- Por Juan Carlos Zárate
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
La cultura ofrece formas definidas de pensamiento, sentimiento y reacción que guían la toma de decisiones y otras actividades de las que forma parte de la estructura organizacional de una compañía.
Las empresas de éxito por lo general tienen fuertes culturas que atraen, retienen y recompensan a la gente por desempeñar roles y cumplir metas. Uno de los más importantes es darle forma que, con personalidad, tendrá un efecto importante en la filosofía y el estilo administrativo.
Dentro de una organización comparte conceptos comunes. Subraya la importancia de los valores y creencias compartidos y su efecto sobre el comportamiento. Es el pegamento social o normativo que mantiene unida a una compañía. Incluye lineamientos perdurables que dan forma al comportamiento.
Cumple con varias funciones importantes al transmitir un sentimiento de identidad a los miembros de la compañía; facilitar el compromiso con algo mayor que el yo mismo; reforzar la estabilidad del sistema social; ofrecer premisas reconocidas y aceptadas para la toma de decisiones.
“La cultura organizacional es un sistema de valores compartidos (lo que es importante) y creencias (cómo funcionan las cosas) que interactúan con la gente, las estructuras de organización y los sistemas de control de una compañía para producir normas de comportamiento (como se hacen las cosas aquí)”. Las definiciones sugieren lo que todos sabemos por nuestras experiencias personales; las organizaciones tienen culturas diferentes –objetivos y valores, estilos de administración y normas– para realizar sus actividades.
Para el desarrollo de una cultura organizacional se consideran como clave a los siguientes: 1) Una orientación hacia la acción, a fin de que se cumpla. Aun cuando las compañías podrían ser analíticas en su enfoque ante la toma de decisiones, no están paralizadas por este hecho (como muchas otras parecen estarlo). 2) Orientación al cliente, donde todos los recursos y el personal de la organización dirigen sus actividades cotidianas a la satisfacción de las necesidades del cliente. 3) Autonomía y decisión, a fin de fomentar el surgimiento de líderes e innovadores para la empresa. 4) Productividad a través de la gente, lo que lo considera como el activo más importante de la compañía, y consideran como inversión el dinero destinado hacia ellos, como fuente fundamental de mejoramiento. 5) Compromiso con los valores, desde los niveles superiores de la organización. La alta dirección se mantiene en estrecho contacto, visitando y dialogando con “el frente de batalla”. 6) Conocimiento del negocio, sus fortalezas y debilidades, sus amenazas y oportunidades. 7) Rigidez y flexibilidad, aceptación de ambos de acuerdo a la dinámica del cambio y sus circunstancias.
Una fuerte cultura puede contribuir substancialmente al éxito a largo plazo de las organizaciones al guiar el comportamiento y dar significado a las actividades.
Las culturas fuertes atraen, recompensan y mantienen el apego de la gente que desempeña roles esenciales y cumple con metas relevantes. Una de las responsabilidades más importantes de la administración es dar forma a los valores y normas culturales, y ahorran las comunicaciones, y facilitan la toma de decisiones.
La cultura y la personalidad afectan el estilo y la filosofía administrativa que conforma un sistema de valores, creencias y actitudes que guían su comportamiento.
Es importante que las empresas posean una cultura organizacional definida, y que el personal sepa exactamente la función que debe desempeñar para cumplir con las metas y objetivos trazados por la alta gerencia.
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Isla Umbú: restaurarán templo que invita a viajar en el tiempo
- Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos: Gentileza
A 12 kilómetros de Pilar, es punto obligado de visita para el que quiera conocer Ñeembucú y los sitios históricos de la guerra contra la Triple Alianza. El templo de la localidad, centro de memoria y religiosidad, será puesto en valor en el marco del programa Tekorenda, dando inicio así a una recuperación de un valioso patrimonio nacional. Aquí la historia.
“Venir a nuestro pueblo es como entrar en el túnel del tiempo”, dice Mabel Franco, de la Universidad Nacional de Pilar, describiendo la sensación que siente al ingresar al “cuadrilátero”, el antiguo dibujo de las manzanas centrales de Isla Umbú.
