Se lo define como el estado de inmovilidad de un cuerpo sometido a dos o más fuerzas de la misma intensidad que actúan en sentido opuesto, por lo que se contradicen o anulan. Otra de sus acepciones lo conceptualiza como el estado de inmovilidad de un cuerpo, sometido únicamente a la acción de la gravedad, que se mantiene en reposo sobre su base o punto de sustentación. También se dice que es un delicado balance entre dos fuerzas. Entre estas palabras fluye el equilibrio. Sus concepciones están dirigidas al mundo de la física, donde el matemático Isaac Newton propuso la ley de gravitación universal. No obstante, su ímpetu conceptual ha trascendido y el término se involucra en el mundo cotidiano de las personas. Entonces el equilibrio se hace presente en las relaciones humanas. Y para que así sea debe existir el equilibrio personal, desde el cual se transmiten las ideas y creencias que caracterizan a unos y otros. Aquí la inamovilidad le da paso a la movilidad, la quietud a la actividad, pasajes que no necesitan dejar de lado a la serenidad, dada su relevante misión de conservar la paz personal y del entorno.

La convivencia social requiere de la puesta constante del equilibrio. En cada acción la mesura es un elemento constructivo básico para el desarrollo de los vínculos prósperos. El equilibrio nos sostiene ante la toma de decisiones. Es un motor virtuoso para elegir los mejores trayectos. Lo ecuánime es propulsor de ampliaciones visuales.

El equilibrio exige trabajo. Es que alcanzarlo representa moverse. Aunque hay momentos que necesitan quietud. Entonces, ¿cuándo avanzar y cuándo frenar?, es apasionante vivir. Porque si se insiste demasiado puede desbordarse lo intencionado y es ahí donde una fuerza puede someter a otra, ocasionando la anulación de lo querido o la pérdida del sentido de las situaciones. Su desaparición aumenta las chances de la confusión, y donde esta coloca su dosis, se deteriora cualquier unidad.

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El equilibrio necesita aliados. La firmeza, la lucidez, la tolerancia y la humildad se encuentran vinculadas en el desarrollo del mismo. Se aproxima hacia una obra deseada quien se moviliza adecuadamente. Los valores pregonan estados de equilibrio.

El equilibrio es un brillante sostén de la perseverancia. El zarandeo de un lado hacia el otro es posible cuando el desequilibrio es evidente. ¿Qué motivos ocasionan esa oscilación? Son aquellos que cada uno puede enumerar. Son los que derivan en las confusiones del proceder.

Hay muchos ápices abocados al equilibrio. Son las partes que hacen referencia al término y describen el ambiente en donde se aplica. Por ejemplo en biología, dentro de la teoría de la evolución, se encuentra el equilibrio puntuado que resalta el ritmo de evolución de las especies. También en la economía hay equilibrios enunciados, entre ellos está el equilibrio de Nash, considerado un concepto de solución en donde es necesario dos o más jugadores y que parte de la base de que todos saben las estrategias de cada uno; y ninguno gana nada modificando su estrategia mientras los otros mantengan las suyas. Por lo que el mejor movimiento posible debe ser teniendo en cuenta el movimiento de los otros.

El equilibrio está presente en todos los órdenes de la vida personal y social. Su valoración es imprescindible para la humanidad, su aplicación está supeditada a la voluntad de cada ser.

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