• POR PASTOR EMILIO DANIEL AGÜERO ESGAIB

“La prueba de que Dios no existe es que la ciencia no lo ha encontrado y no se puede ‘demostrar’ su exis­tencia”. Esta es una de las afirmaciones más categó­ricas y contundentes de los escépticos. Con esto quie­ren también demostrar que la Biblia miente, pues esta da por hecho la existencia de Dios existencia y manifiesta ser Su Palabra y mensaje. Y, si Dios no existe, entonces tampoco su libro es verdad, por lo tanto, no tenemos que tomarlo como autoridad y hay que desecharlo. Con este argumento pueden quitar de sopetón un libro con reglas morales (entre otras cosas) bastante incómodas para muchos.

El tema es que, si los “sabios de este mundo” no pueden encontrar a Dios mediante sus métodos (la filosofía humana), lejos de ser un argumento en contra de las Escrituras es, justamente, lo que avala su veracidad. ¿Por qué digo esto? Porque la Biblia dice claramente que la revelación de Dios no es por métodos humanos o por sabiduría humana sino por “revelación de Dios”. Es por fe, lo cual no implica “ceguera” sino “revelación”, pues Dios es quien se revela a través de Su Palabra.

La Biblia dice en 1 Corin­tios 1.18 al 23, en una carta escrita por el apóstol Pablo a los griegos, una cultura caracterizada por el razo­namiento helénico y filosó­fico, que el mensaje de Dios es una “locura” para los incré­dulos, y dice en el verso 21 que “el mundo (la humanidad) no conoció a Dios mediante la sabiduría humana”, sino que “agradó” (fue Su volun­tad) a Dios salvar a los cre­yentes por medio de ese mensaje, que resultaría una locura para los “sabios de este mundo”, que buscan expli­car las verdades espirituales según sus métodos de cono­cimiento y no según la fe, que es lo que Dios honra (Hebreos 11.6).

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Si la Biblia dijese, por ejem­plo: “Vayan y pregunten a vuestros sabios sobre mi existencia y ellos les dirán que yo existo, pues ellos tie­nen los mecanismos para poder encontrarme y pro­bar, según sus métodos, que yo existo…”, entonces sí, la Biblia estaría contradicién­dose flagrantemente y cae­ría en un descrédito, pues eso nunca ocurrió ni ocu­rrirá. La gran mayoría de los más grandes pensadores, desde la más remota antigüe­dad hasta nuestros días, han cuestionado y negado la exis­tencia de un Creador divino que rige el mundo según su perfecta voluntad.

Jesús fue también muy claro. Observemos lo que dice en Lucas 10.21: “En aquella misma hora Jesús se rego­cijó en el Espíritu y dijo: “Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños (a los más débiles). Sí, Padre, porque así te agradó”.

“Escondiste estas cosas de los sabios y entendidos”, “porque así te agrado”. Hila­mos esto con lo que escribió Pablo a los griegos: “Agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predica­ción” (1 Co 1.21), y encontra­mos, como en otras refe­rencias bíblicas, que estáen Su voluntad el revelarse al hombre porque Él quiere, no porque tenga que ser “des­cubierto” por la siempre limi­tada sabiduría humana.

También la Biblia habla de que, más que la falta de “prue­bas”, es el “corazón endure­cido” a causa del orgullo y la rebeldía humana hacia Él, lo que hace que la incredu­lidad anide en el corazón e impide que Su revelación lle­gue hasta la vida de muchos. Hebreos 4.7 dice: “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones”.

Romanos 1.19-21 dice que “lo que de Dios se conoce, Dios se los reveló” y luego, habién­dose Dios manifestado por medio de la creación, “no lo alabaron ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue oscurecido”.

Etiquetas: #Dios#no#existe

Dejanos tu comentario