DE LA CABEZA

  • Por el Dr. Miguel Ángel Velázquez
  • Dr. Mime

Probablemente usted, amable lectora o lector, sea de los que creen algunas cosas que se dicen del cerebro en forma de corrillos y conversaciones “de sobremesa”. Y es que las neurociencias ya ocupan un lugar en nuestras charlas cotidianas, por suerte y gracias a la difusión de medios como este, que se preocupan por hacer llegar el conocimiento neurocientífico a todos los públicos. Una vez más, !gracias, La Nación! Sin embargo, no todo lo que uno dice o escucha tiene asidero científico, y sobre todo, está demostrado o comprobado. Aquí les tiro unos cuantos “neuromitos” que, a la luz de los casi dos años que llevamos compartiendo juntos esta columna semanal, debemos saber con total justicia. En estas semanas destruiremos algunas de las informaciones erradas que manejamos como verdaderas dentro del apasionante mundo de nuestro mejor órgano: el cerebro.

- Solo usamos el 10% de nuestro cerebro: es de mis neuromitos preferidos. Si lo pensamos bien, es sumamente motivador pensar que si usáramos el 90% restante seríamos poco más que Einstein; entonces, ya ha sido base de numerosos pseudocursos de aprovechamiento cerebral donde se han enriquecido muchos falsos gurúes del cerebro. Solamente pestañeando, el cerebro usa más del 10% de su superficie cortical motora. ¿Entonces? Agrego más: incluso cuando se supone que no se está haciendo nada, el cerebro está haciendo mucho, ya sea controlando funciones como respirar y el palpitar del corazón, o recordando cosas por hacer. El origen de esta mentira descontrolada está en una conferencia del psicólogo William James, quien dijo que las personas normales, en sus quehaceres cotidianos, no llegan a usar más del 10% de su potencial intelectual. Con esto quería decir que esas personas no usan sus recursos mentales, por falta de entrenamiento o desarrollo, pero no que solo usasen una pequeña parte de su cerebro. No hay zonas en las que el cerebro ponga el cartel de “cerrado por vacaciones”. De hecho, se puede decir que usamos el 100% de nuestro cerebro las 24 horas del día para ejercer las funciones cambiantes que tiene asignadas en aras de la supervivencia del individuo. Obvio, falso.

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- Einstein tenía el cerebro más grande por eso era más inteligente: alguna vez escribí en esta columna la historia del cerebro de Einstein. Les conté que había sido “secuestrado” post mortem, y estudiado en pedacitos. Y que era un cerebro absolutamente normal en conformación celular, en peso, tamaño y desarrollo de sus partes a simple vista, incluso en su número de neuronas que no sobrepasaban la media por unidad de tejido respecto a cualquier mortal simple cuyo cerebro haya sido estudiado. La diferencia estaba absolutamente dada por la cantidad, no de células, sino de conexiones entre ellas: el cerebro de Einstein tenía un 30% más de sinapsis entre sus neuronas que un cerebro promedio. Entonces, el tamaño no importa... si hablamos de cerebro.

- El cerebro es tan pequeño comparado con otros órganos que casi no consume recursos: Nada sobra en el cerebro, según lo averiguado por los científicos. El cerebro es un órgano extremadamente caro, en términos energéticos. Su peso asciende al 2% del total del cuerpo, pero consume la energía obtenida con el 20% de todo el oxígeno que respiramos. De hecho, lo hace en gran parte para mantenerse funcionando mediante el mantenimiento de la funcionalidad de su membrana neuronal. Y agrego más: estudiando intensamente, exigiendo de más al cerebro, hasta podemos quemar calorías que nos permitan no subir de peso, aún con nulo ejercicio físico. ¿O nunca pensaron por qué muchos “científicos locos” son extremadamente delgados, aún sin hacer actividad física? No solo es contextura, a veces el cerebro “quema calorías” por demás.

- El cerebro derecho es creativo, el cerebro izquierdo es analítico: Según el neuromito, la mitad del cerebro es mucho más aburrida que la otra, según el mito, la mitad del cerebro es mucho más aburrida que la otra. Estamos cansados de leer que las personas más creativas, intuitivas e imaginativas tienen un hemisferio cerebral derecho más fuerte, mientras que la gente analítica y racional tiene un hemisferio izquierdo dominante. Es tal nuestro afán de clasificar y poner etiquetas para todo, de dividir a las personas en categorías, que se da por sentado que quien es analítico no es creativo, y viceversa, o que no existen grises y puntos medios. Pero, el verdadero secreto del, el cuerpo calloso, que permite una constante transferencia de información y que hace que el cerebro prácticamente funcione como un todo. Así que, la próxima vez que le digan que usted es de tal o cual cerebro, recuerde que depende más de la conectividad entre ambas mitades que de lo que puedan hacer una u otra.

Y por hoy no los harto más. ¿Seguimos develando neuromitos DE LA CABEZA el sábado que viene?

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