• POR JORGE TORRES ROMERO
  • Comentarista

Mientras los partidos políticos de oposición están hoy concertados en un proyecto electoral y gran parte de la prensa distraída afanosamente en todo lo relacionado al ex presidente Hora­cio Cartes, el Paraguay está atravesando uno de sus peores momentos económicos y, a la par, se potencian las estructuras crimina­les con dinero proveniente del narcotráfico.

Como nunca antes, nuestro país se convirtió en un centro de acopio de la cocaína gracias a la complicidad de este gobierno que fue creando las condiciones para que el modus operandi se siga robusteciendo: la contami­nación de cargas de productos nacionales exportados a países europeos.

La semana pasada, de vuelta otro diputado abdista, al igual que el ex diputado Juan Car­los Ozorio (también abdista), aparece sal­picado en el esquema de una organización criminal de traficantes de cocaína a Europa. Noguera aparece en las escuchas telefónicas realizadas vía orden judicial por la Direc­ción de Unidad de Investigación Sensitiva de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), cuyo trabajo fue remitido al juez penal de Garantías Gustavo Amarilla y a la Fiscalía el pasado 4 de julio.

En la desgrabación de las conversaciones telefónicas saltan varias situaciones que con­figuran la comisión de varios hechos puni­bles, desde vínculos con la organización cri­minal hasta tráfico de influencias.

Esto no se trata de ningún montaje mediá­tico como inútilmente pretendió justificar el abogado del diputado Noguera, Guillermo Duarte Cacavelos, ex candidato a senador por el Partido Democrático Progresista (PDP), liderado por la senadora Desirée Masi. Se trata de la conclusión del trabajo de escu­chas que hizo la Senad y cuyo contenido fue enviado a la Justicia, donde se deberá hacer la valoración correspondiente.

La causa en cuestión tiene que ver con el caso “Miguel Ángel Servín Palacios y otros, sobre tráfico de drogas” y la investigación “Belia” sobre “Tráfico internacional de dro­gas peligrosas”. En esta causa es donde apa­rece el vínculo del diputado Noguera con Hugo Meza, uno de los considerados, según los investigadores, lavador de dinero prove­niente del narcotráfico y miembro de la orga­nización criminal. En cuatro oportunidades, antes de que se ordene suspender las escu­chas, saltan las conversaciones de Noguera con Meza en las que hablan de depósitos y entrega de determinados montos de dinero.

Por supuesto, este escandaloso caso pasó desapercibido por los referentes de la oposi­ción y de cierta prensa que solo expone preo­cupación sobre supuestos hechos de lavado de dinero y delitos conexos cuando salpican al Grupo Cartes, el resto no les importa. Es decir, ese discurso de preocupación por la infiltración del dinero del crimen organizado en la política es una mera pose para erosio­nar adversarios políticos mejor posiciona­dos y no por un interés genuino de extirpar este germen que está liquidando la imagen del Paraguay.

En los últimos años han caído cerca de 18 toneladas de cocaína en puertos europeos procedentes de Paraguay y camufladas en productos legales. La actitud cómplice del gobierno de Abdo queda al descubierto y hoy la industria nacional paga las consecuencias. En bolsas de carbón, en latas de pintura, azú­car y hasta en bolsas de arroz; las bandas cri­minales del narcotráfico camuflan sus sus­tancias ilícitas y quitan provecho de los casi nulos controles establecidos para el tránsito de productos de diversos rubros.

El hallazgo de la semana pasada de más de 5 toneladas de cocaína provenientes de Para­guay en un contenedor de arroz en el puerto de Amberes, Bélgica, valuadas en 250 millo­nes de euros, puso nuevamente de relieve la imperiosa necesidad de implementar tecno­logía para evitar que sustancias ilícitas sean enviadas al extranjero en los contenedores, simulando ser productos lícitos.

Al gobierno de Abdo ni a los parlamentarios opositores jamás les importó este tema. De lo contrario, hubieran ejercido presión para la compra de los escáneres. El gobierno de Abdo tenía la oferta y la forma de financia­ción, pero nunca le dio pelota, lo que nos lleva a suponer que no quieren molestar a los ami­gos que mueven fortunas y cuyos ingresos bien podrían estar chorreando para finan­ciar campañas electorales del oficialismo y, tal vez, de la oposición. Puedo estar equivo­cado, pero es lo que pienso.

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