• Por Jorge Torres Romero
  • Columnista

Un representante de los dueños de salones comerciales del Mercado 4, César Cáceres, reveló que entre 700 y 1.000 locales se cerraron en los últimos meses por la falta de venta. Este comerciante hace 18 años trabaja en una de las galerías del populoso mercado y nunca vivió un fenómeno como este. Si bien la pandemia les afectó, tenían la esperanza de acceder a líneas de créditos para enfrentar la crisis, pero les fue imposible alcanzar los requisitos y tampoco hubo una asistencia del Gobierno.

Ante esta situación muchos tuvieron que tomar medidas drásticas, el cierre definitivo de los locales y buscar otros rubros. Pero, según Cáceres, una de las principales razones de la ausencia de compradores, además de la falta de circulante de dinero, es la inseguridad. La gente no se siente segura en el mercado. Reiteró el reclamo a las autoridades, pero no tuvieron retorno.

Ruth Mendelson, de la asociación de comerciantes del casco histórico de Asunción, confesó que la reactivación económica luego de la pandemia se hace lenta. Los comercios tienen la esperanza de que con la vuelta a clases y las compras propias del inicio del año escolar puedan darles un oxígeno. Los centros comerciales, los bares y restaurantes están sobreviviendo a duras penas porque tampoco fueron alcanzados con algunos beneficios por parte del Estado en la materia impositiva para enfrentar la pandemia y a esto se suma el grave problema de inseguridad en la zona.

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El ingeniero Enrique Duarte, de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), reconoce que un país inseguro ahuyenta las inversiones, y esto evita que se generen nuevos puestos de trabajo. Los sonados casos de robos, secuestros y sicariato destruyen la imagen del país y golpean terriblemente a la economía.

En la calle la gente pide seguridad. Mientras tanto, la clase política colorados y opositores metidos en sus peleas internas ninguneando al pueblo con la cuestión de fondo: ¿Qué hacemos con la inseguridad?

Los opositores no acompañaron el raje de un ministro del Interior inepto porque supuestamente no quieren meterse en las peleas del partido de gobierno. Sin embargo, prefieren meterse en sus peleas internas y mediáticas para pedir enjuiciar a la fiscala general del Estado, porque esta no imputa al “villano favorito” de los opositores: Horacio Cartes. Al final, todo se reduce a la cuestión política, total los problemas de la gente pueden seguir esperando.

Así de perversos son quienes quieren presentarse como una alternativa electoral. Desprecian los problemas ciudadanos y priorizan sus intereses y caprichos coyunturales. La hipocresía de los políticos que se ganan el desprecio de la gente. A nadie le importan las rencillas políticas y los pases de factura que se lanzan a menudo. En la calle hay inseguridad, no hay dinero y la ciudadanía está caliente, no tiene tiempo para manifestarse y exigir cambios con movilizaciones masivas, la gente está en el día a día tratando de sobrevivir para llevar el pan a la casa. El Gobierno que debe dar respuesta a los problemas de gente en campaña política. ¿Para qué quieren seguir en el poder si ahora que lo ostentan son incapaces de responder a los reclamos ciudadanos? Para robar. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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