• Por Felipe Goroso S.
  • Columnista político

Un sector del oficialismo no esperó a que concluya la campaña de las elecciones municipales para empezar a posicionar la candidatura de Hugo Velázquez a la Presidencia de la República. Se trata de un sector del movimiento Añetete, el anillo más cercano al actual Vicepresidente, un anillo que empezó a construir desde el primer día que asumió el cargo, algunos mencionan que incluso antes.

El contexto nos marca que el oficialismo es una confederación de liderazgos, algunos con alcance nacional, otros departamentales y de vuelta algunos con mayor y otros con menor peso electoral. Eso complejiza el armado de una mesa donde todos, legítimamente, creen tener el mismo músculo político; aunque en el fondo se sepa que las decisiones trascendentales las toman unos pocos. A la par, el arribo de consensos es una cuestión complicada, por decir lo mínimo. De hecho, uno de los principales obstáculos se encuentra en esa ausencia de consenso interno alrededor de la figura propuesta.

La precocidad del lanzamiento tiene una razón absolutamente válida, en la lógica del sector que la impulsa, todas las mediciones en las encuestas publicadas y en las no publicadas arrojan, por un lado, números bastante bajos al respecto de la intención de voto, y por el otro, alto porcentaje de imagen negativa. Aquel intento de negociación del acta bilateral de Itaipú sigue muy presente en el recuerdo del electorado. Es este uno de los planteamientos que pone sobre la mesa el amplio sector del oficialismo que considera que las cartas deben volver a barajarse. El otro punto tiene que ver con que hay por lo menos un par de figuras más con mucho mejor rendimiento en las mediciones. Y con un calendario electoral abreviado por los nuevos plazos impuestos por la Ley de Financiamiento, tener buenos números en los estudios de preferencia ayuda mucho.

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En frente, el movimiento Honor Colorado tiene a su favor su acostumbrada previsibilidad que ya le ha dado resultados. Si a eso se le suma que en las internas presidenciales se va a discutir la amplia brecha que se genera entre la administración de Horacio Cartes y el actual oficialismo, lo cual le genera ventaja en la línea de salida. Queda por verse si la actual disidencia al interior de la ANR sabrá arrancar motores en el momento oportuno y preciso. Que no sea antes y así también que no sea después.

La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, se trata en gran parte de tomar decisiones en el momento oportuno. No se trata de candidaturas precoces.

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