Luego de pasar por días de elecciones municipales, el ambiente comercial vuelve a una normalidad relativa ya que en las semanas previas quedaba todo en un statu quo y no había avance en la toma de decisiones, por la falta de concentración del sector público en ciertos temas de interés empresarial ya que tenían este desafío por delante. Una vez pasado el día D, vuelven a ubicarse las piezas en el juego de ajedrez y los distintos equipos políticos se reubican según los resultados obtenidos. Es increíble como los momentos electorales influyen en el desarrollo de la economía, ya que deja a todos expectantes de quienes serán los ganadores para poder definir múltiples aspectos de la economía.
Con este mismo panorama nos enfrentaremos el próximo año cuando los candidatos de las internas partidarias se disputen el premio mayor, la presidencia del 2023. Todos los partidos políticos y grupos empresariales, ya sea de medios u otro sector de la economía, estarán empeñados en ir formando una opinión pública sobre tal o cual posible candidato. Según como les afecte o sea conveniente unos serán un nuevo comienzo y otros candidatos tendrán todos sus trapos expuestos para escrutinio público. Pero como los distintos grupos de poder dan respaldo a distintas candidaturas hace que el ambiente o clima de negocios se vea enrarecido y paralizado, ya que genera un bombardeo exacerbado entre distintas trincheras y el comerciante queda en el medio tratando de solucionar sus problemas cotidianos con poca o nula ayuda estatal, ya que la misma estará librando otra batalla para la continuidad o no en el poder.
La pregunta necesaria es: ¿Cómo podemos hacer desde el sector privado para que los años, o momentos electorales no sean tiempo perdido para el desarrollo económico? Especialmente, que las decisiones claves sean tomadas e ir solucionando los problemas operativos que se van presentando en una realidad global imparable. Si bien seguramente desde el sector público difícilmente dejen de lado su interés esencial, que es la política, debemos hacer un pacto donde los temas importantes no se dejen de lado por lo menos por tanto tiempo. Es crucial definir un equipo, si se quiere apolítico de técnicos públicos, donde ellos estén abocados netamente a la resolución de problemas necesarios para la salud económica del país.
Como siempre resaltamos, no se puede avanzar desde un sector en solitario, necesitamos el compromiso y esfuerzo de ambos sectores para poder ir derribando los obstáculos que la propia economía genera en su frenética carrera mundial.