• Por Eduardo “Pipó” Dios
  • Columnista

Ciertos colegas de medios de la competencia, y fanáticos anti lo que no sean sus aliados, socios o financistas, con una furia y fobia que no les impide hacer papelones, decir barbaridades, publicar mentiras, con una desfachatez, que le criticaban en su época sus actuales medios al nefasto diario Patria del estronismo, a quien ya hace algún tiempo emulan y superan, andan queriendo meternos en su misma bolsa. Esa bolsa donde la verdad es lo que menos importa, sino que tirar toda la mierda que se pueda, si es posible mintiendo descaradamente, sin respetar carreras, honor y dignidad de quienes tratan de hundir cada día con menos éxito; mientras por el otro lado se prestan a operaciones mediáticas para salvar a los “chanchos de su chiquero” con mentiras aun más grandes, y tildando de “persecución política” a los crímenes y delitos descarados de sus compinches.

El ejemplo claro del badulaque de Efraín, quien manoteó los fondos provenientes del erario público, primero para las rutas de la mentira, donde se llenó los bolsillos con paladas iniciales y se fagocitó anticipos de obras jamás realizadas, en su doloso paso por el MOPC luguista y posteriormente manejando el PLRA como un almacén de barrio, donde se alimentaba él y la runfla maldita de pelafustanes serviles y criminales que lo rodea, junto con sus aliados políticos de su misma estirpe. El eterno fracasado Alegre, como lo demuestran las pruebas acercadas por la Fiscalía, exigía “facturas” para justificar el uso indiscriminado e ilegal de los multimillonarios subsidios recibidos por el partido del que se apropió. Por una denuncia de uno de los afectados, un comerciante a quien le falsificaron una factura, originalmente de 100 mil guaraníes por una de 90 millones de guaraníes, saltó un montón más, con la firma del propio Efraín estampada atrás, validando el delito. Es obvio que el dinero fue a parar a los bolsillos de él y sus agavillados cómplices, pero su única defensa es que “es un perseguido de la mafia cartista, blablablá”, pelotudez que es repetida con histeria por los cómplices y financiados de la calle Yegros y medios asociados, o ensuciados para ser más realistas.

Días pasados saltó un hecho parecido, mas no igual, en la gobernación del departamento Central, en manos, con el dolor del alma de sus eternos amos y señores, los muchachos del PLRA, que durante décadas se “merendaron” los fondos del departamento, del colorado Hugo Javier González, quien a fuerza de carisma y del hartazgo que tenía el pueblo del departamento de los delincuentes liberales, que venían currando por tanto tiempo, los derrotó con claridad en el 2018.

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Por supuesto, al ser colorado y del odiado y demonizado, por ellos y para ellos, movimiento Honor Colorado, no tiene la menor posibilidad de, intentar siquiera, esbozar la más mínima defensa y, menos aún, apelar a su derecho constitucional de la presunción de inocencia. Para los sicarios amarillos, liderados por la mediocre hija del fallecido zar de la manipulación mediática, el inescrupuloso “Acero”, hay que directamente mandar a prisión perpetua a Hugo Javier y sin más trámite ni sentencia, que la “palabra santa” de ellos y un par de concejales liberales, que tienen más espacio en Abc, que las publinotas al Lagarto Villamayor, gran sponsor de sus periodistas estrellas.

Pero es su modus operandi, y a nadie sorprende, lo que sí llama la atención es que pretendan meternos a nosotros en su bolsa de estiércol, pretendiendo plantear que, los que no estamos en el mecanismo, la rosca financiada con dinero público y la extorsión, haremos una defensa descaradamente sucia de Hugo Javier, fiel a su propio estilo, como ellos la hacen de Efraín o Villamayor o el delincuente de turno que les pague. No, estimados badulaques, no somos ni queremos convertirnos nunca en lo que son y se convirtieron ustedes.

Si Hugo Javier es culpable o inocente, debe demostrarse en juicio, con documentos, pruebas y debido proceso. Si es culpable, tiene que pagar con todo el peso que la ley disponga, y si es inocente, deberá o debería tener al menos el derecho de limpiar su nombre, enlodado de antemano por ustedes porque así como Efraín, ante la duda, es un pobre perseguido de la mafia, Hugo Javier para ustedes ya es Jarvis Pavão (el narco brasileño que sacaba préstamos en el banco de Natalia y la famiglia, por si no se acuerdan).

Sigan en su charco de estiércol, nosotros estamos bien sin mezclarnos ni parecernos a la gente como ustedes.

Etiquetas: #somos#mismo

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