”Traigo el pedido de muchos dirigentes, y me quiero dirigir al líder de Honor Colorado y pedirle que durante estas internas cese el fuego inmisericorde de parte de sus medios a colorados y a un gobierno colorado, donde todos hemos sido partícipes”, expresó Mauricio Espínola, asesor político del presidente Mario Abdo Benítez, en un acto político en Misiones.

El pedido público de Espínola es el pedido del mandatario. El asesor de Abdo dice que “no les haría ese reclamo a otros medios”. Obvio, se reclama lo que molesta e inquieta.

Por supuesto que a este gobierno le hubiese convenido tener a un sector de la prensa anestesiada. Si esto ocurría, tal vez nunca nos hubiésemos enterado del mayor escándalo de corrupción en tiempos de pandemia y el clan Ferreira, junto a unos allegados al Presidente seguirían haciendo grandes negociados con el Estado, a costa de la salud de la gente.

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A este gobierno también supongo que le hubiese convenido que Patricia Samudio siga al frente de Petropar saldando las deudas de la empresa de su marido con recursos públicos. También les sería mucho más conveniente que nadie se entere de las licitaciones amañadas en el MOPC a cargo de Arnoldo Wiens.

Si una parte de la prensa seguía anestesiada, no nos hubiésemos enterado de la transa antipatriótica en plena pandemia y hoy la empresa argentina Texos Oil hubiese cobrado al Estado de manera ilegal US$ 7 millones, con una repartija de US$ 3 millones para un abogado paraguayo junto a altos funcionarios del gobierno y el procurador Sergio Coscia, protegido de Juan Ernesto Villamayor, seguiría en el cargo.

Claro que a Abdo le molesta que su amigo y protegido, el senador Rodolfo Friedmann, hoy esté acusado y procesado por los negociados que hizo con una empresa que provee almuerzos escolares a gobernaciones y municipios, en gran parte gracias a las denuncias y confesiones de su ex socio comercial.

Y la lista continúa, hoy seguiría Horacio Torres al frente del Indert apretando a ganaderos para evitar el despojo de sus tierras o Beto Melgarejo seguiría cerrando negocios desde la Dinac con empresas de maletín.

Estos casos mencionados no fueron ataques inmisericordes a un gobierno que será aplaudido al culminar su gestión, como supone Abdo. Fueron hechos concretos, escándalos de corrupción consumados por hombres y mujeres seleccionados por el Presidente para que gobiernen con él.

Es obvio, que estas denuncias molestan al poder y que, en nombre de la unidad colorada, el oficialismo pretende influenciar para acallar las voces críticas. Pero, ¿para qué Abdo pide tregua? No pide para demostrar las buenas intenciones de su gente en dejar un legado histórico de cambios y transformaciones al Paraguay. Abdo y su equipo piden tregua para seguir robando y jodiéndole sin que nadie le moleste al pueblo paraguayo. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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