Hace exactamente un año saltó el escándalo Texos Oil en Petropar. Le había costado el cargo al entonces procurador general de la República, Sergio Coscia, quien junto al hasta ahora presidente de la petrolera, Denis Lichi, habían firmado un acuerdo extrajudicial para “regalar” US$ 6 millones a la empresa argentina por un pleito que la institución pública tenía todas las de ganar. En el acuerdo se dejaba constancia de que el abogado paraguayo que hizo de gestor se quedaba con US$ 3 millones. Fue en plena pandemia. Tras la denuncia periodística, el contrato quedó sin efecto y el Estado se ahorró ese dinero.
Nadie se explica por qué el presidente Abdo sigue manteniendo en el cargo a Lichi. Hasta un informe del Ministerio Anticorrupción, que concluyó en febrero de este año, revela la responsabilidad administrativa del funcionario en este intento de joderle al Estado. No pasó nada y hoy, de vuelta, un año después, salta un nuevo escándalo donde otra vez aparece Lichi como autor principal.
Petropar concretó una cuestionada licitación para el montaje y puesta en marcha de una nueva línea de molienda de caña de azúcar para la planta de Mauricio José Troche (Guairá). El ente pagará US$ 28,7 millones, cuando en el mercado brasileño este tipo de infraestructura solo tiene un costo de US$ 4,6 millones.
Como parte de un plan de inversiones para la reforma y modernización de la planta de Troche, Petropar prevé la instalación de una nueva línea de molienda de caña de azúcar que reemplazará los equipos obsoletos que datan de 1980 por una tecnología innovadora, con automatización integral del procesamiento de la materia prima.
La petrolera benefició a la empresa Estructura Ingeniería SA (EISA), que pertenecería al empresario Alberto Palumbo, amigo del vicepresidente de la República, Hugo Velázquez, por un monto de G. 195.299.249.040 (US$ 28,7 millones). En esta licitación se eligió la propuesta más cara que incluso superó en un 12% el precio de referencia del convocante. En el proceso licitatorio se presentaron tres ofertas, pero solo dos se aceptaron inicialmente porque la cuestionada empresa Engineering (que está suspendida por Contrataciones Públicas) lo hizo de manera tardía al pasarse luego de unos minutos del límite tope y por lo tanto le fue devuelta su propuesta. Las otras dos fueron la empresa brasileña Engematec, cuya oferta fue la más baja de G. 176.355 millones, y Estructura Ingeniería, que ofertó el monto más alto, de G. 195.299 millones.
Petróleos Paraguayos descalificó la propuesta de la empresa Engematec SA por no haber presentado la garantía de mantenimiento de su oferta. Al solo quedar una firma, la que ofertaba por un precio muchísimo más caro, Petropar no tuvo mejor idea que adjudicar de igual manera, en vez de optar por realizar otra licitación, tal como sí lo hará para contratar los servicios de fiscalización y control de estas obras. Al no existir oferentes interesados, esta convocatoria fue declarada desierta. Solo por fiscalizar la instalación de la nueva línea de molienda, la institución pagará la suma de G. 3.113.295.233.
Ante la supuesta irregularidad cometida en este proceso licitatorio, el director de Contrataciones Públicas, Pablo Seitz, adelantó que verificará la adjudicación, especialmente en lo referente al precio que pagará la empresa estatal.
Curiosamente, este cuestionado proyecto fue ideado y diseñado durante la era de la anterior titular de Petropar, Patricia Samudio, quien terminó renunciando ante sospechas de corrupción durante su administración. Según datos extraoficiales, supuestamente Samudio sigue manejando los hilos de las decisiones en la petrolera y Lichi sería solamente un aparente títere. Esta es una conducta obvia, si el año pasado este mismo funcionario intentó joderle al Estado US$ 6 millones, por qué no seguiría haciendo lo mismo en la institución. Estos son los hechos concretos que confirman que este gobierno esta manejado, desde la cabeza, por una manga de sinvergüenzas y corruptos que todavía tienen cara para salir y hacer campaña pidiendo votos a la gente. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.