En el año 1991 ingresé a la Universidad de la República (Uruguay) a una hermosa carrera, licenciatura en Relaciones Internacionales, una excelente mezcla de comercio exterior y derecho internacional. Uno de mis mejores profesores, Dr. Isaac Maidana, era realmente un experto en su área, además de ejercer docencia, era un alto funcionario en Aladi. Realmente amábamos sus clases, porque no solo eran teóricas, sino que simulábamos negociaciones internacionales en equipo con nuestros compañeros, como la del Mercosur, formidable experiencia.

En coincidencia ese año nace, con el Tratado de Asunción, el Mercosur. Era fantástico para quienes nos gustaba el derecho internacional pensar en una alianza regional, de 4 países hermanos con objetivos comunes. Era un hermoso sueño, sobre todo para los paraguayos y uruguayos, sentirse hermanados y protegidos por su mami y papi, Argentina y Brasil.

Sin embargo, con el paso de los años, los avances fueron muy lentos, con peleas constantes familiares, divorcios temporarios de los padres, dejando a sus hijos por momentos a la deriva. Muchas veces maltrato físico a los más pequeños. Sobre todo, de parte de la madre Argentina, que sistemáticamente creaba nuevas barreras paraarancelarias, bloqueos o impedimentos para permitir fluir adecuadamente bienes, principalmente.

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Sin ir más lejos, solo un par de ejemplos de cómo el Mercosur no madura, y la familia nuevamente se pelea, Argentina está cobrando “peaje” sin contraprestación de servicio a Paraguay, por el paso del río Paraná. ¿Esto es “libre circulación de bienes y servicios”? Por otro lado, la “facilitación de libre tránsito de personas” ¿Dónde esta? Hace 32 años que el paso fronterizo en épocas festivas y vacaciones es un completo viacrucis, mismos papelitos que completar, colas interminables (3 horas la demora para salir por Clorinda) y burocracia deficiente.

Por favor, que nuestros gobernantes y gestores públicos dejen la demagogia y comiencen por solucionar los problemas básicos, no se puede construir un castillo si los cimientos y pilares no son sólidos. El Mercosur debe acelerar más, porque luego de tantos años ya deberíamos tener una relación madura y sana con nuestros familiares/socios. Ahora se esta proponiendo una moneda única, hermoso sueño, pero qué tal si arreglamos primero la casa antes de construir el segundo piso. Y con Celac, excelente iniciativa, pero si entre 4 no nos entendemos todavía.

El Mercosur debe ser mucho más eficiente, debemos finiquitar los detalles con la Unión Europea, y otros futuros aliados probables como China. Uruguay se había quedado solo en esta última iniciativa, y amenazó con avanzar solo si el Mercosur no lo apoyaba. Sin embargo, ahora el presidente Lula apoyaría la iniciativa, ¿qué hará Paraguay con su aliado Taiwán si esto avanza?

La integración siempre es fantástica, pero nuestros países deben poder construir políticas de Estado que sean a largo plazo, no depender del presidente de turno y su voluntad para avanzar en temas necesarios para toda nuestra región. A dejar la demagogia, pasemos del discurso a la acción.

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