Continuamos conociendo al cerebro de Navidad y Año Nuevo. Esta época es tiempo de excesos, principalmente en el gastar, en el comer y en el beber. Pasar el límite suele tener consecuencias, que al final solo se notan en enero. Mejor controlarse un poco y disfrutar de estas festividades con moderación.

Volviendo un poco sobre nuestros pasos y lo que hablamos la semana pasada, hemos visto que tenemos una “red espiritual navideña” que comprende varias áreas corticales en el cerebro humano. Esta red tuvo una activación significativamente mayor en personas que celebran la Navidad con asociaciones positivas en comparación con personas que no tienen tradiciones navideñas y asociaciones neutrales. Se estima que millones de personas son propensas a mostrar problemas psicológicos importantes en Navidad, como una gran tristeza y hasta angustia. Incluso aún después de muchos años de celebrar la Navidad. La localización precisa del espíritu navideño es un primer paso fundamental para poder ayudar a pacientes con este síndrome.

La ubicación del espíritu navideño también podría contribuir a una comprensión más general del papel del cerebro en las tradiciones culturales festivas, haciendo una contribución a las festividades interculturales y al espíritu de buena voluntad para todos.Otro estudio mostró que las personas que invirtieron su dinero de forma generosa para beneficiar a otras personas, mostraron más actividad en el área del cerebro vinculada al sentimiento de felicidad. En otro estudio similar, dos psicólogas de la Universidad de British Columbia y uno de Harvard, le pidieron a los participantes que calificaran su nivel de felicidad. Luego se les entregó a los participantes un sobre con dinero que debían gastar antes de las 5pm de ese mismo día. Pero los investigadores dividieron a los participantes en 5 grupos diferentes, con base en el uso que le darían al dinero, unos lo debían usar para hacer un pago pendiente, otros lo debían usar para un gasto necesario, otros lo debían usar para un regalo para sí mismos, otros lo debían usar para un regalo para alguien más. Después de las 5pm, los participantes debían regresar a reportar su nivel de felicidad de nuevo. Los participantes que recibieron la indicación de usar el dinero para un regalo para otra persona reportaron los mayores índices de felicidad.

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Los problemas cardiacos aumentan durante las fiestas de fin de año. Si bien este dato no es sobre la actividad del cerebro en Navidad, lo cito porque es un aspecto que se puede abordar (solucionar) desde la Economía Conductual. Diciembre es el segundo mes con más fallecimientos por problemas cardiacos Durante navidad y año nuevo existe un menor control de factores de riesgo cardiovascular.

La emotividad y la nostalgia son factores psicológicos que tienen un impacto en el funcionamiento del corazón. El estrés típico de la temporada navideña y de año nuevo también es un factor a considerar. Uno de los sentimientos que se apodera del cerebro en navidad, y que repercute en otros órganos, es la tristeza y la melancolía, sobre todo en personas que están separadas de sus seres queridos. Sin embargo, estos elementos pueden ser más perjudiciales si ya se sufren problemas cardiacos o un riesgo alto de padecerlos.

Pero ante esta información preocupante, quiero terminar con un hallazgo científico positivo: cantar juntos disminuye el estrés e incrementa la vinculación social. Si alguna vez cantaste a todo pulmón en un concierto, o simplemente cantaste con un grupo de amigos, es probable que no necesites una base científica para saber que cantar juntos fomenta la identificación y el sentido de pertenencia. Un estudio de la Western Michigan University mostró que esta tradición puede incrementar el bienestar físico y fisiológico así como generar vínculos sociales. En el estudio, los autores investigaron la neuroquímica y dinámicas sociales de cantar en grupo. Cantar juntos es una forma inusual pero muy efectiva de generar buenos lazos entre personas. Encontraron que cantar en grupo disminuía los niveles de la hormona adrenocorticotrópica, (ACTH) que está asociada a la producción de estrés y excitación. El estudio propone que el cantar en grupo reduce el estrés. Un dato curioso es que cantar improvisadamente en grupo parece aumentar la oxitocina, una hormona que ha sido asociada a la vinculación social en humanos. Así que, cantar villancicos, karaoke o lo que fuera, aumenta enormemente el bienestar cerebral.

Nuestro cerebro no es la excepción cuando hablamos que todo cambia en estas fechas. Porque, al fin y al cabo, todo es DE LA CABEZA. Que tengan un hermoso 2023.

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