• Por Laura Ramos
  • Socia del Club de Ejecutivos

En los últimos días ha acontecido una serie de eventos que movieron el avispero en toda la República. Para el comercio formal, la actividad ilícita que conlleva al sicariato se sentía como algo muy lejano y de regiones específicas del país, donde uno tenía la idea que si se encontraba fuera de ese negocio no era algo que le podía llegar a afectar de manera directa. Lastimosamente nos demostraron que esto no es así, y además que no está cercado a una zona lejana sino todo lo contrario. La violencia y los ajustes de cuentas están más cerca de lo que nos imaginábamos.

Por todo esto, es fundamental que el sector privado se involucre en la hoja de ruta que debemos establecer como país, para evitar ser centro de nuevas desgracias y pérdidas de vidas inocentes. Para ello, debemos aunar esfuerzos, a través de la experiencia de países hermanos y aplicar sus conocimientos sobre temas relacionados a los que estamos viviendo hoy día. Por supuesto que estos esfuerzos deben ser precisos y ágiles, de tal modo a poder frenar con éxito y con tiempo suficiente a que este mal, que es el tráfico de drogas, y que no siga fortaleciéndose. Así evitar el debilitamiento aún mayor de nuestras ya débiles instituciones públicas.

Es importante compartir con la sociedad civil este macro plan de lucha contra las actividades ilícitas, ya que dado los últimos acontecimientos la sociedad civil tomó mucha conciencia de lo grave que puede tornarse tener un país sumergido en ajustes de cuentas entre bandas. Y peor, ser rehenes de clanes sin poder desarrollarnos con la libertad que pensábamos que teníamos hasta hace muy poco.

La fuerza que aporta el apoyo de la sociedad civil para la determinación política en momentos claves, donde se necesitan recabar votos para la aprobación de nuevas leyes, es fundamental para poder avanzar en esta lucha frontal contra la violencia ya instalada. Es por esto que debemos aunar esfuerzos para lograr tener un país libre de intereses corruptos. En el que las actividades ilícitas no sean las que financien a quienes deben realizar la toma de decisiones por un Paraguay mejor.

Este es el momento en el que debemos de unir esfuerzos, tanto el sector público como el privado, para erradicar la corrupción tan instalada en los distintos ámbitos, para evitar males todavía aún mayores. Ahora que tenemos fresco el ejemplo donde las consecuencias estuvieron tan cerca y nos pueden llegar a tocar a cualquiera. Si no actuamos ahora, luego será tarde y con daños inmensos para el país.

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