Se están aprontando los caballos, la carrera está comenzando. Pero en una maratón hípica es tan importante el caballo como el jinete. El caballo pone la fuerza y músculo principalmente, y su jinete es más estratégico poniendo el pienso y regulando la velocidad. La carrera política ya ha comenzado. Si bien falta casi un año para las internas y más todavía para las generales, ya comienzan a moverse las piezas. Como ciudadanos, solo pedimos que estas batallas que ya arrancan no posterguen las necesidades de la gente, las prioridades imprescindibles demandadas al Gobierno o los proyectos de ley vitales.

Están surgiendo los nombres de a poco, más de lo mismo en el partido liberal, con una figura repetida bastante controversial, un candidato del llanismo con poco nombre y se rumorea una tercera opción, todavía no oficial, muy interesante. En el Partido Colorado no es un caballo, sino un toro uno de los candidatos y el otro una nueva vuelta del candidato anterior. Nos es para nada malo este último aspirante, pues cuenta con alta preparación y experiencia en Hacienda; sin embargo, algunos de sus “sponsors” meten miedo. La izquierda no hace ruido y no tiene mucha opción de peso para las presidenciales. Por otro lado, la élite de los partidos que obtuvo muy buena votación en las municipales quizás tenga su propio jinete, de buena calidad, pero es de un partido muy pequeño que debería optar por la coalición para llegar.

Sin embargo, el problema en los partidos políticos tradicionales, en las internas de los dos grandes, es que los votos que priman son los generados por los operadores y donde la billetera fluye. Viejos arrieros que muchas veces no dejan pasar a las nuevas generaciones o posibles outsiders por miedo a quedarse sin sus zoquetes. Entonces, por más que un hombre o una mujer de buenas intenciones desee entregar su tiempo a la patria y sacar realmente al país adelante, este deberá incluir la vieja escuela en su proyecto. Y no es fácil lidiar con esta gente, muchas veces la elección de candidato a la vicepresidencia, con cintura y conocimiento de la resbalosa cancha política, colabora con esta situación (aunque no le guste).

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Es un año difícil donde la pandemia todavía no da tregua, se suman problemas climáticos que pueden dejar el campo con muchas cicatrices y una batalla que tempranamente se avecina entre hambrientos de poder y codicia, por un lado, y las buenas almas que quieren ayudar honestamente a nuestro amado país. Solo esperamos que estas largadas no dejen llegar caballos locos o jinetes corruptos como únicas opciones. Esperamos tan siquiera tener gente noble que podamos elegir en las próximas generales. Debemos apoyar las nobles causas, aquellos candidatos que se la juegan por Paraguay, que entregan su tiempo profesional a forjar un país mejor.

Penosamente, el país está donde está no por la ciudadanía en su gran mayoría, sino por la mafia y la corrupción que nos golpean en todos los estamentos. Felizmente, somos muchos más los que queremos sacar adelante el país, nuestra voz y voto deben sentirse con más fuerza.

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