• Por Eduardo “Pipó” Dios
  • Columnista

Tres años y medio han pasado desde el “fatídico” 15 de agosto del 2018, cuando asumía el gobierno del torpe y corrupto Mario Abdo de la mano de su gavilla Añetete y su pacto con sectores opositores, liderados por la desequilibrada Desirée Masi y su banda de ex fiscales corruptos.

Este cogobierno se dedicó a dos únicas actividades, robar a 4 manos y tratar de eliminar a Cartes.

En lo primero, el “éxito” fue rotundo, se han aliado al narcotráfico, los carteles del combustible, han asfaltado sobre el asfalto con el asfalto que vende el propio Presidente, han robado miles de millones de dólares de “fondos para la pandemia”, han intentado “hipotecar Itaipú” a empresas brasileñas, han claudicado (como se verá en breve) en la pelea de tarifas con el Brasil, han permitido el tráfico de drogas y el contrabando hacia nuestro país a cambio de dádivas y participaciones en los negocios. Resultado, un país a la deriva, endeudado en 50% más y sin posibilidades de pagar, aumento del desempleo, inflación como no veíamos hace décadas, corrupción en todos los entes dependientes del Estado y un futuro más que oscuro.

Obviamente, la segunda meta, el acabar con Cartes, ha fracasado rotundamente. Inventaron secretarías, entregaron ministerios a sicarios y sus cómplices, crearon comisiones parlamentarias, ignoraron sentencias de la Corte, expulsaron a senadores por motivos tan banales como tener covid o reunirse con alguien, a tambor batiente, mientras blindaron a un senador trucho que pagó sus lujosos autos y joyas con cheques de una empresa a la que el mismo contrataba con dinero público.

Han blindado de “la mano” con la oposición a un ministro vinculado al narcotráfico, que compartía y departía alegremente con las cabezas de los carteles más poderosos del Brasil, pidiendo automóviles prestados para ir de vacaciones mientras estos le alquilaban hasta una mansión para descansar en la playa y le cubrían los gastos.

Han tratado de alinear jueces, fiscales y cuanto funcionario no se plegó a su furia por atropellar la Constitución, la ley, las instituciones y el sentido común.

Hoy el fracaso y el negro panorama electoral para el “equipo” de gobierno hace que la locura sea total. Torpemente van tratando de ir por todo sin la menor vergüenza, descaradamente, a senadora de marras, trata de discutir con un fiscal, sin más argumentos que la patoteada, la falacia y el insulto, al no poder, por falta de razón y por su propio desequilibrio mental, rebatir los hechos tal cual son y no como ella y sus voceros pretenden.

Se viene la caída, será dura, si Dios permite la senadora esquizofrénica y corrupta no volverá al Parlamento por falta de votos, el inútil del Presidente y demás secuaces probarán la traición de los propios jueces que eligieron a dedo. A los demás nos queda levantar el país de alguna manera, aprendiendo la lección de estos nefastos personajes víctimas de su propia torpeza y sus obsesiones malsanas.

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