Un paisaje que refleja el estilo de construcción de la década de 1860 se percibe en las casonas de tipo colonial que enmarcan la plaza grande en la que está el cuartel desde que el mariscal Francisco Solano López dirigió en un momento la defensa del sur durante la Guerra Guasu.
En el centro mismo de ese espacio, como un elemento de identidad, está el templo San Atanasio, de gran valor simbólico, histórico y cultural. Este último fue elegido por el Programa Tekorenda de restauración de sitios históricos impulsado por la Secretaría Nacional de Cultura (SNC) para una intervención destacada.
El intendente Jorge Marecos se muestra agradecido: “Es la primera vez después de mucho tiempo que tendremos una intervención del Estado en esta refacción”, dice con alegría.
Sin embargo, los restantes edificios requieren intervenciones para preservar uno de los pocos cascos urbanos que ayudan a reconstruir época que quedan en pie en el país. “Este entorno le da ese toque cultural antiguo al pueblo, pero lastimosamente algunas casas están desocupadas, con techos derrumbados. Son casas particulares y es difícil intervenir, pero presentamos a la SNC un proyecto para conservar por lo menos las fachadas”, destaca el jefe comunal.
UNA INTERVENCIÓN NECESARIA
El intendente Marecos indica que “el templo está con dificultades. Los técnicos de la SNC el año pasado hicieron una visita y detectaron que necesitaba esta restauración que se va a encarar desde octubre si todo va bien”, apuntó.
“El edificio está sólido, bien parado, pero tiene sus años. Así que esta tarea que durará más o menos un año o un poquito más será más que importante para nosotros”. Entre tanto, habrá que encontrar un buen sitio para oficiar las misas, ya que allí se congrega la feligresía católica los domingos. “Es un tema sensible”, señala.
La activista cultural Mabel Franco recuerda que “es muy importante este acto porque la última restauración fue en 1979 y estuvo a cargo del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), donde se pudieron intervenir algunos horcones, ya que sus cimientos estaban muy comprometidos.
Pero desde esa vez a esta parte es la comunidad la que mantiene el edificio y ya se necesitan nuevas intervenciones en los cimientos, teniendo en cuenta el tiempo y que el edificio es original de la época, es un patrimonio demasiado importante porque es único en su tipo”.
Explica entonces que en Laureles tuvieron que hacer una réplica de la iglesia antigua, en tanto que en Guasu Kua se hicieron intervenciones que reemplazaron componentes originales de su templo. En cambio, San Atanasio, en Isla Umbú, mantiene su estructura original.
TURISMO
A apenas 10 minutos de Pilar, capital del Ñeembucú, se asienta esta población de 3.700 habitantes, centro de la producción lechera regional. Franco apunta: “Nuestra comunidad lleva hasta 2.000 litros por día de leche para las familias pilarenses”.
Enmarcada por el imponente paisaje de los humedales, su verde intenso, su laguna Capilla destaca por la belleza que aporta la visita de una variedad notable y colorida de aves silvestres.
El jefe comunal de Isla Umbú asegura que están preparados para recibir más turismo. “Formamos parte del circuito turístico, pero no tenemos mayores auxilios de la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur), lo hacemos a nivel municipio”.
Contó que la gente no solo puede visitar el museo, el cuartel, el templo, sino que también acercarse a la laguna, “que ahora tiene un lindo muelle y caminero para tomar sol en estos días tan lindos”, propuso.
Recordó que una idea que tienen es avanzar en el recorrido turístico extendiéndolo hacia “las compañías como Boquerón y Tajy, donde hay escenarios de la guerra contra la Triple Alianza que ayudan a entender lo heroico de la defensa que se dirigió desde Isla Umbú”.
UN POCO DE HISTORIA
Mabel Franco, de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Pilar (UNP), recuerda que “la reorganización de Isla Umbú fue dispuesta por Carlos Antonio López, que le dio orden al jefe del cabildo de Pilar para poder formar el pueblo. Eligieron el mejor lugar para asentar el pueblo y luego se hizo una expropiación. Para ello tenían que pagar el diezmo los más adinerados y a los más humildes los ayudó el gobierno”.
