Si bien a nivel país hemos avanzado en los últimos años en materia de inclusión financiera, al tiempo que se han impulsado normativas tendientes a facilitarla, incluyendo la adopción de cuentas básicas de ahorro y los corresponsales no bancarios, queda aún un largo trecho por recorrer.

La telefonía móvil se ha constituido en uno de los principales instrumentos coadyuvantes para una mayor inclusión en el país. Las principales empresas del rubro han venido encarando campañas para que más personas de diversas edades y estratos puedan realizar diversos tipos de transacciones financieras a través de sus teléfonos celulares (como los giros por ejemplo), lo cual se ha visto facilitado por esta pandemia sanitaria, que obligó a mucha gente a abrir una caja de ahorro o cuenta corriente que les permitan realizar sus operaciones en forma virtual.

Nuestro espectro financiero ha observado en los últimos años un incremento sostenido en los niveles de inclusión financiera, ubicándose incluso a niveles similares de países más desarrollados que el nuestro como Brasil, Argentina, Colombia y Panamá.

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Se observa una buena oportunidad para que podamos lograr a nivel país mayores niveles de inclusión financiera pues todavía quedan muchos nichos por atacar.

Estamos entre los países que pagan en línea a comercios por compras vía tarjetas de débito, además de un sistema de transferencia interbancaria disponibles las 24 horas del día, que ayudó bastante a incrementar los niveles de transacciones con bancos y cooperativas de ahorro y crédito, pues ante la cada vez más creciente inseguridad, la gente prefiere tener en el bolsillo su tarjeta de débito o crédito antes que dinero efectivo.

A nivel regional y de extrarregión se siguen observando aún barreras para una mayor inclusión financiera englobados en: nivel de confianza, distancia para acceder a estos servicios, costos para el usuario y trámites burocráticos, que en muchos casos se refieren a exigencias regulatorias de los diversos países.

Cobra importancia una visión multidimensional que permita verificar los avances en la inclusión financiera, las barreras de entrada y niveles de acceso que observan las personas para que la misma pueda ir incrementándose en forma sostenida en el tiempo.

El incremento observado en niveles de sobreendeudamiento en determinados segmentos de nuestra población (principalmente en el medio-bajo) se constituyen en uno de los principales frenos a un mayor nivel de inclusión financiera, por lo que lo recomendable es que podamos ir mejorando a nivel país el espectro global de información de deudas mediante la integración de regulaciones de proveedores de microcréditos y también extensivo a las pymes.

Si bien se han observado avances en estos últimos años en cuanto a la promoción del crédito, permitiendo que existan más personas bancarizadas, las principales áreas críticas de riesgos se mantienen en las franjas de personas de menores ingresos y que están dentro de una mayor exposición de vulnerabilidad económica, debido a la ausencia de una mejor educación financiera, y porque muchas de ellas no son consideradas buenos sujetos de crédito, lo que sigue siendo hasta ahora nuestro mayor “trancazo”, pues dentro de la malla curricular de nuestras escuelas y colegios desde el preescolar y hasta el último año de la Media deberían de incorporarse como materias obligatorias, con lo cual estaríamos en mejores condiciones de ir superando en forma gradual las visibles limitaciones que aún se observan en varios estratos de nuestra población, especialmente dentro de las comunidades más vulnerables de las áreas rurales.

Las entidades financieras vienen haciendo su trabajo de promocionarlos a nivel país, donde la gran mayoría de ellas cuenta con sucursales en casi todos los departamentos, que ayuda para que más personas vayan teniendo al menos una caja de ahorro y puedan insertarse dentro del ámbito financiero, lo cual se ha visto enormemente facilitado a través de las páginas web de las mismas que nos permiten realizar operaciones crediticias y no crediticias sin necesidad de presencia física.

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