que envió al Instituto de Previsión Social el titular azul solicitando a la previsional una “cesión de derechos”, esto con el objetivo de redireccionar a esa institución el dinero que debe recibir el partido en concepto de subsidio electoral.

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Esta acción iniciada por Alegre no solo pasa por alto al directorio, sino que también violenta el estatuto partidario, explicó. Sencillamente pasa por alto al directorio porque la instancia partidaria no registra una sola reunión desde hace muchísimo tiempo. Fue a principios del año pasado cuando Efraín luego de obtener la presidencia en sus elecciones internas, pero quedar en minoría en el directorio, la oposición interna logra cooptar los demás cargos más importantes. Sin embargo, eso duró poco, la oposición interna no logró consolidar su mayoría, el presidente azul retoma la supremacía ubicando a varios dirigentes en puestos importantes, uno de ellos el de consejero de la Diben, que le fue asignado al recientemente nombrado tesorero del partido. La iniciativa también pasa por encima al tesorero, viola varios artículos del estatuto del PLRA y constituyen incluso causales de expulsión.

Además, Vázquez confirmó algo de lo cual se habla desde hace rato en tono de murmullo en el mundo que rodea a los liberales. La firma de por lo menos un contrato fideicomiso (algunas fuentes refieren de que no sería el primero ni el único) con el banco Continental, esto a los efectos de que Alegre candadee para sí los recursos que llegan en concepto de aportes y subsidio electoral. De confirmarse con documentos, tal cuestión configuraría un hecho gravísimo de debería ser investigado por el Ministerio Público, la Superintendencia de Bancos y el TSJE (órgano que supervisa el financiamiento de las campañas electorales), ya que un cliente con decenas de embargos, denuncias por atrasos en sus obligaciones, incluso de parte de los propietarios de la sede partidaria, no estaría habilitado a firmar fideicomisos y la empresa bancaria tampoco estaría en condiciones de signar tal acuerdo.

Estos son los temas que expusimos, exponemos y seguiremos exponiendo en Nación Media; temas que incomodan y desarman la agenda dominante y de los cuales los otros grupos de medios prefieren no hablar porque les restaría verosimilitud a la narrativa anticorrupción de la candidatura a la cual ellos optaron apoyar, pero no se animan a decirlo abiertamente y la disfrazan con una supuesta imparcialidad. Sin embargo, aparentemente una mayoría de la ciudadanía ya tomó partido y prefieren recibir información veraz antes que supuestamente imparcial.

Y de eso; de tomar partido, también se trata la política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a.

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