• Por Jorge Torres Romero
  • Columnista

Hay algunas cuestiones que no cierran en el manejo presupuestario del Ministerio de Salud y esto genera el permanente reclamo por deudas impagas. Además del presupuesto anual de esta cartera (US$ 901,4 millones), con la aprobación del famoso crédito de US$ 1.600 millones, a Salud se le destinó por encima de su presupuesto anual US$ 514 millones. Es decir, un total de US$ 1.415 millones para el año pasado.

En la era Mazzoleni hubo una lenta ejecución de los recursos para covid, por lo que se decidió redireccionar US$ 17 millones a las gobernaciones para la gestión de ollas populares y otras asistencias sociales, según la Comisión de Fondos Covid-19, integrada por seis senadores y seis diputados. Se destinaron 34 millones de dólares a las obras de infraestructura en hospitales, de los cuales, US$ 6 millones se invirtieron en el Hospital de Clínicas. Es decir, con estos redireccionamientos quedó un saldo de US$ 426 millones de los US$ 514 millones.

Al cierre del 2020 se ejecutó el 36% de los US$ 426 millones, con lo que quedaron US$ 272 millones sin utilizar, pero de los cuales ya existió una porción comprometida para vacunas y pago de personal, con lo que quedaron US$ 89 millones sin utilizar.

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La semana pasada, el Congreso aprobó otro crédito programático por valor de US$ 150 millones para la cartera sanitaria. Sin embargo, Luis Ávila, secretario general de Cámara de la Industria Química Farmacéutica del Paraguay (Cifarma), detalló que con la aprobación de este nuevo crédito se podrá saldar solamente una parte de la deuda de Salud con los proveedores farmacéuticos. La deuda pendiente del 2020 es de US$ 50 millones y la de este año US$ 52 millones, totalizando US$ 102 millones. Con este crédito se salda la deuda 2020 y después se vería cómo ir pagando el resto.

La semana pasada, la Asociación Paraguaya de Sanatorios y Hospitales Privados se vio obligada a montar una conferencia de prensa para exponer que Salud no cumplió con el compromiso de pago tras el convenio de atención a pacientes covid. La deuda es de US$ 43 millones. Este acuerdo demostró que el sistema sanitario es uno solo, y está integrado por el sector público y privado. Esta pandemia logró una sinergia entre ambos sectores que impidió que mueran más personas. Es inadmisible que el Gobierno ahora se desentienda de esto y dé la espalda a quienes dieron respuesta y compromiso en el momento más duro de la pandemia.

El viernes nos dijo en radio Uno el ministro de Hacienda, Óscar Llamosas, que se sigue priorizando a sectores de la salud teniendo en cuenta que la pandemia aún no ha acabado y se debe seguir sosteniendo el sistema sanitario. Dijo que responder el pedido de aumento salarial del personal médico es complejo teniendo en cuenta que causará un doble impacto ya que piden reducir la carga horaria, lo que implicaría la contratación de más personal, y el aumento de salario que actualmente es de G. 5.400.000, piden elevar a tres salarios mínimos, alrededor de G. 6.800.000.

Del crédito programático aprobado (US$ 150 millones), US$ 110 millones se destinarán a deudas y compromisos pendientes con las farmacéuticas y vacunas. Además, se destinará a sostener 13.000 nuevos vínculos del personal de blanco, incorporados en el sistema sanitario garantizando hasta diciembre, y alrededor de US$ 4 millones será asignado al pago a los sanatorios.

En síntesis, la deuda con las farmacéuticas se mantiene en US$ 52 millones, con los sanatorios privados quedará el saldo de US$ 39 millones, tampoco habrá aumento para el personal de blanco. La pregunta es ¿qué hicieron con toda la plata para salud?

El presupuesto habitual sigue intacto cada año, y a ese presupuesto ya se le sumó, primero US$ 514 millones y ahora otros US$ 150 millones por la pandemia y ni siquiera pagamos en su totalidad a proveedores de medicamentos ni al sector privado por el servicio de asistencia a pacientes y eso sin contar lo que anunciaron que harían, un redireccionamiento de los gastos socioambientales de las binacionales. Tampoco llegaron las vacunas que supuestamente pagamos, porque la mayor cantidad de dosis la recibimos por donaciones. Nos merecemos una mejor explicación. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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