“Subimos (agosto 18) nuestra proyección de crecimiento económico del Paraguay (PIB, producto interno bruto) para el 2021 al 5%, comparada con la de nuestro previo escenario del 4,5%, en línea o correspondencia con los mejores datos de la actividad a los esperados, de la mano de ayuda de una más rápida reapertura de las restricciones pandémicas, de los fuertes y favorables términos del intercambio comercial con el exterior y una política monetaria expansiva”, expresa el último informe mensual de Itaú Brasil en relación con nuestra economía, que es monitoreada en forma permanente.

Tal es así que el informe de julio del 2021 –anterior al actual– también mejoraba su pronóstico de crecimiento económico del 3,5% al 4,5%. Al iniciarse el 2021, la proyección de crecimiento económico era del 4%, en línea con el escenario que manejaba el Gobierno. Pero en junio, con la crisis pandémica en uno de sus peores y trágicos momentos, aquel 4% inicial se achicó al 3,5%, para a partir de entonces ir subiendo en la medida que la marcha económica mejoraba, se fortalecía y expandía.

¿Es el 5% de crecimiento económico una proyección con reales posibilidades de realización? En mi opinión, sí. Pero para ello las cosas deben ir bien para muy bien en lo que resta del año. Técnicamente por cuatro meses y algo más. El Banco Central del Paraguay (BCP) maneja un escenario 2021 con una proyección de crecimiento del 4,5% y una inflación del 4%, después de la caída del -0,6% en el 2020, con una inflación del 2,2%.

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Basanomics maneja para su proyección de crecimiento económico un rango del 4% al 4,5%. En conclusión, la proyección de crecimiento económico del 5% de Itaú Brasil no está lejos de las otras proyecciones, y la diferencia a favor o suba del 0,5% se corresponde perfectamente, en mi opinión, con la continuidad y la mejora de los datos de la actividad económica y el consumo según los indicadores de corto plazo manejados por el BCP, un superincrementado comercio exterior con una posición positiva en la balanza comercial (más exportaciones que importaciones), y en la notable recuperación de las recaudación de impuestos internos y aduaneros, como lo hemos destacado en notas anteriores.

Pero hay algunas líneas flojas en el escenario económico del 2021 que deben asegurarse de aquí en adelante para concretar el 5% de expansión. Unas no las podemos asegurar nosotros, como la condición del clima a favor, para empezar en setiembre y octubre que es el tiempo de siembra de la cosecha. Habrá una menor cosecha de trigo por las heladas y ello tendrá su impacto en los precios. La normalización del transporte de carga es una salida favorable, pero con daños que no son fáciles de cuantificar. Tampoco tenemos mucho poder sobre los incendios y focos, ni sobre la problemática navegabilidad de los ríos Paraguay y Paraná (sequía que también afecta negativamente el embalse de las hidroeléctricas binacionales) que perjudica y encarece el transporte fluvial y el suministro de bienes de las ciudades y los poblados ribereños. ¿Saldrá toda la exportación que debe salir? ¿Vendrá toda la importación que debe venir? ¿Y los precios de compra?

El Gobierno lanzará, quizás por parte, quizás en un combo, su habitual paquete de sueldos de fin de año, para lo cual cuenta con recursos suficientes, incluyendo el pago a los maestros, a lo que se debería sumar por lo menos el pago parcial a los proveedores del Estado, para inyectar así de liquidez al mercado en una coyuntura de mucha comercialización interna, con un dólar estable –las reservas internacionales del BCP suman 9.962 millones de dólares– y sin el peligro de un nuevo reajuste de precio en los combustibles. Mientras, el BCP sube poco a poco su tasa de interés de referencia o de política monetaria como lo hizo el lunes 23 pasado de 0,75% a 1%. Pero lo fundamental fue, es y será una campaña de vacunación masiva continuamente rápida, extendida y profundizada. Es un oxígeno de fuerza que nos da vida, y así nosotros damos vida a la economía. No vacunarse es sinónimo de economía débil, falta de empleo y peores empleos, malos salarios e ingresos, y ventas concentradas en los más grandes. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.

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