Mucho se ha hablado de la inmunidad de rebaño que se podría alcanzar luego de las vacunas o con la inmunidad adquirida debido a infecciones previas con covid. A medida que pasaba el tiempo y las variantes iban apareciendo, la idea de la inmunidad de rebaño se distanciaba aún más. Por otro lado, luego de meses anhelando a que la pandemia se acercara a su fin, Ómicron era visto por algunos profesionales como la luz al final del túnel; sin embargo, con la aparición de las subvariantes BA.4 y BA.5 vemos que todavía queda un camino cargado de incertidumbres.

El mundo está hastiado del covid-19 y existen muchos otros problemas con los cuales debemos lidiar. Infelizmente, la receta de “aprender a vivir con el virus” no es tan simple, y eso nos demuestran las nuevas subvariantes de Ómicron y el llamado covid prolongado o long covid. Resulta que Ómicron no es un refuerzo natural benigno de nuestra inmunidad contra el covid.

Si observamos las nuevas cifras del Reino Unido, vemos que este país ha sumado más de medio millón de nuevas infecciones por covid en la última semana, y el número estimado de personas con covid en total se situó entre el 3% y el 4% de la población.

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Según los datos de la Oficina para las Estadísticas Nacionales (ONS), las olas, supuestamente “suaves”, de Ómicron durante 2022, han traído más de 619.000 nuevos casos de covid prolongado a la clínica, números que resultan preocupantes.

A pesar de la aplicación de las vacunas y las infecciones previas (esta última vista por muchos como la barrera invencible contra el covid), estamos viendo ola tras ola de nuevos casos y una enfermedad a largo plazo que crece rápidamente.

Las investigaciones científicas van saliendo día a día con nuevas respuestas. Las dos nuevas subvariantes, BA.4 y BA.5, desplazaron progresivamente a la anterior subvariante de Ómicron. Los resultados de un artículo publicado en la prestigiosa revista científica Science muestran que no es sorprendente que las infecciones intercurrentes fueran tan comunes. La mayoría de las personas, incluso luego de recibir las tres dosis de la vacuna, tuvieron 20 veces menos respuesta de anticuerpos neutralizantes contra Ómicron que contra la cepa inicial surgida en Wuhan. Ómicron es considerado como un virus sigiloso, que pasa desapercibido sin hacer demasiado para alertar a las defensas inmunitarias. Incluso habiendo tenido Ómicron, no estamos bien protegidos contra más infecciones.

El Dr. Danny Altmann, profesor de inmunología del Imperial College de Londres, ha señalado que, muy contrariamente al mito de que nos acercamos a convivir amigablemente con el covid como si fuera un resfriado común, la situación es más como estar atrapado en una montaña rusa. No hay nada amigable en que una gran parte de la fuerza laboral necesite ausencias significativas del trabajo, se sienta mal y, a veces, se vuelva a infectar una y otra vez, con solo semanas de diferencia. Y eso es antes del riesgo de un covid prolongado.

En lo que respecta a las vacunas, la primera generación sirvió de manera brillante para sacarnos del agujero del primer año. Sin embargo, la carrera por traer nuevos refuerzos versus nuevas variantes ya no muestra ser eficiente como antes. El Reino Unido solo ha ofrecido la cuarta dosis a un grupo limitado, e incluso entonces, la aceptación parece pobre.

Existe una actividad masiva para desarrollar opciones de vacunas de segunda generación que podrían funcionar mejor, incluidas las vacunas específicas de variantes o las vacunas contra el “pan-coronavirus” o sea, contra todas las variantes. Si bien existen estudios de laboratorio prometedores sobre estos, no se tiene aún evidencia comparable a los enormes ensayos de primera generación que inspiraron confianza durante 2020. Realizar ensayos se ha vuelto mucho más difícil a medida que luchamos por seguir el ritmo de la aparición de nuevas subvariantes.

Para el inmunólogo Altmann, es desconcertante que esta enfermedad misteriosa y persistente encuentre la manera de continuar causando estragos frente a una población en gran parte vacunada y una variante supuestamente más leve. Frente a todo esto, nos queda hacer nuestra parte: recibir las vacunas que, aunque han perdido en parte su eficiencia frente a las nuevas subvariantes de Ómicron, todavía brindan una protección parcial y es lo que tenemos actualmente.

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