- Por Eduardo “Pipó” Dios
- Columnista
En realidad el titulo era “Les ch... un hue…”, pero era demasiado fuerte para título, así que lo suavizamos bastante.
La semana pasada escribíamos que la gente estaba, en realidad, estábamos todos podridos de la campaña y demás, pero parece que a los Añetete les chup... resbala nuestro hartazgo.
Parece que en ese universo paralelo donde vive Marito y su corte o cohorte o gavilla, como usted prefiera, se vive de proselitismo permanente. Más bien algunos viven “del” proselitismo permanente, claro, si es plata del Estado y no es de ellos, qué problema van a tener en despilfarrarla, quedándose siempre con algo “para después”.
Se suponía que las municipales e internas partidarias se daban a mitad del mandato presidencial y parlamentario, para darle un respiro a la gente, y sobre todo a las saqueadas hoy más que nunca, arcas públicas. ¡Pero qué esperanza!
Y no es que lo de los Añetete fue algo reactivo, que se les adelantó la oposición, interna y externa, y ellos salieron apresuradamente a cubrir el asunto. El lanzamiento de Hugo Velázquez de la mano de Mario Abdo, y de Mario Abdo a la presidencia del Partido Colorado, de la mano de Hugo Velázquez, es una bofetada a la ciudadanía. Una ciudadanía que sufrió el saqueo y el desgobierno descarado durante un año y medio y luego se le sumó la pandemia, donde no solo no suspendieron o disminuyeron ambos males, sino que triplicaron los esfuerzos para ser más inútiles aún y más ladrones que nunca. El Gobierno metió la mano en la lata para tratar de posicionar a algunos de sus adeptos en las internas municipales, y ahora nos propone una campaña electoral, como corresponde, financiada íntegramente con la plata pública, esa misma plata que después le niega a los maestros, médicos y a todo aquel enfermo, pobre o menesteroso que lo necesite, sin siquiera entrar en que, como ciudadanos y contribuyentes de este Estado gigante, corrupto e inútil, tendríamos que tener derecho a muchas cosas que ni podemos imaginarnos con esta gente en el poder.
No les calienta, ellos leen sus medios pagados, escuchan sus radios pagadas y ven sus canales pagados, con nuestra plata, donde siempre el malo es el otro y vivimos, como ya lo dijo Marito, en Miami.
No hay otra, habrá que esperar y aguantarlos robándonos, casi un par de años más, con el descaro y el cinismo de siempre, y esperar que, si Dios quiere, en diciembre del año que viene, las urnas les den la gran patada que los haga ver la realidad y los mande bien lejos.