Así fue que “se diseñó ‘el cuadrilátero’ en el estilo de los jesuitas, iglesia en el medio y en el lado oeste el cuartel, el cabildo y luego las casas a los costados con una gran plazoleta en el medio”, explica.
“Cuando la Triple Alianza, el Cabildo se convirtió en cuartel y fue el centro de aprovisionamiento del Ejército paraguayo en batalla, que entraba en acción más hacia el sur”, cuenta.
Posteriormente, en el siglo XX el cuartel fue escuela, juzgado de paz, todo lo que necesitaba administrativamente funcionó allí y el cuadrilátero se mantuvo”, refiere. “La Municipalidad aprobó en 2003 una ordenanza declarando las casonas antiguas patrimonio distrital, cultural, dictando así un no innovar para que se mantengan las casas antiguas”, recordó.
Ese elemento político necesita ahora de inversiones para una recuperación que se espera se inicie con la restauración del templo. Como antecedente, vale señalar que en 2002 se restauraron los tres cuarteles históricos de la llamada “diagonal de sangre”: Isla Umbú, Humaitá y Paso de Patria.
UN PATRIMONIO A DESCUBRIR
La arquitecta Silvia Rey es la coordinadora del Eje de Intervención del Programa Tekorenda y cuenta que la iglesia San Atanasio de Isla Umbú “es un templo típico paraguayo, con estructura de madera independiente, muros de adobe de simple cerramiento y techos de teja y picanilla. Debido a sus características materiales, las condiciones climáticas y el paso del tiempo han afectado su estado”.
Describe a su vez que “los problemas de conservación se concentran principalmente en la cobertura debido a filtraciones de agua pluvial. Asimismo, presenta lesiones en los muros, como grietas, fisuras y desprendimiento de revoque.
La presencia de murciélagos es otro de los factores de degradación; además, se observan rastros de la acción de termitas (kupi’i), que aunque parecen estar inactivas actualmente habrían afectado la estructura del altar y algunas piezas de la estructura”.
–¿Qué pidió la comunidad en el marco de la audiencia pública?, ¿cuáles son los reclamos centrales?
–La comunidad expresó su preocupación respecto a la necesidad de salvaguardar la memoria histórica, muchas de cuyas tradiciones y conocimientos se conservan y transmiten de manera oral, debido a la pérdida de las fuentes documentales. Asimismo, manifestaron su interés en la protección del patrimonio cultural material, tanto mueble como inmueble, especialmente la iglesia y el museo. Concientes del valor de su entorno, otra de las preocupaciones principales es la preservación del ambiente urbano y natural de Isla Umbú. Para ello, se considera fundamental la implementación de un plan de ordenamiento urbano-territorial que promueva un desarrollo sostenible en la zona.
POTENCIAL
–¿Está pensado también un tratamiento para los otros edificios?
–En esta primera etapa, la intervención se centra específicamente en el templo. Sin embargo, la edificación que alberga el Museo Coronel Pedro Hermosa también se encuentra en el listado de edificios en necesidad de salvaguarda urgente de la SNC, lo que implica priorizar la obtención de fondos para su intervención en el marco del Programa Tekorenda.
No obstante, es importante señalar que el trabajo en territorio involucra varias otras acciones, las cuales son abordadas en un trabajo coordinado con la Dirección General de Patrimonio de la SNC en el marco de la política de protección del Patrimonio Cultural, como la documentación y el registro.
Dado el potencial que posee Isla Umbú, se espera que, con el proceso de puesta en valor, se genere un mayor interés hacia el sitio, lo que podría facilitar la inversión en la recuperación física y funcional de otras edificaciones.
–¿Qué rol tuvo el edificio durante la guerra contra la Triple Alianza?
