- Por Matías Ordeix
- Socio del Club de Ejecutivos del Paraguay
Soñábamos con hacer el segundo viaje de aprendizaje-turismo con colegas empresarios. El primero fue altamente exitoso, a la maravillosa Corea. Y, por tanto, el segundo viaje debería concretarse. La pandemia nos mantuvo en pausa, pero en octubre del 2021 comenzamos a preparar las ideas con el equipo organizador del Pacto Global.
Singapur era el destino, pequeño-gigante asiático altamente desarrollado, reconocido globalmente por su alto nivel de educación. Y como muchos de los vuelos a Asia hacen un stop en Dubái, nos dijimos hagamos la Expo Dubái y conozcamos más sobre la cultura árabe. Sin embargo, a finales del año pasado, lastimosamente Singapur seguía con restricciones covid y nos quedamos “solamente” con Dubái, Abu Dabi y una opción al vecino Qatar.
Con mucha alegría, luego de compartir el objetivo del viaje e invitar a empresarios, logramos completar un lindo equipo de viaje de 29 personas. Gente con ganas de conocer más de esta cultura árabe tan distinta a la nuestra, en una aventura de turismo-aprendizaje que fue realmente “majestuosa”. Efectivamente, nuestra expectativa era normal, sin embargo, nos encontramos con unos Emiratos Árabes con “una visión del futuro” que nos dejó sin aliento. Una unión de países (7 emiratos) que desde la diferencia construyeron un bloque que coopera con un horizonte claro, desarrollarse apoyando a su gente y generar nuevas formas de ingresos que no sean solo de petróleo. Y lo están logrando, pues hoy la dependencia del ingreso del petróleo y derivados es tan solo el 25%. Para ello han apostado a la atracción de inversiones, con grandes obras de infraestructura, potenciamiento del turismo y la tecnología, entre otros generadores de recursos.
A esto le sumamos su gran apuesta por la educación, invitando a las principales universidades internacionales a que se instalen en los Emiratos. El gobierno destina poco más del 10% de los ingresos en educación pública. Y eso lo vivimos, en nuestra visita a la American University of Sharjah, una impresionante infraestructura con profesores top internacionales, posicionada como una de las mejores universidades de la región. Y la visión de futuro está en cada visita, el rector de Arquitectura nos muestra sus trabajos, laboratorios de primer nivel, y sus proyectos. Imaginen nuestra cara de asombro cuando nos cuentan en que están trabajando: “prototipos de casas para ser probadas en un futuro, en la Luna y Marte”.
Hemos visto y plasmado en cada conversación que mantuvimos, empresarial, académica o con el mismo chofer de Uber, que la “visión de los jeques” es clara y contundente. No ven el presente, se proyectan al 2030, al 2040, como quien hablase de los próximos 2 años… Frases como “Lo imposible es una opción”, “Lo que Dubái promete, Dubái cumple”, “La carrera por la excelencia no tiene línea final” estaban presentes en los principales lugares en la Expo Dubái. Concluyendo, volvimos impresionados con su admirable “visión de futuro” que desde las altas autoridades se derrama y permea a toda la sociedad. Solo un poco de todo esto que apliquemos acá, nos llevará a otro nivel… ganando terreno al futuro.
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Sin otra opción, es matar o morir
Guaraní y Luqueño se juegan esta noche sus futuros en el campo internacional, disputando en partido único el boleto a la fase de grupos de la Copa Sudamericana. Pero no solo se trata del aspecto deportivo, sino que también el económico, ya que el ingreso copero significará la recaudación de unos buenos dólares que vendrían muy bien a sus respectivas arcas.
Ambos equipos hasta el momento pecaron en el torneo Apertura de falta de regularidad, alternando cada partido con buenos y regulares rendimientos. En la última fecha del campeonato local Guaraní tenía todo para vencer a Cerro Porteño, pero dejó pasar la ocasión y se tuvo que conformar con el empate.
A Luqueño le fue peor aun, porque contra Olimpia, tras dominar en gran parte del duelo, pero sin concretar en la red adversaria, cedió por un imperdonable descuido en el último segundo del cotejo. Ambos equipos poseen figuras de mucha calidad y si se enchufan en el encuentro se verá un buen espectáculo.
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Seamos realistas, pero no pidamos, hagamos lo imposible
Ninguna historia nos absolverá de nada que hagamos o dejemos de hacer –como muchos vacuos sueñan que sucederá– porque de lo actuado o no actuado se hace la historia, aunque somos y seremos presente.
