• Por Felipe Goroso S.
• Columnista político.

La frase es el grito de guerra para reivindicar una posición que se defiende ante el enemigo que avanza. En los inicios de su uso tuvo que ver con batallas de la Primera Guerra Mundial, para motivar a las tropas. Luego, durante la guerra civil española, una de las que posteriormente sería fundadora del Partido Comunista español usa la frase en uno de sus discursos, haciendo referencia a que Madrid no sería tomada. La toma de una obra de arte, un cártel de propaganda. La izquierda y su antigua alianza con los artistas se habían apropiado del lema y lo harían suyo hasta nuestros días.

En los últimos días de la semana pasada, la izquierda paraguaya levantó varios puntos su línea discursiva al respecto de la concertación opositora. Lo que en principio fue una carta pública exponiendo los argumentos para un retiro supuestamente temporal de la mesa que congrega a todo el arco opositor, se convirtió en una frase que detonó como una bomba nuclear en el corazón de la coalición: “No nos vamos a sentar en la misma mesa con partidos de ultraderecha, como Patria Querida”. Hay que recordar que aquella nota de referencia se había presentado luego de que el presidente del PLRA realice una visita al precandidato a presidente de la República por el PPQ, el diputado Sebastián Villarejo.

Las mediciones nos muestran que una oposición que vaya separada sería un mero trámite para la ANR en el 2023. También nos muestran que, aunque todo el progresismo pueda ir unido, pero sin los demás partidos no tiene posibilidad alguna, más allá de intentar aumentar sus fuerzas en el Congreso. En este punto, tiene varias tareas pendientes que incluso podrían hacer entendible un eventual rompimiento: demostrar que el liderazgo de Lugo puede ser extrapolado a las listas departamentales de diputados y cargos ejecutivos como gobernadores. Lo que ha quedado demostrado es que hasta ahora ha tenido influencia en la lista que el ex presidente integra, la de senadores.

En esta ocasión, podríamos estar ante la posibilidad cierta de que la frase, título de esta columna, pueda ser aplicada al sector de la izquierda. Si van por su cuenta, no pasarán más allá de transmitir la percepción de ser una coalición de partidos de perfil congresal y dejando de lado la alternativa de volver al Poder Ejecutivo.

En las elecciones generales del 2023, estará en juego el poder real. La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, nos está mostrando que cada día se reducen más las posibilidades de que haya lugar para un tercer frente. Veremos dos grandes bloques, eso es lo que nos muestran los estudios científicos hasta ahora.