–La Triple Alianza es el episodio más recurrente en la memoria colectiva de Isla Umbú. Según la tradición oral, la construcción de la iglesia fue motivada por la victoria que obtuvo el mariscal Francisco Solano López en la batalla de Estero Bellaco, cumpliendo una promesa hecha a San Atanasio, a quien se había encomendado. Sin embargo, el año de construcción referido, 1862, no coincide con este hecho histórico, que se dio cuatro años más tarde, en 1866.
–¿Cuáles son otros edificios históricos que requieren intervención?
–El edificio que hoy alberga al Museo Histórico Cnel. Pedro Hermosa, en homenaje a un combatiente de la guerra del 70, habría funcionado como cuartel de las tropas paraguayas durante las batallas desarrolladas en la zona de Ñeembucú. Se habría construido en la misma época que la iglesia, al igual que otras viviendas construidas alrededor de esta.
–¿Podría contarnos un poco la historia del distrito?
–A pesar de que los orígenes de Isla Umbú se remontan a 1779, cuando se inicia la ocupación efectiva de la zona del Ñeembucú, luego de la fundación de Pilar, la fecha de fundación que reconocen los pobladores es la del 8 de mayo de 1862, cuando, como parte de su política urbanística, don Carlos Antonio López ordena la reorganización del pueblo.
Sin embargo, según investigaciones realizadas por la historiadora Viviana Paglialunga, existen fuentes documentales en el Archivo Nacional de Asunción que dan cuenta de la existencia de cuatro escuelas y de trabajos en las obras del templo en el partido de Isla Umbú que datan de 1842.
–¿Cómo fue su evolución durante el siglo XX hasta la actualidad?
–A pesar del paso del tiempo, Isla Umbú ha mantenido sus características urbano-arquitectónicas, con la iglesia en el centro de la plaza y las viviendas con galería a su alrededor, disposición típica de los poblados del Paraguay desde la época colonial. La población va decreciendo debido a la migración campo-ciudad y, lamentablemente, hoy varias edificaciones se encuentran abandonadas y en riesgo de derrumbe.
–¿Isla Umbú está lo suficientemente referenciada como para movilizar el turismo histórico o ser parte de quienes llegan al Ñeembucú por sus humedales y paisajes?
–Isla Umbú está entre los secretos mejor guardados de nuestros pueblos pintorescos. Queda a tan solo 15 kilómetros –20 minutos en auto– de Pilar, recorrido que vale la pena, dadas sus características urbanas, ambientales y paisajísticas, así como su riqueza histórico-cultural y la calidez de su gente, que la convierte en un punto obligado para quien quiera conocer y disfrutar del Ñeembucú.
Entre sus tradiciones más arraigadas están la fiesta patronal en honor a San Atanasio, que se celebra el 2 de mayo de cada año y en la que no faltan las comidas típicas, los juegos tradicionales, la música y el baile.
Esta festividad culmina con el Festival Anual de la Leche, celebración en la que Isla Umbú hace gala de ser cuna lechera debido a que la producción de leche es la fuente principal de su economía.
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“Es imposible imaginar una sociedad sin música”
- Jimmi Peralta
- Fotos: Gentileza
“El canto nos une, purahéi oñondive” se titula el trabajo en el que el cantautor paraguayo Adrián Morínigo presenta colaboraciones con varios artistas en la interpretación de polcas, guaranias y una balada de su autoría. El material apela a la función gregaria de la música destacando lo que ella encierra de sentido de pertenencia y colectividad.
El cantautor paraguayo Adrián Morínigo Villalba lanzó su tercer álbum, que lleva el título de “El canto nos une, purahéi oñondive”, una producción en la que presenta canciones originales y colaboraciones con artistas de reconocida trayectoria a nivel nacional e internacional.
“Este álbum representa para mí un gran logro en mi carrera de compositor. En este trabajo se logró la adherencia de músicos e intérpretes de reconocida trayectoria, lo cual hace que sea más interesante y garantiza la calidad musical en su amplio sentido. Este trabajo busca destacar y promocionar la creación de nuevas canciones del acervo nacional para fortalecer la identidad y enriquecer el repertorio popular”, explica Morínigo.