- Por Ricardo Rivas
- Periodista
- X: @RtrivasRivas
- Fotos AFP
Alguna vez, en la universidad al igual que en múltiples actividades académicas y periodísticas que desarrollo desde muchas décadas, leí y escuché –como certeza– que “la paz” como concepto y desde una perspectiva social –palabra más palabra menos– se vincula con “seguridad, tranquilidad, bienestar y estabilidad”. Una mirada simplificada sobre la paz también posibilita significarla como “un estado de armonía libre de guerras, conflictos y contratiempos”.
Aunque no siempre la ausencia de la guerra da cuenta ni explica la paz. Aristóteles, cuando abordaba la paz, lo hacía desde la perspectiva de la polis. Ese era su mundo –su ecosistema, su hábitat– y hasta esos límites llegaba con su mirada y reflexiones. Immanuel Kant sentenció que la “paz (será) perpetua” en tanto y en cuanto el hombre se proponga la paz como “un fin y un deber”. Quizás en línea con esa mirada, Eleanor Roosevelt pregonó que la “paz no es solo una meta distante que buscamos, sino un medio por el cual llegamos a esa meta” y añadió que “no basta con hablar de paz” porque se “debe creer en ella y trabajar para conseguirla”.
La humanidad habla de la paz desde siempre. “Eirênê” decían los griegos cuando debatían sobre la siempre deseada paz. No es esa una palabra más. En el Nuevo Testamento se consigna 91 veces la palabra “eirênê” hasta nuestros días traducida como paz. En los Evangelios y Hechos se la publica 31 veces. En Pablo 43 y 17 más en los restantes escritos de los libros sagrados. Coincidentes historiadores sostienen que tanto en el Viejo Testamento como en el Nuevo la palabra paz (“eirênê”) aplica como fórmula de despedida o saludo. También por estos tiempos. Shalom, Salam, Paz.
Allá por 1986, el entonces secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Javier Pérez de Cuellar, expresó que “la paz debe comenzar en cada uno de nosotros”. Recomienda hacerlo “a través de una reflexión introspectiva y seria sobre su significado [para que] se pueden encontrar formas nuevas y creativas de promover el entendimiento, la amistad y la cooperación entre todos los pueblos”. En ese contexto, define “la paz, en su forma más pura [cuando se la define como] silencio interno lleno del poder de la verdad, serenidad y ausencia de conflicto”.
Poco más de cuatro décadas antes –el 16 de noviembre de 1945– cuando se constituyó en Londres la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), los fundadores de esa agencia multilateral, aún humeantes las armas por el fin de la Segunda Guerra Mundial [60 millones de muertes], acordaron que “puesto que las guerras nacen en la mente de las mujeres y de los hombres, es en la mente de las mujeres y de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”.
IMÁGENES Y PERCEPCIONES
De estos temas conversábamos este viernes del inicio de febrero cuando la medianoche es inevitable. Tertulia y nocturnidad es una atinada recomendación para charlar con amigos y amigas cuando la semana finaliza. “¡Eran otros tiempos!”, dijo alguno con tono crítico para con el presente y nostálgico de tiempos que – vaya a saber por qué misterio– siempre se suelen imaginar mejores porque están alojados en la memoria y decidimos que residen en el ayer. Imágenes y percepciones. Tiempo y espacio, espacio y tiempo también son parte sustancial de los procesos filosóficos y de memoria. Van de la mano de las reflexiones. Más aún, tiempo y espacio existen y hasta es posible que sean independientes el uno del otro, independientemente de la mente.
¿Hay algún otro tiempo que no sea el de hoy? ¿Cómo responder? Recuerdo que cuando maestraba en la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), el profe Héctor “Toto” Schmucler –un grande– nos advirtió que “aportar al porvenir (al futuro) supone el riesgo de dejar al presente entre paréntesis”. En tono reflexivo añadió que “ningún presente se justifica en la fuga hacia el futuro (porque) solo vivimos el presente que es donde ponemos en juego el pasado y el porvenir”. Tiempo y espacio, espacio y tiempo independientemente de la mente.
La guerra y la paz no es recomendable que sean o deban ser mirados desde el pasado o con proyección a eventuales futuros porque esas alternativas –voluntaria o involuntariamente– conllevan el riesgo de constituirnos en espectadores críticos o acríticos de nuestro propio espectáculo, lo que hace más difícil resolver esas tragedias. Convencernos de que la flecha del tiempo sí y solo sí es unidireccional abre las puertas a toda violencia como resultado de ayeres desafortunados que el presente solo hereda y no puede evitar. Trashumantes de la historia y el presente o protagonistas.
