“Duele decirlo, pero hay que decirlo”

Senado aprobó la semana pasada un préstamo interna­cional por US$ 454 millo­nes exclusivo para obras públicas a ser ejecutadas (MOPC). Viene del Fondo Financiero Para el Desa­rrollo de la Cuenca del Plata (Fonplata) y la Corporación Andina de Fomento (CAF). Desde bastante tiempo atrás duerme en la misma cámara parlamentaria otro prés­tamo externo de US$ 300 millones de la CAF al Minis­terio de Hacienda (MH) que tiene la condición o calidad de “Línea Contingente”, que quiere decir en el lenguaje común financiero “de libre disponibilidad”, pudiendo usar el Gobierno como le venga en gana.

Los del MOPC se adelantaron y esperan la aprobación del mismo para pagar las deudas atrasadas a las empresas vialeras (cami­nos y puentes) que sumaba US$ entre 250 y 280 millo­nes. En enero pasado, casi al cerrarse el mes, Hacienda colocó en el mercado inter­nacional bonos soberanos por US$ 500,6 millones, de los cuales US$ 200 millo­nes forman parte del pre­supuesto nacional 2022. El año pasado la recaudación de impuestos en las adua­nas por la importación de combustibles sumó US$ 383 millones.

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¿Tenemos grave falta de dinero para consti­tuir un Fondo de Estabili­zación de Precios de Com­bustibles, con el máximo de rapidez y urgente prioridad porque la GENTE la está pasando muy mal y ve a los gobernantes como unos de los peores desde 1989, califi­cando al Presidente “Marito Corazón de Piedra”? Pero no sólo por el aumento en el precio de los combustibles desde febrero del 2021, tota­lizando en el año una suba de 1.800 guaraníes por litro (promedio gasoil) o 40% más caro, a lo que se suma­ron este año otros dos gol­pes subiendo a 2.900 gua­raníes el litro o un aumento acumulado del 64%. Con una amenaza en puertas de otra suba de precios de 700 a 800 guaraníes (emblemas privados), lo que implicaría un aumento del 79% en casi un año. ¡Un año! También porque la economía caería por tercer año entre -1,5%/ - 1,7%. Por una histórica caída del 68,8% en la cose­cha de soja respecto a la pro­ducción pasada (- 6.548.600 toneladas) y una pérdida del 72% respecto a la cose­cha inicialmente esperada de 10.500.000 toneladas (-7.530.000 toneladas por un valor de más de US$ 3.600 millones). Lo anterior se tra­duce en y se suma al calva­rio económico de la GENTE una inflación del 9,3% inte­ranual en febrero 2022, con la canasta de alimen­tos encareciéndose en 16%, y frutas y verduras en 34%. La mayor inflación desde el 2011. Ha caído el ingreso de la GENTE de forma conti­nua y fuerte, debilitándose su poder de compra – que lo digan los gerentes de Super­mercados y Grandes Tien­das – también sufriendo los embates del contrabando.

La GENTE come menos y peor, y añora con nostalgia su anterior calidad de vida. En situaciones como estas el Gobierno debe aceptar y aguantar pérdidas eco­nómicas hoy para calmar las aguas turbulentas en lo social hoy, y así ganar tiempo y paz, dentro de un margen tolerable, equili­brando sus recursos fisca­les en función a lo que es más importante y peligroso. Le digo que sí al Fondo pero con piso inicial de US$ 100 millones y un techo movible de US$ 200 millones a ser utilizado en su máximo si lo del petróleo empeora a nivel mundial.

Le digo no a desti­nar el Fondo sólo a subsidiar el Gasoil Tipo III (55%), y no las naftas (45%). Es injusta como peligrosa esta dis­criminación (¿quién paga los impuestos y los présta­mos externos?). Le digo sí a usar el préstamo de libre disponibilidad de US$ 300 millones de la CAF actual­mente en el Senado. No me limitaría a usar sólo US$ 100 millones, voy por US$ 200 millones. El MOPC y las empresas vialeras pue­den esperar. Es el tiempo de la GENTE y no de las obras públicas del “Marito Cora­zón de Piedra”. Sólo el anti­pático Raúl Cubas Grau y “Lucho” tuvieron gobier­nos peores que el actual.

Mis registros son exactos. En este torbellino de dudas y penas destaco la capacidad de recaudación de las adua­nas y el desempeño respon­sable del Banco Central del Paraguay (BCP) que vendió en enero-febrero 2022 US$ 406 millones en el mercado privado (US$ 225 millones en el mismo período del 2021), pasando sus reser­vas internacionales de US$ 9.946,6 a US$ 9.615,1 (US$ -331,5 millones) para un dólar estable. Que el com­bustible no se convierta en la cancha para incendiar un país que ya está muy caliente anímicamente. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.

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