“Duele decirlo, pero hay que decirlo”
- Por Pablo Alfredo Herken Krauer
- Analista de la economía
- Email: pabloherken@yahoo.com
No empeoramos. No estamos empeorando con respecto a meses anteriores, y fundamentalmente dejando atrás el feo primer semestre 2022. Aún no al aplauso fuerte y generalizado. La situación es complicada para mucha gente y el dolor social tiene profundidad y extensión difícil de curar en el corto plazo. ¿En qué se basa el diagnóstico mío y su resultado final de “no empeoramos”?
Veamos: Los indicadores del Banco Central del Paraguay (BCP) a setiembre pasado confirmando la continuidad de salto económico positivo (variación interanual del 4,0% y del -1,2% en el año acumulado) que se empezará a dar en agosto (variación interanual del 5,3% y del -1,8% en el año acumulado); sumando la desaceleración de la inflación del 11,8% en abril a 8,1% en octubre; así como la disminución del desempleo (6,3% al tercer trimestre 2022 versus 8,5% en el primer trimestre 2022, con un muy buen comportamiento del sector industrial en la creación de puestos de trabajo (comercio y construcción en baja); con exportaciones experimentando una marcada menor disminución a la inicialmente esperada; con un precio del dólar más movido pero sin despegar, conservando un grado de estabilidad muy importante (al 18 de noviembre el BCP vendió dólares al sector privado por un monto de US$ 811,2 millones, conservando reservas internacionales por US$ 9.442,9 millones, y su política monetaria costándole unos US$ 90 millones al cierre de agosto, para sacar guaraníes de los bancos privados y congelar los encajes legales); y, sin duda alguna, la siembre de soja con “plantitas en buen estado”, aún sin una estimación del rendimiento, con un panorama “moderadamente optimista o un optimismo moderado”, a la espera de un buen clima en los próximos 45 a 60 días, para alcanzar la cosecha anhelada de 10 millones de toneladas en el 2023 contra tan sólo 4 millones de toneladas en el corriente año, y un precio internacional un poco por debajo de los 530 dólares la tonelada.
Las ventas también han subido, con una variación interanual del 5,8% y un acumulado en el año del -0,6% en agosto, y a continuación en setiembre con avances del 1,8% y del -0,3% respectivamente. Con seguridad, octubre también fue positivamente positivo, aunque sin disponer de datos oficiales. En base a estos indicadores y otros, el BCP mantiene su proyección de un crecimiento económico del 0,2%. Tampoco sufre cambios el pronóstico de una caída económica del -0,5% este año del departamento de estudios macroeconómicos del banco Itaú Brasil (San Pablo), que inicialmente manejaba un retroceso del -1,5%.
Es una pena que el Gobierno – en verdad el presidente de la República – se haya metido en el juego político electoral en una abierta campaña de comprar votos para las elecciones internas del 18 de diciembre, usando al Estado como caja propia en favor de la candidatura de Wiens. Como el caso del “aguinaldo” para las casi 170.000 familias del programa Tekoporã por US$ 14 millones, días antes de las elecciones, dejando de lado las necesidades más duras y apremiantes de los “abuelitos y abuelitas” (casi 260.000) porque “ellos no votan”. La traición, la insensibilidad y la perversión (echar a perder) están en el ADN de Marito. Peligroso. Como cualquier estronista, aunque se pongan por obligación el saco democrático. Las víctimas del covid-19 no se pueden comprar. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.