¿Y si en el plano de las hipótesis hubiera una flecha del tiempo en sentido opuesto al también supuesto más aceptado? ¿Y si en esa dirección alternativa fuera posible verificar la inexistencia de las violencias y que fraternidad, sororidad, fratelli tutti son prácticas sociales y no valores a alcanzar? ¿Todo tiempo pasado fue mejor? No son pocas las oportunidades en que escuchamos a testigos y actores del presente categorizar el hoy como caos y al pasado como cosmos (orden vs. desorden), dije semanas atrás al querido amigo Pablo Sisterna en el inicio de una conversación fantástica. Escuchó en silencio profundo.
“Nuestra imagen del remoto pasado muestra un universo con materia muy caliente y homogénea, y por ende con alta entropía, pero (a la vez) un espacio también muy homogéneo, y por ende con muy baja entropía”, comenzó Sisterna. “Esa imagen agrega un universo sin planetas ni estrellas, pero también sin plantas ni seres humanos, mientras que ahora tenemos estas y muchas otras estructuras organizadas… y (los famosos) agujeros negros” que cada día me atraen más como misterio. “Las ecuaciones de la física no distinguen entre el pasado y el futuro, pero sus soluciones y los hechos de la vida cotidiana sí los distinguen”, apuntó mi amigo científico que me bajó a tierra.
Casi adicto a la lectura después de escuchar a Pablo Sisterna recordé textos de Albert Einstein y de Stephen Hawking. Aquel alemán grandioso que visitó la Argentina en 1925 lo dijo: E = mc². Dicho de otro modo: “Que la velocidad de la luz es independiente del movimiento del cuerpo que la emite y que las leyes de la física son las mismas para todos los sistemas de referencia que se mueven entre sí con velocidad constante”.
LA ALDEA GLOBAL CRUJE
Trashumantes de la historia y el presente o protagonistas puede ser un comienzo diferente para resolver algunas tragedias con la ciencia como herramienta. Cuando se pierde de vista el objeto de estudio es el momento de interrogar a la teoría. La aldea global cruje. Desde que Rusia invadió a Ucrania, el 24 de febrero de 2022, han pasado 717 días. Tremendo. 127 amaneceres sin esperanza van desde el momento en que el grupo terrorista Hamás –desde la Franja de Gaza– arremetió contra pequeñas poblaciones civiles en el sur de Israel. Muertos, heridos, secuestrados, desaparecidos.
Como respuesta a aquella violencia que sorprendió al mundo, desde el 27 de octubre de 2023 transcurren 107 días más de estratégica y planificada crueldad israelí para acabar con quienes arremetieron en el nombre de un dios que nunca pidió, pide ni pedirá acabar con vida alguna. Es suficiente leer con atención el Corán para saber y poder contarlo. Hay quienes piensan o sostienen que la paz agoniza.
“Hace unos años se me ocurrió decir que estábamos viviendo una Tercera Guerra Mundial en pedazos. Ahora, para mí, [en Ucrania] se ha declarado la Tercera Guerra Mundial. Y este es un aspecto que nos debe hacer reflexionar. ¿Qué le está pasando a la humanidad que ha tenido tres guerras mundiales en un siglo?”, reflexiona y dice el papa Francisco el 15 de julio de 2022 al diario La Stampa.
En línea con el pontífice, aunque acota la emergencia al Oriente Medio, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, hace reiterados llamados (el más reciente en Davos el 15 de enero último) “a un alto el fuego humanitario inmediato en Gaza y a un proceso que conduzca a una paz sostenida para israelíes y palestinos (porque) es la única manera de frenar el sufrimiento y evitar un desbordamiento que podría incendiar toda la región”.
Las mujeres y los hombres más poderosos del planeta –estadistas y banqueros– lo escucharon y aplaudieron, pero nada cambió. ¡Impotencia y horror! La muerte avanza sin detenerse y pareciera que nadie puede, sabe o quiere detenerla. Más allá de Ucrania y Gaza, son 59 las guerras activas y conflictos armados en desarrollo por estos días. Algunas de esas situaciones se iniciaron cuando promediaba el siglo pasado. Birmania, el Magreb, Burkina Faso, Sudán, Siria, Yemen, Congo, Uganda, por solo mencionar algunos países, se encuentran en ese lamentable listado.
