Los directivos de nuestras compañías que apunten al logro del éxito profesional dentro de sus organizaciones basado en los nuevos paradigmas del siglo XXI, el conocimiento y capital intelectual, deben convertirse en personas exitosas que logren liderar las empresas hacia un clima que impulse el conocimiento, la capacidad de innovar, competir, enfrentar desafíos y aprovechar las oportunidades que están presentes en el ambiente empresarial.

Los nuevos paradigmas empresariales establecen la forma de competir entre los integrantes de una disciplina determinada, estableciendo nuevas condiciones y supuestos, que traen consigo retos y oportunidades.

La serie de necesidades que se gestan en las organizaciones en cuanto a sus recursos humanos, sus estilos de liderazgo y la forma de conducción de las mismas se constituyen en retos para el sistema de dirección empresarial, que están bajo la responsabilidad del gerente, quien es la persona más indicada para poder transformar los sistemas organizacionales, inducirlos, promoverlos y gerenciarlos.

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Hoy en pleno siglo XXI se da un cambio de conceptos de la sociedad industrial a la del conocimiento. Estos paradigmas encaminan a las organizaciones a establecer ciertas transformaciones, las cuales están en manos de los mismos, quienes deben asimilarlas rápidamente para lograr el éxito empresarial.

La mejor ruta que nos podrá permitir lograr un gerenciamiento exitoso es hacer una revisión global sobre los nuevos conceptos que permiten a las empresas obtener ventajas competitivas, como lo son el conocimiento y el concepto de capital intelectual.

Uno de los principales activos con que contamos los seres humanos es el del conocimiento.

Plantea el cambio en el significado que permite transformar a la sociedad y a la economía, donde se toma en cuenta el conocimiento como el recurso económico necesario y donde los tradicionales factores de producción (tierra, trabajo y capital) no desaparecen, pero existen alternativas que hacen que se puedan obtener con mayor facilidad, siempre que haya conocimiento.

La sociedad actual es una sociedad del conocimiento caracterizada por el auge de las telecomunicaciones, la informática y la automatización de procesos, que tiende a la globalización, tanto en el ámbito individual como organizacional.

En una economía donde existe la incertidumbre, los mercados, los competidores se multiplican y los productos se hacen obsoletos casi de un día para otro, la única fuente segura y duradera de ventaja competitiva es el conocimiento, porque las empresas deben estar constantemente creando conocimiento nuevo, difundiéndolo e incorporándolo a sus nuevas tecnologías y productos.

Las empresas generan el conocimiento para aumentar la capacidad de respuesta e innovación.

Debemos apuntar a que el gerente de este siglo construya un liderazgo basado en humanismo, valores y principios centrados en el hombre, donde participen tanto gerentes como gerenciados, porque eso será lo que va a permitir construir la estructura gerencial de éxito en las organizaciones modernas e innovadoras.

Deberá ser exitoso, de alto desempeño, cumplir múltiples roles en su empresa y saber balancearlas; es decir, debe ser un administrador que impulse a hacer las cosas correctamente.

Es por ello que en las organizaciones modernas las estructuras organizacionales deben ser horizontales, en donde fluyan de arriba para abajo tanto las funciones como las responsabilidades y que estén claramente definidas, y en donde los supervisores de nivel medio para abajo no sean considerados como simples números, sino como RRHH valiosos.

Charles Lindbergh decía: “El éxito no se mide por lo que un hombre logra, sino por la oposición que ha enfrentado y por el valor con que se ha mantenido luchando contra los abrumadores contratiempos”.

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