Después de que ha corrido mucha agua bajo el puente tras los 18 meses de pandemia, lo importante es que la resiliencia sea nuestra mayor fortaleza para que nuestra estructura empresarial se construya sobre base sólida y efectiva.

La misma resiliencia que aplicó Japón luego de la Segunda Guerra Mundial. Podemos aprender mucho de esa experiencia, porque en el período de posguerra construyeron una reputación de líderes que les perdura hasta el día de hoy.

En el mundo de los negocios la cultura japonesa tardó algunos años en madurar, pero se destacó principalmente por reconstruir su economía devastada aplicando un método llamado “5S”. Una de las primeras marcas exitosas en implementarlo fue la marca Toyota, a principios de los años 60.

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Este método de las “5S” son las iniciales de los cinco pilares de la cultura nipona: Seiri (Clasificación), Seiton (Orden), Seiso (Limpieza), Seiketsu (Estandarización) y Shitsuke (Disciplina). Funciona de manera circular y se convirtió en un exitoso modelo de gestión que sirve como referencia para muchas empresas globales líderes.

Más allá de las diferencias entre la realidad japonesa en ese período y de la nuestra, tenemos la oportunidad ideal para que nuestras organizaciones levanten la frente y fijen su mirada con dinamismo hacia el futuro.

El escenario económico actual nos alienta a ser positivos gracias a que las cifras económicas nos respaldan. Pese a las adversidades que atravesamos debido a la pandemia, la CEPAL informó hace unas semanas que seremos líderes en la región con un crecimiento del PIB de 4,1% en el 2022.

Y pese a que la inflación en setiembre se salió un poco de su rango inicial con un 1% en comparación con el mes anterior y un acumulado de 4,6% en estos primeros nueve meses del año, cabe destacar que tenemos una moneda estable que nos da garantías de seguir confiando en nuestra estabilidad a largo plazo.

El guaraní cumplió 78 años en los primeros días de octubre y es la divisa más antigua y estable de Sudamérica. En ese sentido, los inversionistas extranjeros valoran este hecho y nuestra estabilidad socioeconómica les brinda flujos de caja bastantes rentables en comparación con los países vecinos.

En consecuencia, las empresas nacionales se pueden quedar observando y lamentarse de las consecuencias que generó la pandemia. O aprovechar esta oportunidad con una mirada estratégica y competir estratégicamente contra los nuevos proyectos que llegan del exterior.

No miremos tras bambalinas. Actuemos hoy para salir adelante y replanteemos la salud de nuestro management en nuestra estructura corporativa. Los japoneses nunca cerraron los ojos y visualizaron una realidad positiva desde el día uno y pasaron a la acción.

Ahora es el momento de que nosotros abramos los ojos y visualicemos los frutos que vamos a recoger el próximo año de lo que vamos a sembrar en el presente.

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