CONCEPTO
Los que todo lo miden consideran guerra –interna o externa– cuando en esas localizaciones y en esas acciones contra la vida mueren más de 100.000 personas. Inquietante. ¿A qué llamarán esos estudiosos horror, terrible o espantoso? ¿Cuándo mueren cuántos?
Recuerdo haber leído en el último trimestre de 2017 que los académicos Steven Pinker, de la Universidad de Harvard, y Max Roser, de la de Oxford, luego de una investigación específica, concluyeron en que lo que hasta entonces corría del siglo XXI, vivíamos los años más pacíficos de la historia universal desde el 1400 por cuanto “en los últimos setenta años” –1947/2017– los muertos en guerra han disminuido notablemente”. ¿En qué columna de la planilla de Excel pusieron a las 4.500 víctimas fatales en el ataque terrorista a las Torres Gemelas? Desde aquel estudio y sus conclusiones, el tiempo no se ha detenido.
Quiero pensar que poco más de cinco años después y a la luz de la expansión de las violencias, no les será sencillo defender o mantener como válidas aquellas conclusiones. “Los tiempos difíciles crean hombres fuertes, los hombres fuertes crean tiempos fáciles. Los tiempos fáciles crean hombres débiles, los hombres débiles crean tiempos difíciles”, sostiene la abogada y académica Magdalena Brzovic. ¿Qué definirá como fuerte o débil a una persona? ¿Qué hará que los tiempos puedan ser categorizados como difíciles o fáciles?
La película “Oppenheimer” –muy cerca de ser galardona con el Óscar en poco más de un mes– y, en Netflix, “Einstein y la bomba” destacan cómo la vida cotidiana se vincula intensamente con la ciencia –especialmente la física– y sus efectos para bien o para mal. ¿Olvidar es un camino para alcanzar la paz y poner fin a las violencias? No. Claramente no, porque siempre somos presente. No. Porque tampoco podemos renunciar a ser lo que somos en el lugar y circunstancia que nos encontremos. Y no, por sobre todo, porque ninguna historia nos absolverá de nada que hagamos o dejemos de hacer –como muchos vacuos sueñan que sucederá– porque de lo actuado o no actuado se hace la historia, aunque somos y seremos presente. Como aquellos jóvenes que somos –ahora adultos– seamos realistas, pero no pidamos, hagamos lo imposible.
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Hagamos realidad lo imposible
EL PODER DE LA CONCIENCIA
- Por Alex Noguera
- Periodista
- alex.noguera@nacionmedia.com
Hoy, como cada segundo sábado de febrero, se recuerda el Día Mundial del Cine, fecha instituida por la academia. Y es que, en el lejano 1895, cuando se proyectó en París “Salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon Monplaisir”, nacía la primera película del mundo.
El primer paso para levantar imperios o crear imposibles es soñar, aunque en esa etapa parece una utopía. Un ejemplo de esta afirmación fue lo ocurrido otro 10 de febrero, pero de 1996, hace ya 28 años, cuando la supercomputadora de IBM vencía en ajedrez al entonces campeón mundial Garri Kaspárov. ¡Insólito! Una máquina podía “pensar” mejor y más rápidamente que un ser humano. Claro, la población del planeta no imaginaba que ya en la década de 1950 Alan Turing había dado pasos decisivos hacia la inteligencia artificial, hoy una realidad que divide opiniones en cuanto a su peligrosidad.
Volviendo al cine, y en retrospectiva, debemos reconocer los grandes aportes que esta industria aportó a la ciencia, pero para comenzar hay que aclarar que, aunque los hermanos Lumière crearon el cinematógrafo, fue otro cineasta francés, Georges Méliès, quien logró dar la ilusión de movimiento en las películas, cuando en 1902 “estrellaba” un cohete en la Luna. ¡El público quedó lleno de estupor y a la vez maravillado!
En 1916, las cintas adquirieron color y en 1927 sonido. A partir de entonces no hubo límites para la imaginación de los guionistas, que cada idea convirtieron en realidad. Así, un desconocido Walt Disney erigió una empresa multimillonaria gracias a la animación con dibujos en papel, luego surgirían la televisión, los efectos especiales y la animación computarizada.
Es universalmente conocido que películas de ciencia ficción dieron pie a grandes invenciones. Una de estas icónicas producciones, “Viaje a las estrellas”, contribuyó, por ejemplo, con aparatos que en esa época no existían.