El álbum contiene 17 obras creadas por Adrián. Once de ellas son polcas, cinco guaranias y una balada. Colaboraron con él en esta producción aportando sus voces Mirta Noemí Talavera, Rolando Rodas, Olga Capullo, Francis Leonor, Nimia Sosa, Gustavo Torres Grossling, Ysapy Mieres y Sindulfo Zárate.
POLIFONÍA
“Yo tengo dos discos en los que estoy como solista en el canto y quería hacer algo diferente con el aporte de otros intérpretes. Antes de este material, tuve el honor de escuchar mi obra en versión de otros intérpretes y transmite algo diferente, se ajusta al propósito de las canciones. O sea, supera al modo que yo la interpreto”, agregó.
Las poesías musicalizadas por Adrián para este material son de la autoría de los poetas Santiago Morínigo, Nelson Quintana el Poeta Campesino, Daniel Sena, Félix López, Wilfrido Espínola y el reconocido poeta, dramaturgo y Premio Nacional de Literatura 2023, Moncho Azuaga.
Para Morínigo, la música es una forma de interacción social. Es por ello que en este material se entrecruzan voces diversas, poetas variados, bajo el hilo conductor de sus creaciones musicales.
“La música en general para mí cumple un rol social, desde el momento de conformar un grupo y producir música o hacer covers. La música es un vehículo que permite expresar emociones y sentimientos compartidos, con los cuales se crean vínculos, empatía o gusta porque algo tiene que ver con uno, ya sea en gusto, nos identifica en algo, fortalece lazos sociales y el sentido de pertenencia. Y en estas propuestas de nuevas canciones, partiendo de los géneros propuestos, busco fortalecer la música tradicional paraguaya, como la guarania y la polca, con contenidos que reflejan la historia, la cultura, los sueños, la esperanza y a evocar recuerdos o creencias que contribuyen a construir una identidad social. La música paraguaya es una fuente de entretenimiento y expresión artística”, sostiene.
COLABORACIÓN
La producción musical de “El canto nos une, purahéi oñondive” estuvo a cargo de Adrián Morínigo, la dirección y arreglos son de Hernán Gómez y Rolando Rodas. Colaboraron destacados músicos como Martín Portillo en arpa, Juan Ramón González en el bandoneón, Ulises Servín en el acordeón, César Cipolla en batería y Héctor Benítez en la percusión. La grabación se realizó en el estudio BeMa Producciones de Fernando de la Mora y contó con el apoyo del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (Fondec).
“La música representa en la sociedad un producto fundamental en la vida cotidiana, es imposible imaginar una sociedad sin música, por lo que considero que desde que hemos aprendido a crear cultura, la música ha cumplido un relevante rol multifacético. Del mismo modo, podríamos decir que sin músicos no hay música. O sea, el rol del músico en el contexto actual sigue siendo sumamente trascendental, sigue siendo el comunicador, el educador y el que genera también entretenimiento. Todo esto a pesar de la precarización en cuanto a retribución por su trabajo. Hoy día la inteligencia artificial amenaza diversos campos del quehacer humano, entre ellos la creatividad musical, pero creo que el rol del músico seguirá siendo importante”, sentenció.
PRESENTACIONES
El disco será presentado ante el público el próximo 20 de setiembre en el teatro de San Lorenzo. Además, en su agenda anual, con apoyo de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), Morínigo realizará dos conciertos bajo el título de “Sabor a guarania”, en los que presentará obras de José Asunción Flores y sus sucesivos seguidores en la composición como Herminio Giménez, Agustín Barboza, Demetrio Ortiz, Eladio Martínez, Florentín Giménez y cerrará con cinco guaranias de su autoría. Estos recitales tendrán lugar el 8 de agosto en el teatro de San Lorenzo y el 3 de setiembre en el teatro del Hotel Guaraní.
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José Luis Ardissone, el arquitecto
- Toni Roberto
- tonirobertogodoy@gmail.com
Este domingo, Toni Roberto rinde homenaje a una faceta menos conocida del eminente director y actor de teatro que partió el pasado 22 de mayo para permanecer de otra forma en la pléyade de la cultura paraguaya.
