- Por Eduardo “Pipó” Dios
- Columnista
Pegó fuerte ese meme o spot, o como se llame, donde se veía a Marito manejando el trencito de juguete cargado con parte de su gavilla al son de una pegadiza canción que decía “Marito se va”. Un clamor de más del 90% de la gente que ya está harta de este mamarracho inescrupuloso que usurpa la Presidencia.
Tan pegadiza era la tonada que el propio Marito, ante un par de escándalos más, con el tema EPP y sus ministrejos de Justicia, uno peor que otro, decidió mandarse mudar, o sea se fue, pero claro, se fue de joda y con nuestra plata, obvio.
Se mandó mudar un lunes parar una supuesta “visita oficial a España” cuya agenda se armó urgentemente al día siguiente en Cancillería, foto con el rey, blooper incluido, una fotito con el jefe del gobierno, sin trascendencia, y una cena donde el rey Felipe lo llamó Marito Rodríguez, o sea más bloopers. Pero como el idiota no estaba y quizá, para que no se deprima más, no le mandaron las repercusiones de su “visita de Estado”, él se rascó las que sabemos a 4 manos, se paseó con la primera dama y su cara de pirevai permanente, se gastaron unos buenos euros robados en estos 4 años en algunos artículos de lujo y volvieron calladitos el sábado.
Pero como si fuera poco, el domingo, el incapaz se mandó mudar a Alemania... donde se reunió con el ignoto “presidente” alemán, que es más decorativo que el propio rey de España, y mucho menos glamoroso para las fotos con ña Silvana (el jefe de gobierno alemán es el canciller). Según Marito hablaron de carne, sabiendo de la capacidad y el conocimiento del susodicho sobre el tema y la poca influencia del funcionario que lo recibió, o le pidió consejos dónde comer buena carne en Berlín o intercambiaron recetas de asado.
En fin, 15 días de paseo para huir de la realidad, de su barco a la deriva que se va hundiendo mientras su equipo saquea los últimos guaraníes del Tesoro, con su respectivo diezmo para el inútil. Las encuestas no mejoran, sabe que el 18 de diciembre será el principio del fin. Y el odio y resentimiento que lo dominan y superan lo vuelven loco. Además, está podrido de ir a actos, donde unos pocos arreados van a aplaudirlo, sin ganas, mientras dice estupideces y encima le piden más plata para la campaña. Supongo que la señora ya le habrá sugerido que deje de tirarla en esta causa perdida y se la mande a alguno de sus testaferros, como su cuñado “Kike que se casó en Paraguay” y se llevó media Copaco (con razón lo llamaba tanto a Ricardo Montaner desde su call center).