• Por Felipe Goroso S.
  • Columnista político

La semana pasada, el arco opositor se despedía con una nota enviada por los sectores de izquierda a la mesa de presidentes de partidos de la Concertación, recordemos que esta es la máxima instancia de la plataforma. En la nota, anunciaban a sus demás colegas presidentes de partidos que buscaban darle prioridad a la construcción y fortalecimiento del espacio de izquierdas y que por tal motivo habían decidido de manera unánime suspender temporalmente su participación en la mencionada instancia.

La nota bien podría considerarse un eslabón más a encadenarse con las declaraciones de referentes del progresismo al respecto del nivel de integración que debería darse. “No vamos a ir absolutamente toda la oposición junta”.

Ahora bien, la nota es sin duda alguna una llamada de atención, o al menos debería ser tomada como tal. En política, los gestos son muy importantes y a veces dicen mucho más que las palabras. El hecho concreto de haber hecho pública la posición es un misil a la línea de flotación de la incipiente Concertación. Todo lo dicho en la nota es real, pero la misma no menciona todo lo real. Una realidad es que la disconformidad entre los protagonistas es latente. Fuentes hablan de que el reclamo tiene que ver con la política de hechos consumados que toman algunos precandidatos a la Presidencia de la República que a la par son presidentes de sus partidos, específicamente, Efraín Alegre. Es absolutamente válido que no lo admitan públicamente, al menos por ahora. Aquella visita que el liberal hizo a referentes de Patria Querida no cayó para nada bien.

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Otro elemento que no se menciona públicamente, pero del que sí hablan las fuentes, es que la disputa real se da por cuál será el sector que logrará sentar en la tercera silla del Tribunal Superior de Justicia Electoral al candidato que proponga. Lo que detonó la nota y el hecho que se haya hecho pública, es que la visita puede ser vista como un favoritismo del efrainismo hacia un eventual candidato que sea propuesto por el partido de centro derecha en desmedro del que tenga el apoyo de la izquierda. En principio, la jugada es compleja de concretarse porque es sabida la importancia que tiene la bancada del Frente Guasu en el Senado, tanto en número de bancas como en influencia en la agenda de la Cámara Alta. Recordemos que es la Cámara que por Constitución Nacional debe nominar a uno de los integrantes de la terna que salga del Consejo de la Magistratura y que es el Ejecutivo el que finalmente lo designa. Este proceso, para llenar las dos vacancias del TSJE y que se generan en los meses venideros, es uno de los puntos de la agenda que está sacando chispas al interior de la oposición.

Se habla (aún en voz baja) y causa cada vez más molestia el doble papel que tienen aquellos que son presidentes de sus partidos y a la par precandidatos a presidente de la República. “Tenemos dudas si las posiciones que ponen sobre la mesa son las de un presidente de partido y consensuadas previamente al interior o son propias de un precandidato y sus legítimos intereses”, palabras más, palabras menos, esa es la frase que mencionan las fuentes y que atraviesa como daga el corazón de la Concertación.

La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, debe tener la capacidad de visualizar posibles escenarios futuros que ayuden a minimizar eventuales escenarios de crisis que pueden llegar a afectar a sus protagonistas.

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