Un alto porcentaje de las y los actores públicos argentinos, ayer, pasó el domingo atento a las elecciones en Brasil de las que, hasta el momento de escribir esta columna, se desconoce el resultado. Lo mismo sucedió cuando la primera vuelta, pero aquello no fue suficiente porque si bien Luiz Inácio Lula da Silva ganó, el triunfo no fue suficientemente amplio como para intentar imaginar cómo habrá de comportarse el electorado local respecto de una eventual candidatura presidencial de la vicepresidenta Cristina Fernández, el año próximo.

¿Por qué mirarse en el espejo de Lula, en Brasil? Sencillamente porque pesan sobre ese dirigente –como en el caso de Cristina F.– denuncias de presunta corrupción en el manejo de los fondos públicos y, desde esa perspectiva, creen poder conocer qué cantidad de brasileños y brasileñas dejaron de votar al brasileño como consecuencia de la aún no probada comisión de actos corruptos y transpolar ese dato a la Argentina. Un esfuerzo interesante, aunque no necesariamente valioso porque, en general, cada sociedad vota en orden a su propia cultura. Argentina no es Brasil ni Brasil es Argentina. De hecho, el único antecedente sociológico y electoral brasileño que podría aplicar para despejar –o no– la angustia preelectoral local debiera ser el caso –con diferencias, por cierto– del candidato a alcalde de San Pablo, Adhemar Pereira de Barrios (1901-1969), quien, en 1957, abrumado por denuncias de corrupción que pesaban sobre él, decidió sincerar su campaña ante el electorado con un lema singular: “Adhemar rouba mas faz (Adhemar roba, pero hace)”. Le fue bien. Ganó. Caso histórico y de estudio, por cierto. Pero, como la más reciente elección en Brasil no debiera ser tomada como referencia. Son sociedades y circunstancias distintas.

Pero, más allá de este tipo de ejercicios imaginativos, en el último día de octubre, en este país, trasciende que la inflación, el crecimiento de los precios al consumidor, podría haber trepado en poco más de 6,5%. En una decena de días se conocerá el dato oficial. Entre tanto, el Sindicato de Camioneros, que lidera el señor Hugo Moyano junto con su hijo Pablo, hizo público que consiguió incremento en los salarios de los trabajadores de ese sector de 107%. Previo a ese logro, Hugo amenazó con una huelga con la que paralizaría el país y, en especial, la provisión de alimentos y medicamentos. Posteriormente, ante una consulta periodística, el viejo líder admitió que, si el presidente Alberto Fernández decidiera ir en procura de la reelección en las elecciones de 2023, “seguramente lo acompañaría”. Y, justamente, ese es otro de los temas que sacude a la política argentina porque está directamente vinculado con el proyecto de una de las patas de sustentación del oficialista Frente de Todos (FDT) –la vicepresidenta Cristina Fernández– que impulsa la suspensión de las elecciones primarias abiertas simultaneas y obligatorias (PASO) que debieran concretarse en agosto del año que viene. ¿Cuál es el objetivo? Varios, por cierto, pero entre los más relevantes se encuentra la intención de complicar tácticamente la definición de candidaturas en el principal frente opositor, Juntos por el Cambio (JxC); y, el de habilitar nuevamente el uso irrestricto de la lapicera por parte de Cristina F. para definir quiénes habrán de ingresar en las listas de candidatas y candidatos en los distritos políticamente más sensibles.

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El primero de los pasos para suspender ya fue dado por un grupo de legisladores aliados al oficialismo en el Parlamento mientras que las principales espadas del kircherismo operan sobre el presidente Alberto F. para que habilite la operación y deje correr el proyecto que, es necesario expresarlo, no cuenta aún con las adhesiones necesarias para avanzar. No solamente hay resistencias en las oposiciones, sino que además también emergen quienes se oponen dentro del oficialismo. Alberto F., por su parte, deja trascender que no hay que suspender las PASO y fue más allá. “No deben ser tergiversados los procesos electorales en marcha”, dijo el jefe de Estado. Aunque horas más tarde, aseguró que “nunca seré obstáculo para la unidad del Frente de Todos”. ¿Cuál es su posición, entonces? ¿Está a favor o en contra de que no haya PASO? “Efectivamente, todo lo contrario”, parecería ser su mejor respuesta. “Vacío de contenidos y/o de apoyos, por momentos, al presidente se lo ve atribulado”, dijo a este corresponsal un veterano dirigente peronista que procura mantener su identidad en reserva. “Sabe que, si deja, sin resistir, que le saquen las PASO –aunque conserve la lapicera– su poder será casi inexistente”, agregó el consultado y disparó un enorme interrogante: “Si la suspensión de las PASO saliera, por ley con una mínima cantidad de votos a favor, ¿se animará Alberto a ‘usar la lapicera’, como lo aconseja Cristina y la vetará? La discusión parlamentaria no será fácil. Habrá que ver. Las oposiciones, no acuerdan.

Históricamente, los partidos llamados “chicos” resisten las PASO desde el vamos –2009– porque “nos dejan afuera y favorece a los partidos grandes”, argumentan. La ley exige, para participar de la elección general, tener en las primarias una cantidad de votos que represente no menos del 1,5% del total del padrón electoral. En JxC, por su parte, quieren las PASO para resolver y ordenar la interna entre los partidos coaligados. De todas formas, no pasa por la idea de nadie en la principal coalición opositora romper el acuerdo que mantienen desde largo tiempo. “En última instancia haremos internas, con lo que hay y nos ordenaremos igual”. Coincidieron no menos de 5 influyentes dirigentes opositores confidencialmente.

De todas formas, las dirigencias –todas– especulan con que dentro de 20 días ojos y pensamientos estarán en Qatar, cuando Lionel Messi, líder de La Scaloneta, comience a disputar el que cree será su último mundial. Así las cosas, las esperanzas crecen. Muchas y muchos desconfiados creen que, mientras el mundo mire hacia Doha, aquí se podrán impulsar todo tipo de políticas públicas, como canta Alejandro Sanz, “cuando nadie me ve”. Con esa esperanza táctica, desde pocos días, el gobierno de Alberto F. dispuso que se podrán comprar televisores –plasma, UHD, 4K, de hasta 55 pulgadas– en 30 cuotas sin interés. Los jubilados y jubiladas, por su parte, podrán saldar la deuda que contraigan “para ver a Messi en el Mundial”, en 40 meses.

También, con el mismo modelo financiero, se podrán adquirir heladeras, lavarropas, celulares. La fiesta global del fútbol en Qatar finalizará el 18 de diciembre. Seguramente, cuando ello suceda, en el Parlamento no haya mucho para hacer. Una semana más tarde, será Navidad. Lo que hayan hecho mientras se disputaban los 64 encuentros, ya estará hecho. ¿Habrá festejos? Solo si gana Argentina.

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