Con unos libros en la mano, mi computadora y un viaje a la casita del fondo, ahí donde escribo con el corazón de los recuerdos y unas lágrimas para llorar solo, empiezo a escribir otro capítulo en la historia de mi memoria ante la partida de José Luis Ardissone, hoy en esta nueva manera de tenerle presente para siempre.
Hola, José Luis. ¿Querés pasearte un rato por el barrio para analizar algunas arquitecturas? Como siempre, él sin ningún titubeo me dice “te espero”. Paramos en algunas casas de los años 70, las cuales nos parecían a los dos muy interesantes. Tal vez, la época de mayor gloria de la arquitectura paraguaya, en la maduración de un lenguaje que se afianzó en esa década y a la cual él perteneció.
EL CHALECITO ECONÓMICO Y FUI YO
Llegamos a la esquina de Bertoni y Mariano A. Molas. Una mirada a una fachada de mi parte y le digo: “José Luis, qué hermoso este chalecito económico, digno, sencillo, pero con mucho que decir. ¿Quién habrá sido el arquitecto?”. Yo al volante, un momento de silencio y me dice: “¿Querés saber quién fue el arquitecto? Yo”. Mi asombro por la coincidencia y aquel instante tan memorable que jamás olvidaré.
EL HOTEL CHACO
El trabajo arquitectónico de Ardissone tiene uno de sus más importantes ejemplos con el diseño del edificio Chaco Hotel, un emblema de los 70 del centro de Asunción. Hoy es parte del estudio histórico del paisaje urbano asunceno y que fuera analizado con mucha atención por uno de nuestros más importantes teóricos de la arquitectura paraguaya, César “Yito” Morra, en su libro “Espacios intermedios”, editado por la Universidad Católica Ntra. Sra. de la Asunción en 2004.
LA CASA DE DON MICHELLE Y PAOLO PEDERZANI
Una tarde, café de por medio, me contó la historia de una casa sobre Mcal. López: “Un día nos llama don Michelle Scavone a Paolo Pederzani y a mí y nos dice: ‘Quiero hacer una gran casa en este terreno’, en un tono serio, seguro y con un claro acento italiano. Le planteamos un proyecto vanguardista, teniendo en cuenta que yo volvía de estudiar arquitectura en la cuna de la arquitectura moderna latinoamericana, que era Río de Janeiro. Le pasamos el primer borrador y nos dijo: ‘Ma io (pero yo) les pedí una casa, no una fábrica’.
Todos aquellos sueños de una mirada más contemporánea de principios de los años 60 se habían ido al tacho cuando empecé a discutirle. Me dijo Paolo: ‘Vamos un rato al patio. José Luis, ¿vos te querés casar? ¿Querés juntar plata para tu casamiento?’. Y le respondí, con un efusivo y contundente, ¡sí! ‘Entonces callate y vamos hacer la casa que a don Michelle le gusta’”.
UN INVESTIGADOR SABIO Y SILENCIOSO
Muchos a esta altura de la lectura se preguntarán “¿Ardissone también era arquitecto?”. Él era antes que nada un investigador silencioso y sabio en el trabajo de la funcionalidad del hogar, cosa que se puede notar en su propia casa, a la que se mudó en 1974, en Villa Morra, en Dr. Morra casi Tte. Vera.
En aquellos años era un lugar muy lejano a donde se accedía por un inmenso arenal. Cuando llegaba la noche, las ranas hacían conciertos que daban la nota en medio de un gran silencio. La paradoja del destino es que hoy es una de las esquinas más ruidosas del viejo barrio del dottore Morra.
DESDE VILLA YIYÍ, HASTA LA SEDE DE LABORATORIOS CATEDRAL
Las casas realizadas por Ardissone Nunes son innumerables; solo como ejemplo, dos residencias para Guido Masi en Perú y Río de Janeiro, Villa Yiyí en Villa Morra; la casa de su suegra, la de Víctor Abente, la de su hermana María Inés y muchas viviendas de bajo presupuesto, pero realizadas con toda la dignidad que solo un gran humano lo podría hacer.
