- Por Eduardo “Pipó” Dios
- Columnista
Este domingo fuimos testigos del fracaso rotundo de los “anti”. De los que hacen un frente, entre perros, gatos, monos, sapos y culebras, para enfrentar a un enemigo, supuestamente común. Modelo exitoso para poner a Lugo en el gobierno en el 2008, demostró que la bolsa de gatos posterior tiene escasas posibilidades de éxito.
Nuevamente lo hicieron con Marito en el 2018, contra Cartes, todos contra Cartes, no importa ni quiénes, ni para qué queremos ganar, solo tenemos que ganarle. Y ya ven cómo nos va a todos con este “proyecto”, hace 3... siglos.
Ayer se juntaron todos contra “Nenecho”, porque “Nenecho” era el candidato de Cartes, cosa que, espero, hayan aprendido también, más que una carga es un plus, hoy en día Horacio Cartes genera más añoranzas de tiempos mejores que el rechazo, que los delincuentes de algunos medios quieren instalar. También eran los liberales, todos contra Efraín y les fue para el...
Para ganar elecciones y, sobre todo, para poder gobernar dignamente después hay que tener un buen candidato y un buen proyecto. Las bolsas de gatos, sobre todo cuando los gatos son los mismos gatos atorrantes que todos conocen no sirven para nada. Poner a cualquiera que tengan a mano, por más aparato, plata y prensa rentada que le pongas, no es garantía de nada. Si no se genera un proyecto creíble, razonable y, además de eso, un candidato vendible y presentable, no habrá posibilidades de éxito, y cada vez menos, ni siquiera lograrán ganar en el momento, para “ver qué hacemos después”.
La victoria de Alegre en el PLRA es un obstáculo terrible para cualquier alianza opositora razonable, vendible y gobernable en el 2023. Sabemos que Efraín está más loco de lo que parece, y su obsesión con ganar alguna vez una general será el principal obstáculo para que la oposición sea poder, al menos por la vía electoral. Después, si asume algún colorado mamarracho que les dé espacio es otra cosa. Efraín solo negocia de la Vicepresidencia para abajo, su cabeza es innegociable y ya sabemos cómo termina cuando él lidera una chapa.
El Partido Colorado tiene que tener también mucho cuidado al elegir a sus candidatos, porque les puede pasar como a los “antiefrainistas”, cuyo candidato era tan o más impresentable que Efraín, y la gente prefirió votar a un tercero o en blanco, consiguiendo que su “enemigo” les ganara con un paupérrimo 35%, mientras que ellos sumando representen a 2/3 del electorado, pero no les sirva para nada. Si el Partido Colorado hace bien los deberes volverá a ganar en el 2023. Depende de ellos, solo un error garrafal podrá lograr que la oposición triunfe. Veremos qué sucede... falta mucho y falta poco... depende de cómo se mire.