• Por Bernt Entschev
  • fundador de The Bernt.

Es cierto que en el mercado laboral, en un período de pandemia, hay algunos oasis en los que ciertos sectores crecen y ven la crisis desde la distancia. Pero para la mayoría de las actividades, la vida en medio de la crisis del coronavirus genera preocupaciones y la necesidad de apretarse el cinturón.

Si esto es experimentado por la mayoría de las empresas, ciertamente los colaboradores también sentirán esta presión. Sin embargo, las crisis económicas son factores que, desafortunadamente, forman parte de la vida de las corporaciones, sean estas crisis globales o nacionales. Lo importante, en este contexto es mantener el enfoque, el diálogo entre el equipo y buscar sin descanso las oportunidades.

¿Y cómo queda el colaborador en este contexto?

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Me gusta recordarle al lector que, incluso en momentos de poca bonanza, es posible mantener motivado al equipo, premiando a los buenos talentos. A fin de cuentas, cuando se tiene una tormenta, se necesita tener buenos profesionales a bordo para mantener todo en orden.

Las crisis requieren cambios en el sistema de gestión con nuevas herramientas de valoración de equipos, ya que sabemos que recompensar aumenta el compromiso de las personas y también mejora los resultados de la organización.

En épocas de estabilidad económica, la premiación se realiza a través de bonificaciones, porcentajes variables de salario sobre resultados y promociones. Pero, ¿Cómo gratificar si las empresas están en dificultades? ¿Cómo pagar la variable si tenemos empresas que se encogen y no crecen? Y, además, ¿Cómo podemos promover, si estamos recortando puestos y no estamos haciendo nuevas ofertas de trabajo?

Obviamente, debemos ser muy creativos para desarrollar estas nuevas herramientas de premios. Una de ellas, que tiene un menor costo y permite que los empleados sean gratificados, es el desarrollo profesional que brinda la organización, es decir, no involucra directamente valores monetarios, sino actualizaciones. Los cursos, por ejemplo, son una forma de garantizar la participación en un evento, incluso a distancia, fomentando actividades fuera de la empresa.

Otro punto es invertir tiempo en una comunicación interna que sea muy estratégica, motivadora y centrada en el momento. Recompensar públicamente los méritos de los colaboradores también es una táctica eficaz. El reconocimiento por un logro a menudo vale más que una bonificación.

Si la marea no es favorable en este momento, lo ideal es trabajar con lo que se tiene. Y el área de gestión de personas tiene un papel fundamental en este contexto. Crear estrategias, mantener el equipo y cultivar la producción a niveles aceptables deben ser acciones del día a día.

El reconocimiento de hoy se puede hacer con pequeños gestos, de modo que mañana, al final de la crisis, el reconocimiento también se pueda vincular a algo financiero. ¡Pensemos en esto!

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