- Por Juan Carlos Zárate
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
Ser puntuales, en muchos casos, sigue tornándose de difícil cumplimiento en un país como el nuestro, en donde los quince o más minutos de tolerancia parecerían ser la regla general.
Reuniones de trabajo, salidas o cualquier otro tipo de encuentro entre 2 o más personas, plantean por lo general dicho plazo de espera, que sería recomendable que los que somos profesionales y responsables podamos buscar las alternativas para poder convertir en algo productivo dicho “tiempo muerto”, pues sabemos que entre el éxito financiero y la puntualidad existe una íntima correlación.
Dentro del ámbito profesional, el tiempo se constituye en uno de los bienes intangibles más valiosos, por lo que debemos cuidarlo y tratar en lo posible de relacionarnos con gente que lo respete y lo valore, para lo cual se debe dar una mutua reciprocidad.
En el contexto global de los negocios los tenemos a muchas personas que te hacen esperar o bien te interrumpen por minucias en pleno horario laboral o, lo que es peor, también aquellos que buscan hacerte trabajar para ellos sin ningún tipo de contrapartida positiva. Los avivados que nunca faltan buscando “su propio beneficio”.
En el campo empresarial, la palabra es uno de los activos más valiosos. Alguien que tenga palabra muestra su profesionalismo y respeto por el tiempo de los demás.
Siendo “un poco crudo”, las personas que son impuntuales parecerían ser en cierto sentido deshonestos no solo con el otro, sino también consigo mismos.
Resulta paradójico que muchas personas impuntuales puedan establecer objetivos financieros y a la vez cumplirlos, pero en contrapartida se podría dar mayor probabilidad de que sus desvíos tiendan a ser superiores a aquellas que conocen y son concientes del valor de la palabra.
En términos de negocios, el dinero que podamos perder podremos recuperarlo, pero no así el tiempo, que es un bien sin retorno.
Una persona que cuida su tiempo, al establecer un vínculo comercial te podría dar una pauta de que muy probablemente también cuidará el tuyo.
Aquella empresa que es impuntual con sus obligaciones financieras podría ver afectada su confiabilidad como sujeto de crédito, pues sabemos que el objetivo primario de las entidades financieras se concentra básicamente en poder recuperar el capital e intereses devengados de los créditos concedidos en tiempo y forma.
Es relevante que cultivemos el don de la puntualidad como también la estructuración de nuestras metas de ahorro, de gastos mensuales y anuales que se ajusten a nuestra capacidad de repago que nos permita cumplir con nuestras obligaciones contraídas con terceros en forma regular, con lo que estaremos demostrando nuestro sentido de responsabilidad y que somos cuidadosos de nuestra imagen personal y profesional, dentro de un mercado estrecho como el nuestro y en donde casi nos conocemos entre todos.
Cuántas veces nos preguntamos si ser puntual podría ayudarnos a alcanzar nuestra independencia económica. Analizándolo bien, sería correcta dicha apreciación, pues implica ser coherentes en nuestra actitud hacia la vida, que se traduce en la práctica en el valor del respeto y cuidado del tiempo propio y ajeno.
Si lo enunciado precedentemente forma parte de nuestro día a día, podría dejarnos más cerca de los objetivos y metas basamentados en la disciplina, buenos hábitos y la necesaria coherencia entre lo que somos y lo que pretendemos ser.
Una de las causas principales de pérdida de tiempo en la vida lo constituyen muchas veces las reuniones mal coordinadas y estructuradas y consideradas como algo meramente rutinarias.
En cuántas de ellas solemos participar a menudo, sin que exista de antemano una agenda preestablecida a tratar, sino que se los hace de forma meramente mecánica, y muchas veces no nos ponemos a dimensionar el valor intrínseco del tiempo, que nos podría haber permitido obtener resultados más sólidos y productivos.