Además, la ex sede central de los laboratorios Catedral sobre la avenida España y San Martín, las oficinas y recepción del frente del Colegio San José y así mientras escribo sigo descubriendo más arquitectura suya.
Así hoy termino, al final, con lágrimas en los ojos, recordando la otra faceta de este grande del teatro, José Luis Ardissone Nunes, aquel seguidor y participante de muchísimos programas de “Cuadernos de barrio”.
Ahí también vivirá, en mi eterno recuerdo. Cuando salga a seguir mirando la ciudad, siempre estará presente el eterno, el otro José Luis Ardissone, el arquitecto.
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Cuarteto de Nos abre “Puertas” y confirma su regreso a Paraguay
- Por Paz Godoy
- paz.godoy@nacionmedia.com
La banda uruguaya Cuarteto de Nos acaba de lanzar su nuevo álbum de estudio titulado “Puertas”, y su cantante Roberto Musso conversó con La Nación/Nación Media sobre el trasfondo de este trabajo conceptual, adelantando que su próxima gira incluirá una parada en Paraguay, prevista para finales de este año o el primer semestre del 2026.
“El nombre ´Puertas´ alude a los momentos de la vida en que uno elige entrar o no a ciertas experiencias”, explicó Musso. Según el músico uruguayo, cada canción funciona como un pasaje a universos personales y a la vez universales. El álbum de 8 canciones aborda dilemas existenciales, silencios incómodos, tópicos de salud mental, vínculos rotos y pasajes de introspección no autobiográfica, entre otros.
Musso brindó detalles de la canción “En el cuarto de Nico”, compuesta desde una perspectiva muy particular: la de los objetos de la pieza o habitación de un joven. “Esos objetos están callados y son testigos de lo que ahí pasa. Son cómplices del silencio emocional”, detalló Musso y reveló que se inspiró en experiencias observadas, no vividas en primera persona: “No es un disco introspectivo sobre mí, pero sí es emocional, psicológico y filosófico”.
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Cita con Paraguay
El álbum “Puertas” mantiene una estructura breve, por una decisión deliberada, según el líder de la banda. “Nos dimos cuenta de que ese formato nos permite incluir casi todo el disco en los shows en vivo y ´Puertas´ es un disco pensado para ser tocado”, dijo el uruguayo. Su nuevo tour ya tiene fecha en Chile, Argentina, México y otros países y Paraguay está en los planes.
Si bien aún no hay fecha confirmada, Musso anticipó que “hay muchas ganas de volver y presentar este disco en Paraguay. Siempre sentimos un cariño muy fuerte del público paraguayo”.
“Un trato divino”
Para cerrar la entrevista, consultamos a Musso lo siguiente: “Si tuvieras que abrir una puerta hacia el futuro del cuarteto en Paraguay, ¿qué te gustaría encontrar del otro lado?”
La respuesta llegó sin espera y con una cálida sonrisa: “Me gustaría encontrar lo que ya conozco, que me gusta mucho. La verdad, sobre todo Asunción, que ha sido el lugar al que siempre fuimos en Paraguay, nos han recibido tan lindo, ¿viste?”, dijo Musso.
Él destacó la cercanía que siente con el país, más allá de la coincidencia de nombres con su país de origen. “Uno se siente también muy... no sé, hay un montón de cosas en común. Siempre fue un trato divino. Así que me gustaría encontrar lo que ya conozco de Paraguay: la calidez de las personas”.
Sobre Cuarteto de Nos
Los miembros de la banda uruguaya Cuarteto de Nos son: Roberto Musso (guitarra y voz principal), Santiago Tavella (bajo y voz), Álvaro Pintos (batería), Gustavo “Topo” Antuña (guitarra y coros) y Santiago Marrero (teclados, programaciones y coros).
La banda que empezó en 1984 cuenta con múltiples trabajos discográficos, que se convirtieron debido a las ventas en discos de Oro, Platino y Triple Platino. Su principal distintivo, son sus letras afiladas, el manejo de la ironía, la crudeza y la autocrítica del ser.
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