El mercado de valores en nuestro país ha sido el segmento de negocios que no paró de crecer, a pesar de la crisis sanitaria y económica que venimos padeciendo desde hace 20 meses.

A noviembre del 2021, registró un nuevo récord histórico en operaciones llegando a US$ 3.000 millones, negociados dentro del mercado primario y secundario, según reporte de la Bolsa de Valores y Productos de Asunción SA (Bvpasa), superando en US$ 1.000 millones lo logrado en idéntico período del año anterior, equivalente a un incremento del 50%, pudiéndose incluso cerrar el año con transacciones globales superiores, pues las negociaciones en Bolsa siguen su ritmo frenético.

El camino transitado no ha sido fácil, siendo históricamente uno de los mayores obstáculos la falta de un mayor cúmulo de información acerca de cómo “se movía este mercado”, tanto del lado de los potenciales emisores como de los inversionistas.

Pero felizmente se ha superado con base en un trabajo profesional y coordinado entre la Comisión Nacional de Valores (CNV), ente regulador, la Bolsa de Valores de Asunción (Bvpasa),y las Casas de Bolsa, quienes fueron los principales impulsores de este gran dinamismo y crecimiento alcanzado, a lo cual se han sumado las empresas calificadoras de riesgos, quienes coadyuvan de forma técnico-profesional en la generación de completos y detallados informes acerca de la posición económico-financiero-patrimonial de los emisores, incluidos los principales aspectos cualitativos que hacen a la gestión global de cada una de ellas, permitiendo a los inversionistas contar con una fuente de información de relevante importancia para una mejor toma decisiones de inversión en los diferentes instrumentos financieros.

A la fecha en los registros de la Comisión Nacional de Valores (CNV) tenemos a más de 95 empresas que operan en diferentes segmentos de negocios, muchas de ellas emisoras activas de títulos-valores de renta fija y variable en guaraníes y dólares de corto, mediano y largo plazo con buena experiencia.

La consolidación alcanzada por nuestro mercado de valores a nivel país este año, y en función al comportamiento proyectado de nuestra macro y microeconomía en el 2022, hacen esperar nuevamente un mercado bursátil activo y dinámico, donde se proyecta preliminarmente que podríamos llegar a no menos de US$ 5.000 millones de transacciones negociadas a través de la Bolsa de Valores.

Una clara muestra de que cada vez son más las empresas emisoras e inversionistas (personas físicas e institucionales) que confían en el mercado de capitales para financiar proyectos y para invertir, siendo una opción válida para el manejo de liquidez, donde una de sus particularidades es la no existencia de intermediación financiera, permitiendo a los emisores diseñar sus propios prospectos con montos de capital, intereses, plazos y formas de pagos en función al comportamiento de su flujo de caja actual y proyectado.

Con ello, no se limitan solamente al sistema financiero las posibilidades de obtención de recursos para hacer frente a sus necesidades de capital de trabajo e inversiones en bienes de capital, sino que el mercado de valores ha dado muestras de su importancia dentro de nuestro desarrollo económico, donde las mismas entidades financieras realizan emisiones de bonos como una fuente adicional de captación de recursos en moneda local y en dólares.

A lo apuntado cabe mencionar que existen otros tipos de instrumentos financieros que están teniendo una muy buena aceptación en el mercado como son los fondos patrimoniales de inversión, manejado a través de las casas de bolsa donde los inversionistas tienen la posibilidad de diversificar y atomizar sus riesgos, dado que los fondos son invertidos en bonos de varias empresas, todas contando con calificación de riesgo (tanto de solvencia como de tendencia para los siguientes meses) con un seguimiento/actualización trimestral.

No cabe la menor duda que nuestro mercado de capitales, si el 2022 se muestra positivo en función a proyecciones preliminares, seguirá creciendo y expandiéndose, con la posibilidad de que empresas que hoy emiten bonos a nivel local, también los puedan hacer fuera del país y que incluso podrían extenderse a las pymes en forma selectiva, además de la potencial puesta en marcha de otros instrumentos financieros a nivel país.

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