Por falta de presupuesto dos ayudantes escondidos abrían y cerraban las puertas de la nave, dando la sensación de que eran automáticas, concepto implantado luego en los ascensores; los tripulantes se comunicaban con lo que más tarde serían los celulares idénticos al StarTac de Motorola; también dieron noción del scanner médico con el Tricorder utilizado por el doctor McCoy, y las tablets y las PC y las enormes pantallas de plasma y el GPS y el USB. En este momento, en el mundo real ya se realizan pruebas de teletransportación a través de la computación cuántica.
Transcurrieron menos de 130 años desde la primera proyección de Auguste Marie Louis Nicolas Lumière y Louis Jean Lumière, pero de aquel mundo ya no queda nada, los avances fueron casi de fantasía.
Para terminar, también recordamos que mañana, 11 de febrero, pero de 1990, hace 34 años, Nelson Mandela era puesto en libertad después de estar preso durante 27 años. Cualquiera hubiera claudicado, pero el dirigente no solo sobrevivió, sino que cuatro años más tarde se convirtió en el primer presidente de color de Sudáfrica. Recibió el premio Nobel de la Paz y hoy es considerado un símbolo en la lucha contra la segregación racial.
La magia del cine o la voluntad de un hombre como Mandela demuestran que es posible hacer realidad los sueños, aunque parezcan imposibles. Tal vez este año todos los estudiantes puedan recibir su almuerzo y merienda sin que la avaricia lo impida; quizá pronto los pacientes en Paraguay sean atendidos como merecen o finalmente el país logre el grado de inversión o, al menos, mañana nuestra selección clasifique a los Juegos Olímpicos y no solo “gane experiencia”, como la mayoría de las veces.
Animémonos a soñar cosas lindas, que los imposibles solo tardan un poco más, pero llegan.
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Alegre no es opción para el 2028, le hizo mucho daño al PLRA, dicen
El senador del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) Eduardo Nakayama dijo que las diferentes nucleaciones políticas de la oposición no deben atrasar el debate en torno a la construcción de un proyecto país rumbo a las elecciones generales de 2028 y, a la vez, fue contundente en sostener que su correligionario y extitular de la nucleación tradicional Efraín Alegre ya no es una opción en la búsqueda de la Presidencia de la República.
“Ya no Efraín, tampoco Blas Llano, los dos le hicieron mucho daño al partido. Yo no creo que Dionisio Amarilla tenga intenciones y desconozco si Norman Harrison también, pero él tenía pretensiones para el año 2023 y luego bajó su candidatura. Hugo Fleitas es una persona a quien aprecio como dirigente, escaló por méritos propios dentro del partido, fue intendente, gobernador, vicepresidente del partido, pero actualmente está rodeado de gente que no representa al PLRA, a los históricos”, comentó Nakayama.
Asimismo, Nakayama manifestó que la oposición definitivamente debe volver a “conectar con la ciudadanía”, así como refirió que el Partido Liberal con el paso de los años terminó perdiendo su identidad filosófica y doctrinaria. “Estoy sumamente preocupado por la situación del PLRA. Nosotros tenemos que empezar a salir de la pecera e ir al mar. Si nos quedamos dentro de la pecera con el agua estancada, quizás nos muramos todos; si logramos salir, capaz que tengamos un poco más de vida”, sostuvo el parlamentario en una entrevista con C9N.
Nakayama argumentó que la construcción del proyecto país debe incluir a todos los sectores, a pesar de las diferencias. “Siempre digo que nosotros (liberales) no debemos creernos dueños de la pelota ni tampoco mesiánicos. Yo creo que tenemos que sentarnos responsablemente todos los de la oposición y tratar de pensar en un proyecto país, no en proyectos personales”, indicó.
Añadió que en la discusión se vuelve fundamental incluir al polémico exaspirante a la Presidencia de la República y líder del Partido Cruzada Nacional, Paraguayo “Payo” Cubas, teniendo en cuenta que la agrupación logró conquistar 636.544 votos en las elecciones del pasado 30 de abril.
“Incluso se debe incluir a Paraguayo Cubas. Lo que nos divide es el tema democrático, porque él en algún momento habló sobre la dictadura que es contraria a la ley, que va contra los principios democráticos y liberales, pero si Cubas está dispuesto a buscar y comprometerse a un Gobierno democrático, vayamos todos juntos y midamos de la mejor manera para ver quién está mejor posicionado”, dijo Nakayama.